Pablo Milanés | Músico

“Aún sigo sin explicarme cómo llegué a componer ‘Para vivir’; es un misterio”

  • El cantautor cubano llega este sábado al Teatro Cervantes con todas las entradas agotadas dentro de su gira ‘Esencia’, en la que revisa más de medio siglo de canciones inolvidables

Pablo Milanés (Bayamo, Cuba, 1943), en un concierto reciente en España.

Pablo Milanés (Bayamo, Cuba, 1943), en un concierto reciente en España. / Alberto Martín / Efe

Basta pronunciar en voz alta el nombre de Pablo Milanés (Bayamo, Cuba, 1943) para que a todo el mundo le venga a la cabeza al menos una canción. Su repertorio abarca himnos incontestables al amor (Para vivir, Yolanda o El breve espacio en que no estás, sólo por citar algunos) y la Revolución (ya desde sus legendarios álbumes dedicados en los 70 a José Martí y Nicolás Guillén, en los que incluyó temas como Mi verso es como un puñal y Tengo), pero tampoco le han sido ajenos el jazz, el bolero y otros géneros dentro y fuera del amplio espectro caribeño. Cofundador de la Nueva Trova Cubana a finales de los 60 junto a Silvio Rodríguez y Noel Nicola, su influencia en las diversas generaciones de cantautores en España y América Latina es incontestable. Referentes como Mercedes Sosa, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute, Víctor Manuel y Ana Belén y el mismo Silvio Rodríguez le han rendido homenaje en discos como el fundamental Querido Pablo (1985) y en multitud de ocasiones sobre el escenario. Comprometido con la Revolución, en los últimos años también ha expresado sus críticas hacia algunas decisiones del Gobierno cubano, especialmente en lo relativo a la persecución de la disidencia. Milanés actúa este sábado a las 20:00 en el Teatro Cervantes (que le espera con el cartel de No hay billetes) dentro de su gira Esencia y antes atendió a Málaga Hoy para este entrevista, concertada bajo la premisa de que el músico prefiere no abordar cuestiones políticas.

-¿Cómo se las apaña para fijar el repertorio de sus conciertos y dejar a todo el mundo contento, empezando por usted mismo?

-La gira con la que ahora vuelvo a Málaga, Esencia, es un poco especial respecto a lo que preguntas porque la intención con la que la ideamos fue la de repasar todas las etapas de mi carrera, que han sido muchas. Se trataba, ciertamente, de ir a la esencia de mi historia como músico, de ofrecer una carta de presentación lo más amplia posible. Así que en el repertorio hay canciones viejas y nuevas, algunas que el público espera y canta y otras que, por el contrario, la mayoría de la gente desconoce. Hasta ahora, el resultado ha sido muy satisfactorio. Llevamos con esta gira desde el año pasado y te puedo asegurar que el éxito y la gran acogida del público en los conciertos han llegado a sorprenderme. Me deja muy tranquilo y contento la manera en que la gente recibe todas las canciones, las más conocidas y las menos.

-El formato también va a lo esencial, con un acompañamiento mínimo de músicos en el escenario. ¿Siente predilección por este tipo de conciertos más íntimos?

-Sí, en esta ocasión llevamos un formato camerístico, con dos músicos y con el único acompañamiento instrumental de piano y violonchelo. Al optar por este formato pretendíamos, como dices, ofrecer un concierto muy íntimo, favorecer la complicidad del público. Pero, al mismo tiempo, esta desnudez se adapta muy bien a la variedad tan amplia del repertorio. Hacemos un poco de todo, jazz, son cubano, bolero, música internacional... y reduciendo la instrumentación es más fácil poder articular todo este discurso.

-Hablando de jazz, recientemente ha publicado en Cuba un disco de standards cantado en inglés. ¿Cómo han resultado la experiencia y la acogida?

-Muy bien, ha sido muy gratificante. Formamos en La Habana un pequeño grupo de jazz, con piano, contrabajo y batería, y nos atrevimos a hacer estas canciones. Más que cantar en inglés, la osadía por mi parte ha tenido que ver con el repertorio en sí. Son canciones muy comprometedoras, en el sentido de que nada más escuchar las primeras notas la gente ya sabe de qué canciones se trata, y además porque todas las han interpretado artistas muy importantes. En Cuba está gustando mucho.

-¿Está prevista su distribución fuera de Cuba?

-Sí, habrá que cerrar el acuerdo con las distribuidoras pero la idea es que el disco se publique también en España, por supuesto.

"EEUU y Cuba se han nutrido mutuamente a través de la música a lo largo del último siglo"

-De todas formas, el jazz ha estado presente en su carrera siempre, desde sus comienzos a principios de los 60 en La Habana. ¿Alguna vez esto ha supuesto un problema para usted?

-No. El jazz se ha asumido siempre en Cuba con mucha naturalidad, ha estado y sigue estando muy presente. Su aportación al desarrollo de la música cubana es enorme, no hay nada más que ver la cantidad de grandes músicos de jazz que han salido de Cuba. Más aún, lo que ha habido es una influencia en una doble dirección, lo que de alguna forma ha sido inevitable dada la proximidad geográfica con Estados Unidos. La huella del jazz en Cuba ha sido enorme, pero no ha sido menor la que ha dejado la música cubana en Norteamérica. En el último siglo nos hemos nutrido y enriquecido mutuamente a través de la música.

-Respecto a las influencias, ¿cómo valora la que ejerce hoy la Nueva Trova Cubana?

-Supongo que esa influencia se mantiene a su manera, sí. A menudo me preguntan por la Nueva Trova a cuenta de mi calidad de cofundador, pero en realidad mi visión de la música cubana es más amplia ya que yo llegué a la Nueva Trova un poco por casualidad. Mis orígenes vienen de antes, en la música que hacíamos dentro de un grupo que no llegó a tener proyección nacional ni muchos menos internacional, en el que nos reunimos algunos músicos compañeros ya a comienzos de los 60. Nuestra intención era romper con el filin, porque entonces el filin lo llenaba todo en Cuba y nosotros queríamos abrir otros caminos para hacer canciones. En aquel tiempo, cuando tenía 22 años, compuse una canción que se tituló justamente Mis 22 años y que ejemplificaba bien lo que queríamos hacer fuera del filin. Aquella canción llegó a escucharse bastante y me llevó a la Casa de las Américas, donde coincidí por primera vez con Silvio y donde empezó a fraguarse la Nueva Trova, en la que se me identificó como cofundador, aunque en realidad mi quehacer no cambió. Mis intenciones seguían siendo las mismas de antes.

-Señalaba Luis Eduardo Aute a Yesterday de The Beatles y Para vivir de Pablo Milanés como las más bellas canciones de amor del siglo XX.

-Sí. Y nunca he dejado de agradecer a mi querido hermano Eduardo aquello que dijo.

-La cuestión es, ¿cómo se llega a componer una canción tan nítida como Para vivir?

-Ante todo, Para vivir es un misterio. Un misterio enorme. Escribí esa canción en 1967, a los 24 años. ¿Qué experiencia se puede tener del amor a esa edad, qué se puede saber del amor a los 24 años? Ya me dirás. Después sí, claro, sigo un método de trabajo para componer mis canciones. Aquella vez, sin embargo, cogí la guitarra y salió Para vivir. Y tanto tiempo después no me explico cómo pudo pasar.

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