Cultura

Un Patrimonio Mundial

  • El Comité de la Unesco acordó ayer la inclusión del Sitio de los Dólmenes de Antequera en su Lista Representativa, un hito para la provincia de Málaga y la cultura megalítica

Cuando la presidenta del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, reunido en Estambul desde el pasado día 10 en un encuentro que se prolongará hasta el día 20, le dio el turno de palabra ayer al portavoz de Portugal en el debate sobre la candidatura de los Dólmenes de Antequera, el hombre no pudo ser más honesto: "Mis abuelos eran de Antequera, y no oculto que esto también influye en mi decisión de apoyar la propuesta". Pero también apuntó una idea aún más interesante en su dictamen: "Los Dólmenes de Antequera son una demostración única del genio humano". Así es: la construcción de los tres monumentos megalíticos incluidos en el Sitio, los dólmenes de Menga y Viera y el tholos de El Romeral (a los que se añaden bajo la misma nomenclatura los parajes naturales de la Sierra del Torcal y la Peña de los Enamorados), erigidos como emblemas del Neolítico y la Edad del Bronce hace entre 3.000 y 4.000 años, constituyen un milagro propio del talento de la especie, capaz de elevar enormes moles de piedra en pos de la satisfacción de una inquietud espiritual. Y por ello el Comité decidió ayer, apenas pasadas las 15:30 (hora española), incluir los Dólmenes de Antequera en su Lista Representativa, un hito que debe interpretarse en dos direcciones: por una parte, la provincia de Málaga tiene ya su primer Patrimonio Mundial de la Unesco; y, por otro, más interesante en cuanto a proyección internacional, la Europa Continental cuenta ya también con su primer ejemplo de cultura megalítica con esta distinción. Las únicas cinco construcciones de esta categoría incluidas en la Lista Representativa (el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco mantiene una política extremadamente reservada al respecto) son las de Stonhenge, Avebury y Las Orcadas en el Reino Unido, Newgrange en Irlanda y los templos prehistóricos de Malta. El Sitio de los Dólmenes de Antequera se une así a tan selecto club, lo que desde hoy tendrá consecuencias inmediatas en el señalamiento de Antequera (cuyo nombre sonó ayer tan hermosamente, en los más diversos acentos del planeta a pesar del común inglés, desde las bocas de los delegados del Comité) en los mapas turísticos, culturales y de la más diversa índole.

 

Con la declaración de ayer culmina un largo proceso que comenzó hace más de treinta años: fue en 1984 cuando, en una visita a los Dólmenes, el entonces director general de la Unesco, Amadou-Mathar M'Bow, recomendó a los responsables del enclave y las instituciones que promovieran una candidatura para el Patrimonio Mundial. El proyecto no cuajó entonces, aunque no faltaron intentos posteriores que del mismo modo se vinieron abajo, por el escaso margen de singularidad a la hora de definir la iniciativa. Fue el profesor de Historia de la Ciencia de la Universidad de Cambridge Michael Hoskin quien en 2005 aportó una clave fundamental: después de analizar más de tres mil enclaves megalíticos de Europa y África, el arqueoastrólogo llegó a la conclusión de que el dolmen de Menga y el tholos de El Romeral constituían un verdadero caso único porque, si bien la práctica totalidad de los monumentos de este orden están orientados sol, lo que se traduce en hermosos fenómenos lumínicos en su interior en cada solsticio y equinoccio (como sucede en el dolmen de Viera, convertido en una atracción de primer orden que mueve a Antequera a no pocas personas cada año), estos dos ejemplos están orientados a elementos naturales (la Peña de los Enamorados y la Sierra del Torcal, respectivamente). Es decir, había una base científica de enorme interés desde la que empezar a construir una idea de los Dólmenes de Antequera como bien de extrema singularidad en el planeta. La candidatura comenzó a articularse y, en marzo de 2014, el Consejo de Patrimonio Histórico Español escogió la de los Dólmenes como única aspirante del país para someterse a la consideración del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco en la siguiente revisión de la Lista Representativa. En enero del año pasado, la Junta de Andalucía tramitó el expediente al Gobierno y éste a su vez la envió a la Unesco. En septiembre, la evaluadora del Icomos (órgano de expertos en patrimonio mundial de la Unesco) Margaret Gowen se desplazó hasta Antequera para hacer un seguimiento in situ y, tras el compromiso de las instituciones de llevar a cabo algunas modificaciones en el polígono industrial de Antequera y el inmueble destinado a albergar el futuro Museo de los Dólmenes, el sí definitivo llegó hace dos meses. Con esta aprobación definitiva, la decisión favorable del Comité parecía cosa hecha. Y así, tal cual, sucedió ayer.

