Cultura

Taller de Mundos Posibles, los caminos hacia el escritor que se lleva dentro

  • Una treintena de personas participan en el primer taller de escritura creativa puesto en marcha por el escritor y periodista Pablo Bujalance

El escritor y periodista Pablo Bujalance charla con uno de los grupos del taller Mundos Posibles.

El escritor y periodista Pablo Bujalance charla con uno de los grupos del taller Mundos Posibles. / Javier Albiñana (Málaga)

La idea le rondaba desde hacía años. Pero fue el lugar, un piso con vistas al Santuario de la Victoria, lo que le dio el impulso definitivo para ponerla en marcha, de forma privada e independiente. Así que el escritor y periodista Pablo Bujalance se lanzó a crear la programación, diseñar la actividad y montar la página web. En verano nació Mundos Posibles y la primera edición de este taller de escritura creativa comenzó en octubre. 

Una treintena de personas participan en diversos grupos, compuestos como máximo por cinco integrantes. "La idea siempre fue hacer una dinámica participativa, abierta y dar el cariz menos académico posible. Además, las condiciones sanitarias favorecían la creación de grupos pequeños", explica Bujalance. En 18 encuentros presenciales, uno por semana, intentará dar a sus usuarios "una introducción general y práctica a la escritura creativa desde muchos ángulos, desde distintos registros", apunta.

Se trata, dice, de ver "todo lo relacionado con la narrativa de ficción, la creación de personajes, las descripciones, los procesos previos y posteriores dentro de la creación de una obra, lo que tiene que ver con la escritura de no ficción, abordamos herramientas relacionadas con la poesía, el teatro, la crónica periodística".

Para el escritor y director del taller, la premisa es que "todo lo que tiene que ver con la escritura creativa, los distintos géneros y registros, nos aportan herramientas que son muy interesantes. Aquí las explicamos y luego cada cual incorpora esas herramientas a sus intereses". Porque no todos los participantes están inmersos en proyectos propios como escritores, pero sí que la inmensa mayoría ha descubierto su pasión por la escritura y desea conocer el método para hacerlo lo mejor posible. 

"Hay periodistas, profesionales de muy distinto rango que tienen un interés particular en la escritura de no ficción, otros que están escribiendo una novela y aplican las herramientas en ese ámbito, también quienes trabajan en el teatro y tienen especial interés en la literatura dramática... hago un seguimiento de manera personalizada, ya virtual, estamos en contacto y voy asesorando cada uno de esos proyectos", comenta Bujalance.

En cada sesión ahonda en un tema y propone una tarea de escritura relacionada con los contenidos. También lecturas relacionadas porque, como sostiene el director de Mundos Posibles, "para escribir, el taller fundamental es la lectura". 

El proceso de escritura

Cuando se escribe una novela, el proceso de escritura empieza mucho antes de sentarte delante del ordenador, destaca Bujalance. Así que de lo que trata el taller es de que todo el mundo "salga con herramientas prácticas adquiridas para la organización, para saber los pasos que hay que dar tras tener una idea, cómo se documenta un proyecto literario, cuáles son las fuentes y dónde acudir a por ellas, qué equilibrio hay que tener entre la documentación y la imaginación, todo lo que tiene que ver con esquemas, mapas previos, creación de personajes, de tramas y subtramas, desarrollo y evolución de los roles y cómo se relacionan...", apunta .

Participantes del taller atienden en una de las sesiones presenciales. Participantes del taller atienden en una de las sesiones presenciales.

Participantes del taller atienden en una de las sesiones presenciales. / Javier Albiñana (Málaga)

Hay que tener todo muy organizado antes de colocar los dedos sobre el teclado, para que luego el texto fluya lo más rápido posible y sin interrupciones. "Sigo la filosofía de Ray Bradbury, que es mi mentor principal en esto, y él dice que la escritura tiene que ser rápida, cuando escribas no pienses, solo escribe. Para hacer eso necesitas partir de una previsión muy bien armada y ese camino hay que andarlo antes", señala Bujalance.

Tener un método hace, además, que el limitado tiempo del que se dispone para escribir sea lo más fructífero posible. Es importante, opina el director del taller, "que no se te muera un proyecto que tienes ganas de escribir porque no tienes tiempo". "Todo depende de una programación lo más pormenorizada posible al principio, y luego un proceso de revisión, corrección, reestructuración y reescritura posterior, hay que eliminar, quitar, desbrozar al final, que es un proceso igual de laborioso, pero la historia ya está escrita", añade. 

