Cultura

Eva la Yerbabuena triunfa con su baile sobrio y majestuoso en el Festival de Cante de las Minas

El Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión alcanzó su altura de crucero, en esta 53 edición, con el baile sobrio y majestuoso de Eva la Yerbabuena, una de las grandes señoras actuales de la danza flamenca. La llamada Catedral del Cante, el antiguo Mercado público de La Unión, se llenó para ver su espectáculo Yerbabuena, una sucesión de palos clásicos del flamenco.

La gran actuación de la bailaora granadina estuvo precedida por la entrega al Reino Unido del premio Catedral del Cante, instituido para reconocer la labor de un país extranjero en pro de la cultura jonda. Su embajador en España, intentando romper el tópico de que su nación es fría y poco emocional, hizo un recordatorio de los numerosos espacios que programan en Londres y otras ciudades espectáculos flamencos

El baile de la Yerbabuena, que es de una técnica exquisita y rica en recursos, resulta al mismo tiempo intensamente emocional, aunque recogido, casi íntimo, ensimismado y capaz de desplegar en un espacio reducido, y en movimientos casi a cámara lenta, una gran cantidad de movimientos. Es algo reconocido y aplaudido por la crítica y el público de todo el mundo.

Comenzó su actuación bailando por seguiriyas y sentada, un recurso que utilizaba con frecuencia uno de sus primeros maestros, Mario Maya. El baile, como siempre en esta bailaora en plena madurez, resultaba intenso y pleno. Lástima que esa tendencia del baile actual de alargar tanto los palos lo abocara a las repeticiones innecesarias y cansinas.

La majestuosidad final de su famosa soleá, seguramente hoy inigualable, rematada delicada y sutilmente no por unas bulerías gaditanas, como suele ser habitual, y la contención exquisita de un cuplé por bulerías, hace de ella una bailaora única.

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