“Si damos garantía de seguridad, vamos a salir adelante”
José Manuel Rodríguez Uribes | Ministro de Cultura y Deporte
Reitera que hay que volver al cine y a los espectáculos en general, pero siempre bajo una premisa que no se puede olvidar: la responsabilidad de todos
Entre preservar la salud y ayudar a sectores que necesitan del público, en mitad de "la tormenta perfecta", solo cabe favorecer su desarrollo con garantías
Málaga/El ministro de Cultura atiende a este periódico el pasado 22 de agosto, pero su equipo pide que la entrevista no salga publicada hasta que finalice el Festival. El motivo que se intuye es no le quiere robar protagonismo a los verdaderos artífices de la industria cinematográfica.
–Accedió al cargo poco antes de la pandemia. Si lo hubiera sabido, ¿se lo habría pensado más?
–No, no me lo hubiera pensado. Es un honor siempre ser ministro de Cultura y Deporte del Gobierno de España, hay que estar a las duras y a las maduras, tengo ese aprendizaje de servicio público y uno no va a los cargos para disfrutar, va para trabajar y hacer las cosas lo mejor posible. Estoy muy agradecido al presidente del Gobierno por pensar que podría ser un buen ministro de esta cartera. Es verdad que solo pude estar dos meses en una situación de normalidad, que me permitió acudir a grandes y no tan grandes acontecimientos por toda España y diseñar los planes del Ministerio, empezar a pensar en unos nuevos presupuestos que sustituyan de los que venimos, que en Cultura son de Secretaría de Estado, no de Ministerio y hay que hacer un esfuerzo ahí.
–¿Cómo está viviendo la crisis?
–Esta crisis sanitaria ha tenido efectos devastadores en el ámbito económico y social generales, pero muy especialmente también en relación con la cultura y el deporte, que dependen del público. Por tanto, me he encontrado con una nueva realidad que transforma radicalmente los planteamientos iniciales que eran de construcción y de un apoyo progresivo a la cultura y el deporte. Ahora tenemos que hacer la reconstrucción, y en eso estamos.
–¿Qué le pareció la decisión del Festival de Málaga de ser presencial?
–Me pareció una decisión acertada, sobre todo porque ha combinado la necesaria valentía para impulsar el cine y la cultura con la responsabilidad en un contexto serio de crisis sanitaria. Esa doble mirada que estaba detrás, como ha estado en otros grandes festivales de teatro y cine que apoyamos desde el Ministerio, me dio mucha tranquilidad y a la vez mucha esperanza. En estos días hemos visto ilusión y esperanza, a pesar de las dificultades objetivas que tenemos y que con los rebrotes estamos viendo que aún nos queda un buen trecho para resolverlo.
–¿Cómo ha visto el ánimo del sector cinematográfico?
–El sector ha estado muy preocupado durante estos meses, esta crisis introduce de manera especial elementos de incertidumbre que no teníamos en otros momentos, vinculados a cuándo habrá un tratamiento, a cuestiones de tiempo, también a la propia sostenibilidad de los sectores culturales y deportivos que vienen de una vulnerabilidad histórica. Algunos problemas son endémicos, de financiación y también de reconocimiento, muchas veces.
–¿Le falta reconocimiento?
–Creo que el conjunto de la sociedad se ha dado cuenta de lo importante y necesaria que es, que no es una cuestión prescindible, que forma parte de nuestras vidas, que sociedades abiertas y desarrolladas no podemos vivir sin la cultura y, por tanto, no es un capricho sino una necesidad.
–¿Qué supone el decreto que se aprobó el 5 de mayo?
–Creo que este decreto, que ahora se está tramitando como proyecto de ley, dio tranquilidad, porque palió y se enfrentó a algunos de los problemas derivados de la situación provocada por el Covid, pero también de los históricos con algunas cuestiones sobre las que debemos avanzar, por ejemplo, en relación con el estatuto del artista y con incentivos fiscales para el mecenazgo. Ya hay pasos dados en el decreto, por ejemplo, la protección por desempleo para artistas de espectáculos públicos que era una demanda histórica muy difícil de implementar por la característica de la intermitencia de los trabajadores culturales. Lo hemos podido hacer en esta situación extraordinaria, pero mi voluntad es que podamos culminar el estatuto del artista con una carta de derechos y obligaciones estable y segura para los artistas.
–Y se han aumentado las ayudas...
–Las ayudas incluso las ordinarias las hemos triplicado con respecto al año pasado, tanto para el teatro como para el cine y las artes escénicas en general, música, danza y circo. Estamos en esa voluntad de colaboración. El ministro de Cultura no hace la cultura pero tiene que trabajar para que pueda desarrollarse con la libertad y fortaleza que merece.
