España exhibe la belleza del legado escrito de Grecia

La Reina inauguró ayer en la Biblioteca Nacional y junto al ministro de Cultura la exposición 'Lecturas de Bizancio'

El ministro de Cultura y la Reina observan algunos ejemplares de la muestra.
Concha Barrigós (Efe) / Madrid

Exposición, 16 de septiembre 2008 - 05:00

Las 24 letras del alfabeto griego son símbolos que esconden mensajes sobre el mundo y la voluntad de Dios, por eso su escritura estuvo reservada en Bizancio a muy pocos, los autores de códices de valor incalculable que compila la Biblioteca Nacional en una exposición que inauguró ayer la Reina.

La muestra, Lecturas de Bizancio: El legado escrito de Grecia en España, se ha organizado en paralelo al VII Coloquio Internacional de Paleografía Griega, una reunión quinquenal que por primera vez se celebra en España, donde sólo hay unos 20 especialistas, según explicó Inmaculada Pérez, comisaria junto a Miguel Cortés de la exposición.

Doña Sofía, acompañada del ministro de Cultura, César Antonio Molina, fue la primera en contemplar las 70 obras más importantes de las colecciones griegas que se conservan en España, entre ellas el códice Skylitzes Matritensis, único de sus características en el mundo y realizado por varios equipos de pintores.

El códice no se mostraba al público desde hace 45 años, aunque en su visita de ayer, la Reina, que ya inauguró en 2003 en el Museo Arqueológico la otra exposición importante que se ha hecho sobre Bizancio en España, se interesó especialmente por las monedas y los manuscritos del Cardenal Cisneros que permitieron hacer la Biblia Políglota Complutense, según comentó Pérez.

El códice Skylitzes, que debe el nombre a su autor, Juan Escilitzes, procede de Sicilia, probablemente encargado por el rey normando de la isla, y es una crónica bizantina del siglo XII ilustrada con 574 miniaturas que constituyen una fuente de información única sobre el mundo bizantino.

Otras "preciosidades", detalló Pérez, son el Akathistos, de comienzos del XV, un himno en honor de la Virgen que se canta de pie, y que se conserva en El Escorial, y una "curiosísima" joya: lo que queda de la Biblia Complutense, que quedó hecha "una bola de papel quemado" durante la Guerra Civil y que los restauradores consiguieron recuperar en parte.

Todas las obras expuestas en la Sala Hipóstila de la Biblioteca Nacional, climatizada a 18 grados precisamente para la mejor conservación del Skylitzes, están datadas entre los siglos IX y XVI e ilustran no sólo el valor de uso y deleite del libro cuando Bizancio era una potencia importante en el Mediterráneo sino también el papel de los textos griegos en el Renacimiento español.

El objetivo principal de Lecturas de Bizancio, que estará abierta hasta el 16 de noviembre, es mostrar el legado de los manuscritos griegos que empezaron a coleccionarse en el siglo XVI, de los que la mayoría no habían sido nunca exhibidos.

Compila piezas que proceden, sobre todo, de la Biblioteca Nacional, pero también de la Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, de la Biblioteca Universitaria de Salamanca, el Archivo y Biblioteca Capitular de Toledo y de la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla de la Universidad Complutense.

Además se muestran piezas de arte bizantino procedentes del Museo Arqueológico Nacional y que son igualmente manifestaciones de la escritura griega: monedas, incensarios, fíbulas, anillos, relicarios o trípticos, además de grabados y mapas de la Biblioteca Nacional.

Antonio Bravo, coordinador del VII Congreso Internacional de Paleografía Griega, señaló que en España se conservan unos mil códices pero que el panorama "no es del todo halagüeño" porque la catalogación no es completa y además necesita una revisión.

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