Preparen el bombín, llega Sabina

Tras cuatro años de silencio discográfico, Joaquín Sabina volvió a los estudios para dar a luz a su último trabajo: Vinagre y rosas, con el que lleva más de un mes como número uno en la lista de ventas y con el que ya ha conseguido el triple disco de platino -más de 240.000 copias vendidas-. Esta noche a partir de las 22:00 se enfrentará al directo en el Palacio de los Deportes, Martín Carpena, dispuesto a demostrar que aún le queda cuerda para rato.

El pasado 20 de noviembre, el genio del bombín empezó en Salamanca la gira española de presentación de Vinagre y Rosas, que hoy echa el cierre en Málaga. En los primeros meses de 2010 le espera Latinoamérica, donde ofrecerá 12 conciertos en Chile, Argentina y Uruguay. No será hasta el 12 junio, cuando Sabina retome en Badajoz su andadura por los escenarios de la Península.

La expectación por ver al de Úbeda sobre los escenarios ha colgado el No hay billetes en todas las actuaciones de esta gira, que comenzó el 20 de noviembre en Salamanca. Si algún fan se quedó sin entrada y hoy es agraciado con algún Premio de la Lotería Nacional, o quiere darse un capricho, puede acudir a la reventa por internet, donde es posible encontrar las entradas desde los 52 euros -precio de venta en taquilla para patio de butacas- hasta los 240 y 250 euros. En época de crisis, muchos han visto en el tirón del cantautor la manera más fácil de hacer el agosto en pleno mes de diciembre.

Tras 31 años haciendo canciones, las musas podrían haber decido abandonar a Sabina. Dejarlo solo y con el corazón roto, dispuesto a ahogar su melancolía en una copa sentado frente una barra de bar. Así al menos sucedería en una de sus canciones. Sin embargo, en los 14 temas de Vinagre y Rosas, se revela un artista renovado, desnudo, escéptico, utópico y fantástico, del que nadie diría que ya calza 60 años.

Quizá haya sido vital para conseguir esa frescura que emana del disco, la compañía, ya que en Vinagre y Rosas, Joaquín Sabina no ha estado solo. Ha buscado la complicidad de Rubén y Leiva de Pereza, que ponen la producción musical en el primer single Tiramisú de Limón, en el que la letra corre a cargo de la pluma de Benjamín Prado (que también escribe a medias otros nueve temas). Sabina pone su chulería y la voz, junto a los coros de Pereza; su amigo y compañero Joan Manuel Serrat, Antonio García de Diego, Pancho Varona y Guti, el jugador del Real Madrid que se cuela en el disco de un acérrimo colchonero. Parece que no hay nada que la música sea incapaz de unir. Esta canción, un rock de medio tiempo, está llamada a ser una de la más coreadas del espectáculo, donde el público además de conocer los últimos temas, esperará impaciente rememorar esos temas de Sabina, que ya forman parte de la banda sonora de este país.

Hoy, un día en el que la suerte gira en un bombo, la fortuna para muchos será estar a las 22:00 en el Palacio de Deportes Martín Carpena, donde podrán saborear su propio premio Gordo. Un premio capaz de borrar la tristeza de no ser millonario un año más. Así que, preparen el bombín, que llega Sabina.