Orquesta Filarmónica de Málaga

Deseos de paz entre dos orillas

  • Bajo la batuta de un inspirado Manuel Hernández Silva, la Filarmónica unió la mayor tradición vienesa y el calor latino en su Concierto de Año Nuevo

Pacho Flores y Manuel Hernández Silva, este viernes, en el Concierto de Año Nuevo de la OFM.

Pacho Flores y Manuel Hernández Silva, este viernes, en el Concierto de Año Nuevo de la OFM. / Javier Albiñana (Málaga)

Que la celebración del Concierto de Año Nuevo en el Teatro Cervantes quede en manos de la Orquesta Filarmónica de Málaga desde hace algunos años se debe, en gran medida, al empeño del director titular de la orquesta, Manuel Hernández Silva, quien dejará su cargo al término de la presente temporada. Este viernes, en la nueva celebración del concierto, Hernández Silva, venezolano de origen y español de convicción, volvió a subir a la tarima para dejar una contundente muestra de su sello particular, el que se alimenta tanto del calor latinoamericano como de la estricta estética vienesa en la que fue educado. El resultado bebió así de dos orillas en principio distintas para concluir en un mismo ambiente festivo a favor de la música.

Con el tremendo trompetista Pacho Flores (un viejo conocido de los abonados de la OFM) como aliado, la orquesta brindó una primera parte de indudable sabor caribeño que transitó lo mismo por El manisero y Guantanamera que por el exquisito vals Morocota, del propio Flores, con Leo Rondón al cuatro venezolano, sin olvidar la espléndida lectura del Oblivion de Piazzola. Para cuando en la segunda parte la dinastía de los Strauss hizo de las suyas, quedó claro que tampoco la música clásica entiende de fronteras. Que se lo digan a Doña Francisquita.

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