"Opinar de todo en las redes sociales me parece una pérdida de tiempo gigantesca"

Kase.O músico

El rapero zaragonazo presentará el 27 de enero en la sala La Trinchera su primer disco en solitario, donde se abre en canal y deja a un lado "las viejas técnicas" de composición

Kase.O posa frente a una caravana durante la sesión fotográfica promocional de su nuevo disco, 'El círculo'.
Isabel Vargas Málaga

29 de octubre 2016 - 05:00

Entre las 17 canciones de El circulo, el primer larga duración de Kase.O, uno busca, rebusca, hasta encontrar el verso. El verso que lo defina en apenas unas palabras. Y es en Guapo tarde, una oda a los adolescentes con muchos granos y pocas novias, donde se desvela una de las máximas de este primer disco del rapero aragonés: "Si me disfrazo, ¿qué sería yo para el rap?". Javier Ibarra Ramos (Zaragoza, 1980) se abre en canal, muestra su cara más humana y ese poso, aquel que deja las largas tardes en un local solo aprendiendo a producir, se traduce en temas introspectivos, íntimos, viscerales. Deja a un lado bombos y cajas -como tiene acostumbrado a sus seguidores en sus maquetas o con Violadores del Verso- para toquetear cacharros, meter violines, teclados e, incluso llantos. "Necesitaba ser yo mismo y dejar a un lado el mito de Kase.O", confiesa al otro lado del teléfono. El 27 de enero estará en la sala Trinchera presentando este primer álbum en solitario.

-En este disco ha cambiado bombos y cajas por violines, teclados, e, incluso, llantos -en Basuretas (Tiempos raros)-. ¿Cuánto tiempo lleva gestándose esta transformación?

-Todo sucedió en mitad del proceso creativo. Tuve un enfrentamiento conmigo mismo porque no me funcionaban las viejas maneras de hacerlo, las viejas técnicas. También pensé que era mi primer disco en solitario y quería que fuera muy mío. No quería imitar la música de los raperos americanos o la música que me gusta. Quería empezar a hacer mi propia música y ese ha sido el verdadero reto.

-Ha toqueteado cacharros y ha asumido el rol de productor en algunos temas.

-Sí, esto surge por necesidad. No encontraba en las instrumentales de los demás el sonido que yo quería. Así que me compré un programa y aprendí. También adquirí un teclado y empecé a componer. El procedo creativo de El círculo surge en la soledad, encerrado en el local todas las tardes, poniéndome ritmos. Me paraba a pensar, visualizaba el tema.

-¿Cree que esas horas de trabajo en soledad se han traducido en un disco introspectivo?

-Sí, es un álbum de muy en contacto conmigo mismo, con mis traumas, mis viejos demonios.

-"Si me disfrazo, ¿qué sería yo para el rap?". ¿Qué le dice este verso?

-Oh (silencio). Está muy bien vista. Esa era mi búsqueda, ser yo mismo, al enfrentarme al mito de Kase.O, a todo lo que supone eso, al disco súper esperado, a lo que la gente espera de Kase.O.

-¿Cómo se vive eso, quiero decir, sabiendo que tanta gente espera mucho de usted?

-Pasándolo días muy malos... Y escribiendo. Rezando mucho, creyendo en los ángeles, invocaba mucho a dios.

-¿Es una referencia religiosa o habla de dioses de carne y hueso?

-El dios que yo creo es otro dios. No puedo definirlo. En la portada del disco aparece un rosario, pero está ahí en honor a mi abuela Rosario.

-¿Entonces, cómo se enfrenta uno a un nuevo trabajo cuando se es un ídolo de masas, con gente que quiere una misma cosa una y otra vez, que no repara en críticas?

-Se tiene la tentación de hacer lo que la gente espera de ti, pero no quería hacer eso, quería ser yo mismo. Me enfrenté a esas voces que me decían que hiciera un disco de rap más clásico, pero yo ya no me siento ni feliz cómodo en ese registro. Se supone que uno con el arte se expresa y si no eres tú mismo ahí, no hay más canales. Tuve que humanizar a Kase.O y preguntarme ¿quién coño es Kase.O? Vamos a decírselo a la gente. Fue la ne cesidad la que me llevó a esa sinceridad visceral.

-En su nuevo disco también hay espacio para la política. ¿Metería alguna declaración más en Interludio Risoterapia -una canción donde sólo se escucha declaraciones de Zapatero, Rajoy o Aznar, scratches y risas- si tuvieras la oportunidad de revisarla?

-Claro que se podría porque hay una cantidad ingente de políticos que han mentido mucho. Mi intención era pillarles con la mentira en la boca. Una mentira más que demostrada -"El régimen iraquí tiene armas de destrucción masiva", por ejemplo-.

-¿Desempeña el rap un papel fundamental a la hora de airear las vergüenzas de la clase política, y en especial la española?

-Cada rapero vive o le afecta la política de una manera diferente. Cada raper tiene su propia política. Quizá un día te desquicie más lo que diga un político y te marques un rap. Pero eso no quiere decir que esté pensando todo el día en la política. Mi disco lo he dividido en porcentajes de cosas que ocupan mi mente. Canciones políticas hay dos, de amor o imaginativas hay más. Temas sobre traumas también hay unos pocos. Yo no puedo hacer un disco entero de política porque no es sólo eso lo que ocupa mi mente.

-¿Qué piensa sobre Los Chikos del Maíz? ¿Son necesarios?

-Claro, son súper necesarios. Y si con el arte uno no se puede expresar, entonces apaga y vámonos.

-"No hay chicas por aquí, sólo raperos". ¿Qué opina del panorama rapero femenino?

-No distingo entre hombres y mujeres en el rap. A mí me gusta mucho Rihanna, Nicki Minaj, Beyonce. Y si tengo que hablar de una rapera española esa es la Mala Rodríguez sin duda, porque creo unas bases, una escuela. Es única.

-Se fue a vivir a Colombia durante cuatro años. ¿Qué aprendió a apreciar allí?

-He cultivado el amor a las plantas y a los animales -sólo hay que fijarse en la portada de El círculo-. Sobre todo con las plantas. Ellas se mueven a su antojo, son libres. De Colombia me lleva su naturaleza exhuberante, sus ríos, la gente. Me fui porque estaba un poco aburrido aquí. Necesitaba cambiar de aires.

-Habla de cambiar de aires. Ahora ha vuelto a España y de vez en cuando tuitea. ¿Qué opina de las redes sociales?

-Como persona lo real para mí son las plantas, la tierra, el sol. Quiero a mi público y le doy detalles de mis discos, estoy en contacto con ellos a través de ellas, pero no estoy todo el día conectado. Las redes sociales son como bluffs. Si busco un hotel claro que voy a mirar en Internet, pero ponserse a opinar de todo me parece una pérdida de tiempo gigantesca.

-¿Dónde recomienda escuchar su disco?

-Quizá en el coche porque ahí suena genial, en un espacio tan hermético. Pero paseando a la orilla de un río con unos cascos tranquilamente, creo, es como se tiene que escuchar esto.

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