EDITORIAL
Toda preparación es poca ante los temporales
Eva Yerbabuena es menuda, amable, soberana en cada gesto. Transmite baile aún cuando no se mueve. La artista, nacida en Frankfurt (1970), criada en Granada y residente en Dos Hermanas, presenta junto a su compañía hoy (21:00) y mañana (20:30) en el Teatro Cervantes su último espectáculo, Santo y seña, una suerte de mirada atrás que recupera coreografías de montajes como Eva (1998), 5 mujeres 5 (2000) y el aclamado El huso de la memoria (2006). La propuesta ya se representó en la pasada edición del Festival de la Luna Mora de Guaro con notable éxito.
Sobre Santo y seña, la primera pregunta que se viene a la cabeza cuando se tiene enfrente a esta mujer silenciosa y ligera es la medida en que las antiguas coreografías han sido transformadas para la ocasión. "Eso lo determinan ellas mismas, pero es cierto que han cambiado. Tanto, que a menudo quienes las han visto en otros espectáculos no las reconocen ahora y me preguntan si realmente son las mismas. Es inevitable, supongo, yo no soy la misma de hace unos años y ellas tampoco lo son", explicó ayer con su acento pausado. Santo y seña, cuya música ha sido revisada por el tocaor Paco Jarana, ha sido igualmente identificada por la crítica como un regreso al flamenco más puro después de ciertas miradas a la danza contemporánea, pero Yerbabuena matiza: "Lo de prestar atención a la danza contemporánea o a cualquier otra expresión estética desde el flamenco tiene que ver con no tener miedo. Yo he procurado siempre hacer lo que he querido, he defendido mis ideas en el escenario con mucho trabajo, pero lo cierto es que para seguir adelante siempre tengo que mirar atrás. El tiempo siempre termina siendo el mejor maestro".
Por su carácter de resumen artístico, Santo y seña constituye una especie de punto y aparte en la carrera de Eva Yerbabuena, lo que vuelve a abrir horizontes para esta bailaora admirada por Pina Bausch y Carolyn Carlson. "Ahora siento la necesidad de tomar caminos nuevos, de investigar cosas que no había tocado hasta ahora. Para mi próximo espectáculo, Lluvia, que estrenaré el próximo febrero en el Teatro Villamarta de Jerez, estoy pulsando muchas teclas y no sé aún hasta dónde llegaré", subrayó. La inquietud y el reto son sus motores vitales, hasta el punto de que "procuro evitar la comodidad; si me siento cómoda en un determinado palo, de inmediato me meto en otro. De lo contrario, corro el riesgo de aburrirme". El arte tiene, en sus manos, la guarida perfecta.
También te puede interesar
Lo último
EDITORIAL
Toda preparación es poca ante los temporales
La ciudad y los días
Carlos Colón
Yo vi nacer a B. B.
Brindis al sol
Alberto González Troyano
Teoría del regalo
No hay comentarios