–Empezó el confinamiento con unas declaraciones que le valieron bastantes críticas…
–Fue una rueda de prensa compartida con el ministro de Sanidad, en ese contexto de casi 1.000 muertos y después de haberme reunido con los sectores culturales, lo que dije fue que tenía que ver si funcionaban las medidas generales y trasversales que habíamos aprobados en los consejos de ministros para todos los sectores económicos y sociales del país, ver si las medidas generales servían para la cultura. Dije en ese momento que si comprobábamos que no llegaba, implementaríamos medidas específicas, cosa que hicimos muy poco después con el decreto del 5 de mayo. La segunda cosa que dije fue una frase de Orson Wells sacada de la última novela del mexicano Arriaga. Dice que primero va la vida y luego el cine, y yo añadí que la vida sin el cine, sin la cultura no tiene sentido, algo que hemos comprobado esos meses. Pero la frase se quedó en la primera parte y eso provocó una desazón y un enfado que entiendo. Todos estábamos en unos momentos muy críticos y la preocupación lleva a esa reacción.
–¿Cómo afrontó las críticas?
–Al día siguiente llamé a Juan Echanove, del que me he hecho buen amigo ahora. Es verdad que tuvo una reacción muy desaforada y muy crítica. Le expliqué que llevaba dos meses, que no me había dado tiempo de hacerlo mal ni bien y, en segundo lugar, le dije que tenían todo mi compromiso y no solo el mío. Esto no es una cuestión del ministro, es una cuestión del Gobierno de España, y yo dentro del Gobierno con el presidente a la cabeza tengo toda la complicidad para apoyar a la cultura y al deporte. Es verdad que estamos en una situación inédita, dificilísima por la pandemia, pero el compromiso está intacto.
–¿Le ha perdonado ya el sector?
–Pues no sé, habría que ir preguntando uno a uno. Candela Peña me hablaba de aforos de los cines y de que en otros sitios hay más gente. Yo intenté trasladarle la idea de lo que hay que estar es orgullosos de la cultura, del cine, de las artes escénicas, en general. Creo que la cultura está dando un ejemplo de responsabilidad que debemos mantener precisamente para poder seguir avanzando y desarrollar todos los grandes y pequeños eventos culturales que tenemos en el horizonte. La cultura es una palanca de vertebración social necesaria y si la hacemos segura pues será una garantía de futuro en estos meses de incertidumbre.
–¿Toca ahora llamar al público para que vuelva a las salas?
–Sí, por eso he estado en el Festival de Málaga, para apoyar ese llamamiento del cine como un lugar seguro y como un lugar que necesitamos para alimentar nuestro espíritu y ser mejores. Hay que ir al cine. Ya hay algunos datos positivos, el estreno de la última película de Santiago Segura ha arrojado mejores datos que el año pasado. Si somos capaces entre todos y estamos en el mismo barco, los sectores y las administraciones públicas, de trasladar ese mensaje y dar garantías de seguridad, pues vamos a salir adelante.
–¿Cómo se transmite esa garantía de seguridad?
–Primero haciéndolo bien, que puedan comprobar que los teatros, los cines, los auditorios, son lugares seguros, que se cumplen medidas de seguridad, de distanciamiento social, las mascarillas están puestas… Es necesaria la colaboración de los ciudadanos, esto es una cosa de todos. Con el buen cine que hacemos, la calidad y la seguridad juntas son el gran lema para que la gente vuelva a los espectáculos.
–Con aforos tan reducidos para ciertos empresarios de salas pequeñas va a ser muy difícil mantenerse…
–En el decreto ya pensamos eso y una buena parte de los 80 millones son para los exhibidores de cine y los teatros públicos y privados, para que puedan completar lo que pierden por la reducción de aforo. Les ayudamos también a que implementen medidas de seguridad e higiene. Son lugares a los que vamos porque queremos y tenemos una oportunidad de hacerlo bien. También hay que destacar que el decreto de nueva normalidad sitúa a las comunidades autónomas, a los ayuntamientos y a las diputaciones como los que deciden en el territorio propio cómo se realiza un espectáculo, qué aforo debe tener, también por las circunstancias del lugar, porque son los que mejor lo conocen. Nosotros dimos tres medidas generales que son razonables, el uso de las mascarillas, la distancia social y que no haya aglomeraciones. A partir de ahí las comunidades autónomas con su buen criterio decidirán y así se está haciendo.
