En una época en la que todo es mercancía, la creación de nuevos objetos de arte parece cuestionable. Por esa razón, el artista malagueño Rogelio López Cuenca manipula signos y objetos existentes en busca de significados ocultos y reivindica su lectura como acto crítico y creativo. Poesía visual y ciudad son los ejes sobre los que gira la exposición que desde este martes y hasta el 26 de agosto le dedica el Museo Reina Sofía de Madrid con el título Yendo leyendo, dando lugar y una imagen promocional que sintetiza las paradojas del arte contemporáneo.

Se trata de su obra Desaparecido (2014), una fotografía de Pablo Picasso enmarcada como si se tratara de un anuncio sobre una persona desaparecida que empapela las calles interpelando a los paseantes. La obra se incluye en una sala con una serie de souvenirs y recortes de prensa alterados que denuncian la picassización forzada de Málaga en los últimos años con el fin de construir un relato atractivo para el turismo y en el que todo se explica a partir del "hecho fortuito" del nacimiento del artista en la ciudad.

"Las ciudades se han transformado en espacios de atracción de inversiones que compiten entre sí por exigencias del capitalismo ultraliberal", señala el artista, que habla de "ciudades marca". Los efectos son ampliamente conocidos: turistificación, gentrificación, especulación. En el caso de Picasso, además, la perversión en la interpretación de su obra, dado que también se produce "una malaguización" de su vida y creaciones. "El rostro lloroso de Dora Maar se relaciona con las procesiones de Semana Santa, el toro del Guernica con el de la Malagueta, y el pobre Picasso no está aquí para defenderse", apunta López Cuenca.

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López Cuenca, junto a una de sus obras, en el Reina Sofía.

a publicidad como mensaje más potente que la propia realidad en el espacio urbano es una línea de análisis que impregna la muestra, plagada de logos, revistas e imágenes promocionales alteradas. En una sala, una cinta con la inscripción Don't cross, art scene (No cruce, escena artística), semejante a las que utiliza la policía en la escena de un crimen, se interpone entre el espectador y las obras, un elemento de control que lleva implícita la invitación a transgredirlo. En otra, una bandera de la Unión Europea cambia las estrellas representativas de los Estados por doce logotipos de grandes empresas. La rebelión irónica como respuesta a los mecanismos del poder.

"Las ciudades compiten entre sí por exigencia del capitalismo ultraliberal"

La mirada crítica de López Cuenca se extiende a otras cuestiones como las políticas migratorias contemporáneas, el poscolonialismo o la memoria histórica. Su proyecto multimedia Málaga 1937 (2007) cuenta el éxodo y matanza de miles de personas que huyeron de Málaga a Almería por la carretera N-340 en la madrugada del 7 al 8 de febrero de 1937, un pasaje poco conocido de la Guerra Civil.

La última sala acoge una instalación creada expresamente para la retrospectiva del Reina Sofía. Titulada Las islas, se compone de una serie de maniquíes con camisetas hawaianas como símbolo del turismo global y los ecos coloniales y violentos que a su juicio lleva impregnados.

Según Manuel Borja Villel, director del museo y comisario de la exposición, la obra de López Cuenca conecta tanto con la pulsión vitalista y transgresora de las vanguardias históricas como con las derivas heterodoxas del pop, situando el lenguaje en el centro de su investigación. La exposición se complementará con un seminario sobre "turismo, arte y ocio en la era de la circulación total" que tendrá lugar el 12 de junio y contará con la presencia del artista y otros expertos.