"¿Qué te impide ser feliz?", "a mí, el Ministerio de Vivienda". Cuando el diálogo proviene de un constructor especulador y un concejal corrupto tan sólo se puede esperar una trama de angustias y decepciones. Con este leiv motiv arrancó ayer Cinco metros cuadrados,el tercer largometraje a concurso. Dirigida por Max Lemcke (Casual Day) y protagonizada por Malena Alterio y Fernando Tejero este melodrama describe la trayectoria cuesta abajo que vive una pareja a punto de casarse y con una hipoteca a 40 años de un piso que les prometen entregar en unos meses, pero que aún está sin terminar. Eso sí, tiene una terraza pequeña, de cinco metros cuadrados, con vistas al mar.

"Es la historia de héroes anónimos, sin grandes pretensiones, que tienen un anhelo de lo más normal: tener una casa y fundar un hogar. Y ese sueño se convierte en un infierno", relataba su director. A Fernando Tejero la historia le conmovió desde el primer momento. "Vi un vídeo de un caso similar que había pasado aquí en Málaga. Era demoledor el daño que le habían hecho al chico. Fue tan fácil escucharlo, creerlo y luego vomitarlo que cuando oía ¡acción! me costaba contener la emoción", recordaba. A su lado Malena Alterio reconocía que "por desgracia" la historia resulta muy fácil de reconocer. "Si no es por la casa, es por el teléfono o la luz. El guión está tan bien escrito que te lleva solo", admitía. Su papel es el de una novia desesperada ante la demora en la entrega de la vivienda y con la impotencia de ver cómo su pareja se obsesiona por tener esa casa, aún a costa de su trabajo y su salud mental.

Emilio Gutiérrez Caba y Manuel Morón se encargan de dar vida a la parte especuladora, a ese empresario y ese político que manipulan merced a su posición privilegiada. "No se trata de justificar la violencia, pero sí decir algo ante los que os meten en este absurdo", denunció Lemcke. En su opinión el personaje de Cinco metros cuadrados "nos redime a todos nosotros y nos coloca en una situación de dignidad", sostuvo. Su director reconoció trabajar junto a los guionistas con recortes de periódicos sobre la mesa. "El edifico es un personaje más. Hicimos un casting de inmuebles por Alicante. Éste está parado desde hace un año aunque no por las mismas razones que en la película, sino por la crisis", aclaró.

"Es una lucha contra los poderosos. Mete el dedo en la llaga de la corrupción urbanística. Se la recomendaría a todos los concejales de urbanismo", concluyó el responsable de una cinta que aún no tiene fecha de estreno ni distribución.