Cultura

Shakespeare de cachiporra: manual de uso

  • El Festival de Títeres regresa al Cánovas a partir del próximo día 26

En el páramo que abraza a la temporada teatral en Málaga desde la primavera hasta el otoño (algún muerto tenía que dejar el desarrollo turístico por el camino), el Festival de Teatro de Títeres, Objetos y Visual que celebra el Teatro Cánovas constituye, ya a las puertas del verano, una suerte de refugio en el que el aficionado, criatura en más que sensible peligro de extinción, puede hallar algo de consuelo hasta la siguiente y remota función. El certamen regresa este año del 26 al 31 de mayo con seis espectáculos de muy diversa factura y dirigido a públicos bien distintos, lo que ya constituye una marca de la casa de un ciclo que se reserva, con inmerecida discreción, parte de lo mejor de cuanto el Cánovas ofrece durante el curso. Este año, Shakespeare obtiene un protagonismo especial merced a dos espectáculos de notable alcance cuya programación en Málaga, siendo la situación la que es, merece todos los aplausos. Y, de paso, algunas reflexiones.

La compañía chilena Viajeinmóvil presentará el mismo día 26 su aplaudida lectura de Otelo, que protagonizó una larga gira por España el año pasado con parada en el Festival Internacional de Cádiz. El montaje, creado por Teresita Iacobelli, Christian Ortega y Jaime Lorca, combina la presencia de actores de carne y hueso, marionetas y objetos, en un festín de carne, hueso, madera y metal que se mantiene tan fiel al texto de Shakespeare como libre y revelador en su estética, lo que no deja de constituir una exigencia a la hora de llevar la obra del Bardo a escena. La propuesta de Viajeinmóvil, apta para su representación en prácticamente cualquier espacio, persigue las raíces populares de la obra, las que mantuvo durante siglos después de su estreno en 1604 y que perdió sin embargo con el paso del tiempo. Tal y como informa en su dossier, la agrupación chilena se dirige especialmente al neófito, al espectador poco habituado a Shakespeare y sus pactos, con ánimo pedagógico; la recepción por parte de la crítica y el público convierte este Otelo, sin embargo, en un manjar apetitoso para todos los paladares.

Por su parte, el creador catalán David Espinosa, que ya participó en anteriores ediciones del Festival de Títeres del Cánovas con otras obras, regresará el jueves 28 con Mucho ruido y pocas nueces, una propuesta que, más allá de la comedia referida en el título, aborda la representación de (atención) Hamlet, Macbeth, Otelo, El rey Lear, Romeo y Julieta, Antonio y Cleopatra, La tempestad, Enrique V, Ricardo III, Como gustéis y El sueño de una noche de verano, todo esto en 50 minutos y puesto en escena con juguetes (literalmente). La compañía Local Espacio de Creación, cómplice de Espinosa en la aventura, se refiere al montaje como "la versión más arbitraria, efectista, artificial y hueca de las obras completas de William Shakespeare. Una delirante obra visual que especula con las convenciones de espectacularidad, a través de figuras y objetos cargados de aventuras, romances, lujuria, guerra, tragedia y poder. Un irónico juego de luces y sombras con numerosos guiños al cine, el cómic, las artes plásticas y a la propia historia del teatro". Conviene apuntar que precisamente es el juego el registro que más honor hace a Shakespeare, y el juguete el medio más apto para la traducción escénica de su feroz poética. Frente a los tópicos derivados de sus tragedias tomadas en peso, es en la fantasía liberada a través del juego donde Shakespeare, y especialmente a la luz peterbrookiana, tiene sentido.

El programa del festival se completa con Teatro La Pulga, el espectáculo de calle de La Pulga Teatro (28 de mayo); Inolvidable Quijote de Ángeles de Trapo, que se representará en la Escuela de Bellas Artes de San Telmo, junto al mismo Teatro Cánovas (29 de mayo); Valentino Ventura y el pueblo de color gris, espectáculo para todos los públicos de la compañía Barakatemus (30 de mayo); y, para terminar, otro espectáculo infantil: La extraordinaria historia de la vaca Margarita, de la compañía Caracartón (en una función matinal del 31 de mayo). Aunque ajustado, hay para todos. O casi.

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