Las aportaciones de otros géneros

Ver desde distintos ángulos no puede más que resultar enriquecedor. "De la literatura dramática podemos aprender a que los personajes dialoguen con la mayor verdad posible y de la poesía tomar recursos expresivos fundamentales para cualquier cosa que escribas", asegura Bujalance.

Y considera que "un buen narrador necesita leer mucha y muy buena poesía, conocer otras claves distintas a las de la narración al uso. Igual que un buen ensayista, un autor de no ficción, necesita incorporar herramientas y aspectos que procedan de la ficción para ganarse la atención del lector". 

Pero no se trata, como dice el director, de enseñar a escribir. Cada uno tiene su propia voz. El taller es una actividad lúdica en torno al mundo del libro en la que, además de aprender ciertas claves para desarrollar cada uno a su manera, se proponen encuentros con escritores, presentaciones y actividades relacionadas con el mundo literario. 

"Para muchos está siendo una oportunidad de descubrirse como escritores. Les gusta escribir, tienen ganas, pero muchos no han tenido claro cómo hacerlo. Me está produciendo una gran satisfacción cuando me dicen que lo han descubierto, que les encanta, que quieren dedicarse a eso", comenta Bujalance. 

Entre libros y cuadernos, la rutina del escritor. Entre libros y cuadernos, la rutina del escritor.

Entre libros y cuadernos, la rutina del escritor. / Javier Albiñana (Málaga)

Aprender a mirar y a destilar verdad

Una filosofía fundamental del taller también es aprender a mirar. "El escritor es un ser permeable, que está atento y que pone todos sus sentidos en lo que tiene en su entorno, muchas veces la forja de un escritor tiene que ver con cómo percibe lo que pasa a su alrededor", dice el director del taller. Y estima que "el escritor nace de andar mucho, ver mucho y anotar mucho, de esa permeabilidad nacen muchas historias".

Otra de las premisas es que "la verdad tiene que estar siempre, tú no puedes mentir al lector, tienes que ser honesto y crear un mundo literario de modo que el lector interprete como suyo". El hacer parecer verdad lo que se escribe se consigue a base de una escritura "clara, concisa, directa y precisa, que llame a las cosas por su nombre, sencilla en la forma y honda en el fondo", comenta. Y recuerda que Bradbury asegura "que la verdad es el único estilo por el que vale la pena partirse la cara". 

"La cuestión básica es que tú llegues a escribir lo que quieres y que eso te deje satisfecho, contento. Que estés convencido de que ese camino ha valido la pena. Lo que venga a partir de ahí dependen de muchos factores que, en ciertos casos, son ajenos a la propia escritura", agrega el escritor. Si los miembros del taller se lo demandan, también les aporta información y apoyo en la posible publicación editorial. 

"El camino que va a la consideración de uno mismo como escritor es más largo y más complicado que el que va desde ahí a la consideración de los demás como escritor. Considerarse escritor es difícil, hay mucho complejo", considera y recuerda que la primera persona que se dirigió a él como escritor fue el poeta argentino Juan Gelman.

"Considerarte escritor también pasa por escribir mucho, equivocarte mucho, tirar mucho, frustrarte mucho, recibir muchos noes, e ir encajando todo eso. Si, a pesar de todo, te sientas a escribir al día siguiente, con todos los sinsabores, las puertas cerradas, los chascos, es que para ti es una actividad sin la que ya no concibes tu manera de conocer el mundo, de interpretarlo y de habitarlo", afirma.

La programación de Mundos Posibles

A finales de febrero finalizará la primera edición del taller. La segunda empezará en marzo y terminará en julio. Pronto abrirán el plazo de inscripción. "Si estos alumnos quieren continuar, lanzaremos talleres más o menos intensivos especializados. En enero hacemos ya, quedan algunas plazas, un taller de crónica periodística y en febrero, talleres on line. En marzo haremos un taller especializado más amplio, que será seguramente de novela", señala Bujalance. 

"La respuesta de los participantes está siendo muy buena, fue una sorpresa muy grande", afirma. "Iba a empezar con menos grupos e ir probando, pero decidí ampliar porque las primeras plazas que lanzamos se agotaron en menos de 24 horas. Ya hay una lista de reserva para la segunda edición del taller. De momento, estoy muy contento", concluye. 

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