Cultura

El Museo Thyssen Málaga muestra un Sorolla en plenitud enamorado del paisaje de Jávea

  • El pintor creó en 1905 obras como ‘Los nadadores’ o ‘Rocas de Jávea y el bote blanco’, esta última de los fondos propios y matriz de la exposición

  • La Sala Noble acoge hasta el 16 de enero un total de 26 piezas del Museo Sorolla, entre ellas una veintena de notas de color

'Rocas de Jávea y el bote blanco', a la izquierda de la imagen, en la muestra 'Sorolla en Jávea'.

'Rocas de Jávea y el bote blanco', a la izquierda de la imagen, en la muestra 'Sorolla en Jávea'. / Javier Albiñana (Málaga)

El encargo de un diplomático industrial chileno (quería unos paneles sobre el cultivo de la vid y la producción del vino) llevó a Joaquín Sorolla hasta la costa norte de Alicante. Sin pretenderlo, en el otoño de 1896, el pintor descubrió en Jávea un paraíso “sublime e inmenso” para pintar. Las aguas cristalinas, las playas rocosas, el trasiego de las actividades marítimas, los turquesas y azules intensos del Mediterráneo, los naranjas de los atardeceres y los rosáceos del alba cautivaron al artista, que volvería en 1898 y en 1900. Aunque fue cinco años después, en 1905, cuando creó obras como Los nadadores o Rocas de Jávez y el bote blanco, esta última perteneciente a la colección Carmen Thyssen y matriz de la exposición Sorolla en Jávea.

La muestra se compone de 27 piezas. Todas ellas, salvo el óleo de los fondos de la baronesa, pertenecientes al Museo Sorolla de Madrid. Se exhiben en la Sala Noble de la pinacoteca malagueña hasta el 16 de enero y, además de los siete lienzos de mayor formato, el público puede ver una veintena de notas de color, de estudios y primeras impresiones realizadas frente al paisaje por un Sorolla en la plenitud de su carrera pictórica.

“Era un deseo de esta institución desde hace bastante tiempo hacer un proyecto con Rocas de Jávea y el bote blanco y ha sido una gran satisfacción poder ver la pieza de la colección rodeada por otras que hizo ese mismo verano”, explica Lourdes Moreno, directora artística del Museo Carmen Thyssen Málaga. Moreno subraya que “la labor realizada en colaboración con el Museo Sorolla ha sido muy fructífera y fluida desde el primer momento, el director del museo siempre ha procurado que tengamos obras de gran nivel, incluso descolgándolas de zonas expositivas de su propio museo como es la de Los Nadadores”.

Lourdes Moreno y Enrique Varela comentan la obra 'Los nadadores'. Lourdes Moreno y Enrique Varela comentan la obra 'Los nadadores'.

Lourdes Moreno y Enrique Varela comentan la obra 'Los nadadores'. / Javier Albiñana (Málaga)

Enrique Varela, director del Museo Sorolla y comisario de la muestra, afirma que “se trata de una exposición de gabinete, de pequeño formato, pero muy intensa y ambiciosa en cuanto al contenido”. Explica Varela que Jávea le causó un fuerte impacto la primera vez que la visión y que “será en las sucesivas estancias cuando Sorolla cuente con el tiempo suficiente para desarrollar la calidad de su pintura y evolucionar en sus técnicas y plasmación pictórica del natural”.

Así consiguió óleos sobre lienzo “de gran calidad” y con un fuerte impacto sobre las vistas en torno al cabo de San Antonio. Pero no sólo le deslumbró el entorno. También le cautivaron los paisajes humanos, los niños nadando o jugando entre las rocas, las mariscadoras.

En cuanto a las obras de pequeño formato, las notas de color, apuntes o estudios, Varela indica que “algunas son obras en sí mismas, otras son estudios sobre el cielo o el mar que están llenos de fuerza, también pinturas para sí mismo, repletas de intimidad”. Por ejemplo, subraya, retrata a su familia pescando, pasando las horas en Jávea, tirando piedras al agua.

Un niño entre las rocas retratado por Sorolla en 1905. Un niño entre las rocas retratado por Sorolla en 1905.

Un niño entre las rocas retratado por Sorolla en 1905. / Javier Albiñana (Málaga)

“Jávea supuso para él un motivo novedoso de inspiración, una revelación de color y de luz”, agrega la directora del museo malagueño y señala que fue una etapa “muy feliz para él, tanto anímica como profesionalmente”. En 1905 Sorolla ya es “un pintor muy sólido, al año siguiente llegará la exposición individual de París y comienza una trayectoria internacional que hacen de él uno de los pintores españoles más reconocidos de su tiempo en el exterior”, destaca Moreno, al tiempo que apunta la modernida que se observa en obras como Los nadadores.

Entre la primera visita a Jávea y su estancia de 1905, entre la venta para el estado francés de La vuelta de la pesca y su exposición en París de 1906, “en ese arco temporal, Sorolla encuentra un pequeño refugio, un paraíso que le aleja del ruido de los clientes, del mercado del arte y se concentra en sí mismo y en el paisaje”, ahonda el comisario de la muestra. “De ahí sale esta pintura efervescente, incendiada por el sol, con esos mares esmeraldas y azules profundos del Mediterráneo, que supo captar con gran maestría”, agrega Varela.

Notas de color, estudios o piezas de pequeño formato expuestas en la Sala Noble. Notas de color, estudios o piezas de pequeño formato expuestas en la Sala Noble.

Notas de color, estudios o piezas de pequeño formato expuestas en la Sala Noble. / Javier Albiñana (Málaga)

En muy pocas ocasiones salen estos lienzos de la Casa Museo de Sorolla, sobre todo, dice su director, porque el público espera verlos allí. Pero en esta ocasión excepcional, malagueños y visitantes podrán verlas en un contexto más cercano y acotado a un momento muy concreto de la producción del artista. La muestra ha sido organizada gracias, además, a la colaboración de la Fundación Sorolla y al patrocinio de Iuris Cátedra, Abogados y Economistas.

La inauguración contó este viernes con la presencia del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, la concejala de Cultura, Noelia Losada y el patrono y representante de la Colección Carmen Thyssen, Guillermo Cervera, entre otras autoridades.

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