Tras varios meses de parón a la espera de la resolución del último concurso público para la adjudicación de la gestión del CAC Málaga, el centro reabrió sus puertas el pasado 15 de octubre en manos de la misma empresa que ha fijado el rumbo de sus actividades desde su inauguración en 2003, Gestión Cultural y Comunicación. La firma se presentó al concurso ya sin la tutela de su primer propietario, Fernando Francés, quien vendió la empresa al actual, José Luis Díaz Noriega, poco antes de incorporarse a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía como secretario general de Innovación Cultural y Museos (cargo al que renunció también el pasado verano), en un proceso que ha despertado no pocas dudas y denuncias por incompatibilidad especialmente entre los partidos de la oposición. A su vez, la adjudicación a Gestión Cultural y Comunicación fue contestada con la presentación de recursos por parte del resto de empresas competidoras, denunciantes a su vez de irregularidades en el procedimiento. El Ayuntamiento de Málaga rechazó todos y cada uno de los recursos y dio por buena la resolución del tribunal, así que el CAC regresó al panorama museístico de la ciudad con, presuntamente, todas las tormentas sosegadas. Hasta ahora: y es que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) sí ha admitido a trámite el recurso de una de las empresas competidoras. De manera que la continuidad del CAC en sus términos actuales sigue estando en el aire, aunque el órdago se dirime ahora en los tribunales.

El TSJA ha admitido el recurso presentado por la UTE CAC Futuro y Desarrollo, integrada por la galería murciana T20 (a través de la firma T20 Proyectos), Bambleton (impulsora de ferias de arte como Art Marbella) y el estudio del arquitecto Juan Herreros. La admisión de este recurso significa, como mínimo, que el TSJA sí percibe irregularidades que deben ser dirimidas, lo que de entrada pone en seria cuestión el desarrollo del concurso público y el criterio municipal a la hora de desestimar los recursos. El proyecto presentado por CAC Futuro y Desarrollo fue el más valorado en el apartado artístico del concurso, aunque finalmente el ajuste presupuestario resolvió la adjudicación para Gestión Cultural y Comunicación.

Desde la UTE consideraron este lunes que esta adjudicación, que definen como "arbitraria", provocó "una situación nociva no sólo contra nuestros intereses, sino contra los del CAC y los de la ciudad de Málaga", por lo que se muestran dispuestos a llegar "hasta el final" en la aclaración de todos los términos: "Es mucho lo que hay en juego, lo que nos obliga a llegar hasta el final por muy duro que sea el proceso", concluyeron.