Una de jazz y una de flamenco. De este modo sirve el Teatro Central de Sevilla una nueva edición del ciclo Jazz en noviembre, alternando las jornadas propiamente jazzísticas con otras de fusión flamenca. Vienen así a concentrarse en uno solo los dos ciclos de jazz que hasta este año ofrecía el Central: Jazz viene del sur, en primavera, y la cita otoñal, Jazz en noviembre. El grupo joven y renovador como es el Sindicato Ornette, liderado por el saxofonista malagueño Ernesto Aurignac (junto al trompetista Julián Sánchez, Paco Weht al contrabajo, y Ramón Prats a la batería), abre el festival esta noche para ahondar con tino en la senda descubierta por Ornette Coleman y los suyos en el tránsito de los 50 a los 60.

Una altura suficiente como para dar el siguiente paso en la programación doble de ese día de estreno: ni más ni menos que los Ken Vandermark's Made to Break, una de las muchas formaciones en que juega el saxo y clarinetista bostoniano, al que siguen en caída libre Christof Kurzmann (llevando al terreno de la electrónica los riesgos asumidos por la banda), Devin Holl (bajo eléctrico) y Tim Daisy, batería cómplice de los Vandermark 5.

La del miércoles promete ser una noche grande, en la que se afianza por lo demás el compromiso del teatro con magníficos grupos jóvenes nacidos en la escena andaluza, a los que se les permite al fin compartir cartel con estrellas internacionales (así O Sister!, el año pasado, o más allá del jazz, Pony Bravo, dentro del ciclo Pop Rock en el Central). El jueves subirán a escena Dani de Morón (guitarra flamenca), Guillermo McGill (percusión y batería), Manuel Posadas Popo (contrabajo) y el invitado especial, David Liebman. Veremos qué nos depara su Homenaje a Ramón Montoya y Fernando Vilches en colaboración con el gran saxofonista, que se está convirtiendo en un habitual de nuestra escena (recientemente lo hemos disfrutado con su grupo Quest y en trío junto a Swallow y Nussbaum).

El viernes llega otra velada memorable: el encuentro de los compadres Joshua Redman y Brad Mehldau. Ambos son músicos excepcionales, cuya técnica impecable y refinada no les hizo incurrir, con todo, en el gélido virtuosismo de sus predecesores, los llamados young lions. Representan a la nueva generación de maestros del jazz y la pátina comercial que la inevitable mercadotecnia pudiera conferir a sus logrados productos -es decir, la imagen, la marca- no logra encubrir su bien temperado eclecticismo, su descomunal talento. Digamos que son bien capaces de versionar a los Beatles, que su versión soporte el apelativo de lírica y aun así no resultar nunca cursis (para comprobarlo, escuchen el Blackbird de Mehldau en el primer volumen de su The Art of the Trio, y aprovechen la ocasión para descubrir la torrencial Martha my dear).

Para hacerse una idea de lo que pudiera depararnos la penúltima -y por suerte impredecible- noche del ciclo, podríamos acudir a la discografía de Mehldau y prestar atención al intercambio de ideas de sus fecundas colaboraciones: con Pat Metheny (que llegará a Sevilla en unos días, y acompañado por la tercera pata del Art of the Trio, Larry Grenadier) o Anne Sofie Von Otter (Love Songs, 2010), por ejemplo, por no hablar de aquellas dos cimas de su carrera: los discos Alone Together y Another shade of blue, ambos para Blue Note y en compañía de Lee Konitz y Charlie Haden, inmejorables padrinos.

Concluye el festival con el regreso de Dave Holland y Pepe Habichuela a estas tablas donde se encontraron por primera vez allá por 2007. Aquella actuación propició la amistad y la aparición de Hands, disco en que Holland se adentraba en el terreno de un flamenco acogedor. Ojalá que en estas citas el jazz no acabe siendo una excusa, una innecesaria coartada para escuchar más flamenco.

Los conciertos darán comienzo a las 21:00. Tras las actuaciones en el escenario principal, Tomate, trío y cebolla, formación integrada por Javier Galiana (piano), Jose López (contrabajo) y Juan Sáinz (batería), animará las jam sessions en el bar del teatro.