–Los que más van a sufrir son los macroconciertos y festivales de música…
–Esa sí que es una dificultad objetiva, que tiene difícil solución, salvo dar facilidades a las empresas y los clientes. Más del 80% de las entradas para grandes conciertos de este verano se han conservado para el año que viene. Es verdad que ahora un macroconcierto es impensable, como lo es un estadio de fútbol lleno o una celebración deportiva. La gente tiene que ser responsable porque nos jugamos la salud y la vida, no estamos hablando de cuestiones menores. Mi obligación como ministro no es solo apoyar la cultura y el deporte a tope, sino también trasladar mensajes de responsabilidad que, además, tienen un eco clarísimo en este mundo.
–¿Hay que renovar los museos en España?
–Tenemos que favorecer el mantenimiento y el apoyo intenso a los museos de nuestro país, que suponen la transmisión de la cultura a las nuevas generaciones, porque son un reclamo turístico para cuando podamos hacerlo plenamente y también una palanca de vertebración territorial.
–¿Cómo son de fluidas las conversaciones entre el Ministerio y la Junta de Andalucía para abordar proyectos pendientes?
–Con la consejera de Cultura tengo una buena relación personal y hemos quedado en tratar los distintos temas en las próximas semanas. Hemos quedado en hablar y en enfrentarnos a eso, aunque es verdad que ahora mismo estamos dando forma con Hacienda a los presupuestos de Cultura, así que todo lo que podamos hacer en el futuro va a depender del éxito de estos presupuestos, primero, y después de que sean aprobados en el Congreso y en el Senado. Hemos hablado también de la importancia del acuerdo en Europa y que también sirva para financiar proyectos culturales, tenemos que aprovechar esas circunstancias. En el último acuerdo con la FEMP hay una dimensión explícita para la cultura que también puede favorecer el desarrollo de iniciativas.
–¿El alcalde de Málaga le ha hablado del auditorio?
–Sí, siempre que me ve me habla del auditorio. Yo creo que él también está repensando el tema, no la decisión, que es muy acertada, sino la dimensión del auditorio. La pandemia nos pone en otra situación diferente para hablar de apoyos privados, pero yo le he expresado mi voluntad de llegar a un acuerdo las tres administraciones, porque esto tenemos que hacerlo entre las tres. Es verdad que antes tenemos que saber y diseñar bien los presupuestos para estar en condiciones de enfrentarnos a ese proyecto que es el único que le falta a la ciudad de Málaga, que es probablemente es una de las ciudades de España con una mayor cantidad de espacios de la cultura. Creo que hay que pensarlo en serio y mi compromiso de colaboración lo tiene.
–¿Cree entonces que se debería de apostar por un espacio más pequeño del que se diseñó y aprobó en su momento?
–Mi predecesor ya se refirió a la dimensión del proyecto, la Junta también tiene algo que decir ahí. Creo que tenemos que hacer algo que sea bueno para la ciudad, que merece un gran auditorio, pero tenemos que hacerlo también sabiendo los límites presupuestarios que podemos tener. El alcalde también está repensando las ayudas privadas. Cuando tengamos el escenario completo tomaremos la decisión entre todos y la mayor lealtad a la ciudad, que merece un auditorio.
–La cartera es Cultura y Deporte, ¿la cultura no es suficientemente relevante para ocuparla en solitario?
–Pues fíjese que me da más trabajo que haya dos pilares tan fundamentales de las sociedades contemporáneas, pero me parece un acierto. Sí que hay vínculos y me parece que son dos materias fantásticas para trabajar, aunque ahora con el contexto de la crisis la dificultad sea doble.
–¿Están seriamente heridas?
–Pues sí, y se enfrentan a las dificultades de un gobierno que tiene que preservar la salud por un lado y ayudar seriamente a dos ámbitos que dependen del público. Estamos en esa tormenta perfecta. Para combatir bien el virus tenemos que socializar menos y aislarnos más y para que funcionen la cultura y el deporte tenemos que ayudar a que la gente vuelva a esos espacios. En ese debate, el ministerio lo que tiene que hacer es favorecer su desarrollo con garantías.
–¿Es aficionado al flamenco?
–No soy un experto pero estoy aprendiendo mucho y hay que apoyarlo en el marco de la danza y la música pero también de una forma singular, porque representa una de nuestras señas de identidad. Tengo toda la voluntad de compromiso con este sector. Muchos son grandes estrellas fuera de España pero no pueden viajar ahora y aquí también tienen serias dificultades, es verdad, que necesitan ese apoyo y ayuda.
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