Museo Ruso de Málaga

Las musas que regresaron al frío

  • El Museo Ruso abre al público estos días el proceso de desmontaje de sus recién clausuradas exposiciones, una experiencia que volverá a celebrarse con el montaje del relevo

Dos técnicos sostienen un cuadro de Nikolái Roerich, este martes, en el Museo Ruso.

Dos técnicos sostienen un cuadro de Nikolái Roerich, este martes, en el Museo Ruso. / Javier Albiñana (Málaga)

Hay toda una liturgia de entomólogo en el proceso, con guantes, un amplio instrumental de diversas dimensiones, instrumentos ópticos pintorescos, medidores de diferentes magnitudes y un ambiente general de quirófano que da cuenta de la precisión requerida. Aunque la maquinaria echó a andar el lunes, el Museo Ruso de Málaga decidió abrir este martes al público el proceso de desmontaje de las exposiciones clausuradas el pasado domingo: la colección anual Santas, Reinas y Obreras y las muestras temporales Nikolái Roerich. En busca de Shambhala y Anna Ajmátova. Poesía y vida. Lo hizo a través de una actividad especial, programada en pases cada media hora entre las 17:00 y las 19:00 con un aforo máximo para cada envite de 25 personas, una convocatoria que volverá a repetirse este miércoles y el jueves como ofrecimiento privilegiado, con entrada gratuita previa reserva, para conocer el intríngulis del funcionamiento normal del museo, en la dimensión habitualmente oculta a ojos de los visitantes.

Visitantes durante el desmontaje de la colección anual 'Santas, reinas y obreras'. Visitantes durante el desmontaje de la colección anual 'Santas, reinas y obreras'.

Visitantes durante el desmontaje de la colección anual 'Santas, reinas y obreras'. / Javier Albiñana (Málaga)

Y causaba verdadero impacto ver los monumentales retratos de las emperatrices rusas de los siglos XVIII y XIX, pero más aún los enormes lienzos en los que Nikolái Roerich evocó sus paisajes febriles e indomables a partir de distintas fuentes folclóricas, desplazados de sus seguras posiciones para caer en manos de los técnicos responsables del Museo de Arte Ruso de San Petersburgo, un equipo en el que se mezclan técnicos rusos y españoles. Después de su respectivo retiro, cada obra es objeto de un exhaustivo examen para determinar cualquier posible daño o desgaste antes de su definitivo embalaje. Y, una vez culminado el mismo, el destino es común para todo este legado: el viaje en carretera a lo largo de 4.500 kilómetros de vuelta a San Petersburgo. Todo, por supuesto, bajo extremas medidas de seguridad.

Evaluación y embalaje de una de las obras de Nikolái Roerich. Evaluación y embalaje de una de las obras de Nikolái Roerich.

Evaluación y embalaje de una de las obras de Nikolái Roerich. / Javier Albiñana (Málaga)

Esta experiencia brindada a los malagueños volverá a celebrarse los próximos días 17, 18 y 19 de este mes, aunque en esta ocasión los interesados podrán ser testigos del proceso contrario: es decir, el montaje al completo de la colección anual y las dos muestras temporales que tomarán el relevo con la inauguración señalada para el 25 de marzo. A partir de entonces podrá verse la nueva colección anual, Realismo: Pasado y presente. Arte y verdad, que permanecerá hasta el 4 de abril de 2021; así como la nueva remesa de exposiciones temporales, que incluye dos muestras contenido cinematográfico: Andrèi Tarkovsky. Maestro del Espacio, una propuesta dedicada al cineasta ruso que estuvo prevista en un principio para 2018 y que podrá verse finalmente este año; y Rompiendo el silencio. El cine mudo en Rusia. El montaje de todo este material, llegado igualmente desde San Petersburgo, seguirá el mismo proceso, detallado y preciso. A la vista de quien lo desee.

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