Cultura

Gestores culturales lamentan la "enorme pérdida" que supone la muerte de Eugenio Chicano

  • José María Luna, director de la Casa Natal de Picasso y Lourdes Moreno, directora del Museo Carmen Thyssen recuerdan la figura del pintor, imprescindible también en la vuelta de Picasso a Málaga. 

Estrella Morente, Javier Conde, Mariluz Reguero y Eugenio Chicano.

Estrella Morente, Javier Conde, Mariluz Reguero y Eugenio Chicano.

José María Luna, director de la Agencia municipal para la gestión de la Casa Natal de Picasso y otros espacios museísticos, conocía a Eugenio Chicano desde hacía más de 25 años. "Sin su presencia no se puede entender la Casa Natal, pero tampoco la ciudad de Málaga en sí, es una pérdida enorme, como hombre, artista y gestor cultural", ha lamentado.

"Además de gran artista, era un fabuloso contador de historias, con una memoria inmensa. Ya fuese a través del pincel o de la palabra, sabía contar las cosas como nadie. Con su pérdida, estamos desolados", ha agregado Luna. 

Los recuerdos de Lourdes Moreno, directora del Museo Carmen Thyssen, también se remontan a 1989, cuando se incorporó a la Casa Natal de Picasso, sólo un año después de que él fundara la institución. Moreno destaca su trabajo decisivo para traer de vuelta a Picasso a su ciudad. "Tenía un carácter impetuoso y enérgico, pero hacía falta ese coraje para reconciliar a Málaga y Picasso, algo que sin él habría sido imposible".

Moreno destaca que "por aquel entonces ya dejó su impronta en todos los que trabajábamos con él. Como artista fue igualmente singular, con un lenguaje muy personal que se valía de lo popular en una expresión estética única. Era además un tertuliano magnífico, conocía bien la situación de Málaga, sus necesidades, y se expresaba siempre con coraje y lucidez".

José Lebrero, director del Museo Picasso Málaga, señala el símbolo cultural que representa Eugenio Chicano. "Durante muchos años ha defendido que hacer arte es también un compromiso ético, una tarea que implica las 24 horas del día". Lebrero indica que "fue una persona muy culta pero también sensible a expresiones populares y no tuvo miedo a decir lo que pensaba, llevó su compromiso a su tiempo y a su obra, y en esto fue un artista del siglo XXI". 

El pintor malagueño Enrique Brinkmann compartió sus comienzos con Chicano. "Tuve mucha relación con él especialmente durante nuestros comienzos, entre los años 50 y 60, cuando fundamos el Grupo Picasso. Compartimos muchas exposiciones juntos", recuerda. 

Brinkmann señala que "era una persona servicial, amable, atenta, conmigo se volcó, desde luego. Incluso tuve un estudio en una casa de una novia suya, en Málaga". Y relata que "durante mucho tiempo trabajamos juntos, nos íbamos con Gabriel Alberca y otros compañeros a pintar paisajes".

Después, Brinkmann y Chicano siguieron caminos artísticos distintos, pero siempre mantuvimos el afecto y el cariño. "Cuando volvió de Verona fundó la Casa Natal y se convirtió en un agente esencial de la cultura en Málaga, y también de sus tradiciones, como la Semana Santa y el Flamenco", concluye el pintor.

La directora del Museo de Málaga, María Morente, se refiere a "la emoción de la despedida a Eugenio Chicano". "Siempre nos embarga la tristeza en estas ocasiones, pero hoy también me invade el buen sabor de su legado, la fuerza de su pasión expresada en los trazos contundentes y en el color atrevido de sus cuadros, en su amor por Picasso, por el flamenco, por Andalucía, por la modernidad, por la vida", relata.

Con esa misma pasión, asegura Morente que percibió que Chicano defendió, "cuando había que hacerlo", el Museo de Málaga. Y lo hizo, según recuerda, "liderando -junto a un grupo de incondicionales a la causa- la petición de la Aduana para sede de las colecciones de Bellas Artes y Arqueología, presidiendo durante años su asociación de Amigos y posteriormente la Fundación Aduana, en una carrera de fondo que no solo llegó a la meta sino que tuvo sobradas recompensas".

En este sentido, la directora del Museo de Málaga afirma que la inauguración de este espacio, hace ahora tres años, se vivió en la ciudad "con satisfacción, con el sabor que supone la recuperación de lo perdido, el saldo de la deuda pendiente, la conquista tras la reclamación ciudadana".

"Con el Museo de la Aduana hemos convertido en uso público un edificio histórico y emblemático, recuperado y expuesto colecciones vinculadas a nuestra historia, dotado a la ciudad de un nuevo equipamiento en esta ciudad de museos, pero sobre todo compartimos un proyecto, una aventura común", asegura Morente, y añade: "Gracias Mari luz. Gracias maestro Chicano, gracias por defender la causa de este museo con el mismo trazo y la misma fortaleza con que pintaste tus cuadros".

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