 

Pero gran parte de este éxito se debe a la unidad que han mantenido en el empeño las tres instituciones implicadas: la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, la Diputación provincial de Málaga y el Ayuntamiento de Antequera. La consejera de Cultura, Rosa Aguilar; el presidente provincial, Elías Bendodo; y el alcalde, Manuel Barón, siguieron ayer de cerca los acontecimientos como invitados en la misma reunión del Comité en Estambul, junto a otros artífices como el secretario general de Cultura de la Junta, Eduardo Tamarit, y el director del Centro Arqueológico de los Dólmenes de Antequera, Bartolómé Ruiz (verdadera alma de la candidatura y promotor incansable de los monumentos). Nada más aprobarse la inclusión en la Lista Representativa, los desplazados al Bósforo estallaron en abrazos y expresiones de júbilo, con las consiguientes declaraciones. Aguilar aseguró que "Antequera, Málaga, Andalucía y España están de enhorabuena" y subrayó que la declaración por parte de la Unesco es también un motivo de "orgullo por el trabajo bien hecho". La consejera dio las gracias especialmente "a la comunidad científica y a todas las personas que con su trabajo han hecho posible una candidatura de excelencia, como han ensalzado los once países que han intervenido durante la sesión en la que Los Dólmenes han sido declarados Patrimonio Mundial de la Unesco". Para Aguilar, "empieza ahora un tiempo nuevo para los Dólmenes, que han abierto una ventana al mundo para que los puedan mirar, sentir y disfrutar". La consejera apuntó que "una vez más, Andalucía ve reconocido su patrimonio con otro lugar declarado Patrimonio Mundial". Ahora, "los Dólmenes ya no son sólo de Andalucía, sino del mundo entero". Y concluyó con la afirmación de que la declaración supone "para Antequera y toda la comarca oportunidades ciertas desde el punto de vista del desarrollo económico, del crecimiento y de la generación de empleo de la mano del turismo cultural". "La cultura abre ahora la puerta en Antequera a un sector que mira también a los jóvenes, a los emprendedores que tienen mucho que decir cuando una oportunidad como ésta se presenta en su comarca", añadió. Por su parte, Bendodo calificó como  la decisión como "un hito histórico" que "marcará un antes y un después en la historia de nuestra provincia:  el nivel de exigencia era altísimo, pero el esfuerzo ha merecido la pena. Lo que se ha conseguido hoy en Estambul es un ejemplo más de que la colaboración entre administraciones da sus frutos". Manuel Barón celebró que "Antequera ya es patrimonio Mundial de la Humanidad y es una ciudad que forma parte de las principales del mundo", mientras que Bartolomé Ruiz subrayó que el Comité "ha reconocido la aportación científica del equipo de investigadores que ha fundamentado y elaborado la memoria del expediente". 

 

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se refirió a la denominación de Patrimonio Mundial para los Dólmenes como un "reconocimiento que, a los ojos de la humanidad, sitúa a Andalucía como lo que es: una tierra de cultura", y vio en ella el ejemplo de que "cuando hombres y mujeres trabajan de la mano para que ese patrimonio enriquezca nuestra tierra y además tienen la colaboración de las instituciones, como la Junta, esos sueños se consiguen". El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, optó por Twitter para dar su particular felicitación: "Los Dólmenes, Patrimonio Mundial de la Unesco. ¡Enhorabuena Málaga! Una gran noticia para todos los españoles". Bajo la lluvia de parabienes, cabe recordar sin embargo la advertencia del clásico: ahora toca merecerlo. El trabajo para hacer de los Dólmenes de Antequera un referente cultural, histórico y científico de primer orden no ha hecho más que empezar. Valdrá la pena, seguro.

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