Faena memorable de Diego Ventura a lomos de 'Sueño'

Feria de agosto

Ventura se cerró la puerta grande al pinchar al quinto y el público se fue 'soñando'.

Faena memorable de Diego Ventura a lomos de 'Sueño'
Faena memorable de Diego Ventura a lomos de 'Sueño'
Irene Martín Moya

22 de agosto 2016 - 11:41

Ganadería: Toros de Fermín Bohórquez, hondos, con volumen y romana, destacó el bravo quinto, un gran toro, el peor fue el cuarto, un toro aquerenciado y manso.

Rejoneadores: Hermoso de Mendoza, silencio y ovación; Diego Ventura, oreja y vuelta tras petición; Manuel Manzanares, ovación y silencio.

Incidencias: Última de abono de la Feria de Málaga 2016. Más de tres cuartos de entrada.

Diego Ventura fue la última esperanza de abrir la puerta grande, tras permanecer cerrada dos años. Brilló, impactó y sorprendió a La Malagueta con una grandiosa faena a lomos de Sueño. Sueño hizo suya la plaza y dominó todos los terrenos. Primero el tercio, llevando al toro cosido a la grupa hasta el punto de ser alcanzado, sin consecuencias, en dos ocasiones. Luego, en los medios, donde toreó y midió los quiebros. De frente y andando hacia atrás en un ejercicio de extrema precisión. El público enloqueció con la faena de doble premio pero, montando a Remate, pinchó en tres ocasiones antes del rejonazo final. Ventura se lamentó y se lamentó, roto, con las lágrimas saltadas y continuó llorando durante la lidia del sexto. El público, pese al fallo, le pidió la oreja y, aunque no fue concedida, dio una vuelta al ruedo, en la que le acompañó Sueño, ya sin montura y refrescado, en la segunda mitad. Le dio cuantos besos pudo al caballo que habría cumplido el sueño de todos de ver una salida a hombros.

Ya había cortado una oreja en el segundo, al que también pinchó. En esa ocasión Lambrusco, Nazarí y Ritz torearon con magisterio. En el tercio de salida, recortando la embestida del toro; en banderillas, llevando al toro cosido al estribo y ajustando mucho los quiebros. Las cabriolas de Remate fueron el broche para concederle un trofeo. A un lado, y lejos de cobrar protagonismo, quedó el duelo con Hermoso de Mendoza, quien lidió un primer toro hondo y cabezón, y elaboró una faena a la que le faltó vibración por la condición del animal. Mató de dos rejonazos, el primero defectuoso. Además, pechó con el peor toro de la corrida, el cuarto, un toro aquerenciado en tablas y manso, con el que tuvo que hacer un esfuerzo para construir la labor que se desarrolló en terrenos de tablas. Lo mejor, fue el par de cortas a dos manos a lomos de Pirata, como toque final. Saludó una ovación, reconocido el mérito, tras pinchar en dos ocasiones, antes del rejonazo final y tener que descabellar.

Manuel Manzanares pasó sin gloria ni gracia por el festejo, marcado por una obra maestra de Ventura. En tercer lugar, lidió un toro de 639 kg tras una labor en la que destacó a lomos de Farruquito. Mató de un rejonazo algo trasero y saludó una ovación, Superar el faenón de Ventura parecía imposible, y mientras que el rejoneador se lamentaba, el público lo acompañaba con ese desazón de no haber podido verlo triunfar como se merecía. Cerró plaza y feria un toro cuesta arriba al que le faltó motor. Manzanares también pincho su labor, que no tuvo especial consideración en los tendidos.

El público se fue soñando la puerta grande y recordando una faena que no olvidarán. Contarán que vieron a un caballo hacer lo que hace El Fandi y que se hizo grande frente a un toro bravo, pronto y de embestida alegre.

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