Con el regusto aún de la última gala de los Premios Goya celebrada en Sevilla, la maquinaria para la reválida que tendrá lugar el año que viene ya está en marcha. La junta directiva de la Academia de Cine celebrará una reunión el próximo día 19 en la que, entre otras cuestiones, se analizarán las propuestas presentadas por las ciudades que han demostrado un particular interés en acoger la gala, y según apuntaron ayer fuentes de la propia Academia Málaga es una de las plazas incluidas en la baraja junto a otras como Valencia, Palma de Mallorca y la propia Sevilla, que aspira a repetir su calidad de sede el año que viene. De hecho, corrió el rumor de que el Ayuntamiento de la ciudad hispalense había alcanzado un principio de acuerdo con la Academia de Cine para acoger la gala durante los próximos dos años, aunque, las mismas fuentes antes referidas lo negaron rotundamente.

La posición de Málaga como aspirante a acoger la próxima gala de los Goya quedó ya manifiesta cuando,durante la celebrada el pasado día 2 en Sevilla, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, expresó su interés por una continuidad en Andalucía respecto a la entrega de premios. La ciudad se dio por aludida sin remedio, por más que otras plazas de la comunidad como Granada hubieran presentado sus credenciales en convocatorias anteriores. Hay dos motivos que explican este interés: la proyección de Málaga como ciudad cultural (reforzada últimamente, más allá de los museos, con el anuncio del Teatro del Soho que impulsa Antonio Banderas y que promete convertirse en un referente escénico nacional e internacional) y, especialmente, la consideración del Festival de Cine de Málaga como escaparate primordial y ya veterano (este año celebrará su edición número 22) de la cinematografía en lengua española. En realidad, el interés mostrado en Málaga despertó especialmente después de que se conociera el nombramiento de Sevilla para la gala de este año; antes, tal y como afirmó el pasado mes de diciembre el presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, Málaga nunca se había postulado para acoger la gran fiesta del cine español, uno de los acontecimientos de mayor audiencia en el calendario cultural del país.

Fuentes municipales consultadas confirman este interés por parte del Ayuntamiento de Málaga, pero hay dos asuntos que deberán ser resueltos para que la candidatura llegue a buen puerto. El primero es el gasto: el propio Consistorio cifra en 1,5 millones de euros el coste que implica la recepción de la gala sólo en concepto de canon a la Academia de Cine y espera, en este sentido, un apoyo económico de la Junta de Andalucía en caso de que haya luz verde. El segundo es la sede: el Ayuntamiento señala como espacio ideal (en realidad, el único con el aforo suficiente) el Palacio de los Deportes Martín Carpena y ha decidido poner todos los huevos en esta cesta, pero algunas fuentes de la Academia de Cine señalan la poca inclinación de sus responsables por los recintos deportivos a la hora de organizar sus galas. En todo caso, las elecciones municipales del próximo mes de mayo podrían dar un vuelco a las expectativas si las opciones de entendimiento político entre la Junta y el Ayuntamiento se vieran reducidas.

El Martín Carpena es la única sede que puede poner Málaga sobre la mesa con opciones

Respecto al resto de ciudades candidatas, la última gala dejó una impresión más que favorable entre los académicos, por lo que la opción de que Sevilla repita es más que probable. La entrada en juego de Valencia también resulta significativa por cuanto un porcentaje nada desdeñable de académicos proceden de Valencia. Las mismas fuentes de la Academia de Cine apuntaron que, en un principio, la institución tenía previsto que la gala regresase en 2020 a Madrid y volviese a salir en 2021, aunque actualmente las posibilidades se encuentran muy abiertas. En cualquier caso, Málaga ya está en el bombo. Por ahí se empieza.