Resultó significativo encontrar ayer en la presentación de la temporada 2016/2017 de la Orquesta Filarmónica de Málaga al secretario general de Cultura de la Junta de Andalucía, Eduardo Tamarit, junto al alcalde, Francisco de la Torre; el director titular de la agrupación, Manuel Hernández Silva; y el gerente de la misma, Juan Carlos Ramírez. Y resultó significativo porque su presencia no estaba prevista en la convocatoria del acto, que dejaba la representación de la Consejería de Cultura en manos de su delegada provincial, Monsalud Bautista. Tal vez las informaciones aparecidas en los últimos días sobre el déficit de 100.000 euros que ha obligado a la OFM a retrasar hasta 2017 las actividades de la Joven Orquesta Barroca de Andalucía, unidas al reciente desembolso de la Junta para paliar la deuda de 1,3 millones de euros acumulada por la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, convencieron al Gobierno autonómico de que resultaba pertinente una representación de mayor volumen institucional. El encuentro se resolvió en tono cordial y tanto Tamarit como el alcalde garantizaron que el compromiso financiero del Consorcio que comparten la Junta y el Ayuntamiento se mantendrá como hasta ahora; Tamarit, de hecho, fue bastante gráfico al recordar que la JOBA ha realizado este mismo año conciertos tan notables como el del Festival de Música Antigua de Sevilla, si bien, en todo caso, la gestión de los recursos depende del director y del gerente de la OFM (Ramírez apostilló que la JOBA recuperará sus actividades a partir de enero, con fechas ya prácticamente confirmadas para conciertos). Sin embargo, la mejor respuesta ante la delicada situación económica es la constatación de que el público vuelve a estar a favor de la OFM. Si bien el número de abonados se mantiene en unos 850, Ramírez señaló una evolución de la afluencia de las distintas temporadas (tanto a los conciertos del ciclo de abono como al programa La Filarmónica Frente al Mar y el Ciclo de Cámara) que habla por sí sola: si el número total de espectadores de la temporada 2013/2014 fue de 17.413, la siguiente ascendió a 21.309 y la que está a punto de acabar, a falta de dos programas de abono en el Cervantes, supera ya los 20.000, por lo que presumiblemente llegará a los 22.000. La fórmula acuñada por Hernández Silva, que ayer presentó su tercera temporada al frente de la OFM, funciona y da sus frutos. Y posiblemente sea éste el as definitivo de cara no sólo a la supervivencia, sino al crecimiento de la orquesta.

El mismo Hernández Silva valoró ayer el incremento de la afluencia "porque este indicador es más real que el de los abonos. Para empezar, mucha gente joven no compra los abonos porque tal vez no puede permitírselo, pero viene a los conciertos comprando entradas sueltas. Y, de hecho, nuestro público es cada vez más diverso". A esta diversidad lanza el maestro varios guiños en el contenido de la próxima temporada, para la que cuenta con solistas invitados del calibre del pianista Javier Perianes (que actuará por partida doble, en La Filarmónica frente al Mar y el Ciclo de Cámara), el violonchelista Guillermo Pastrana, la pianista Gabriela Montero y el viola de la Orquesta Filarmónica de Berlín Joaquín Riquelme, además de diversas voces solistas jóvenes escogidas a través de audiciones (estrategia que ha sustituido este año al concurso de jóvenes intérpretes). En cuanto a los directores invitados, destaca el debut en la temporada de abono del malagueño Arturo Díez Boscovich, con un programa a su medida que incluye piezas de John Williams y Jesús Torres además de Los planetas de Gustav Holst. Schubert (protagonista del Concierto de Navidad), Shostakovich, Prokovief, Mozart, Brahms, Schumann y Mahler son algunos de los argumentos que contribuirán a la memoria sonora de la OFM en la temporada de abono del Cervantes, que pasará a celebrarse jueves y viernes con la misma política de precios.