Cultura

Teresa Viejo: "Más curiosidad supone más autoconfianza, más emprendimiento y más plenitud de vida"

  • La periodista, escritora y profesora Teresa Viejo acaba de publicar 'La niña que todo lo quería saber', un libro sobre la curiosidad

  • La primera fortaleza humana es también la clave para tener una vida más inteligente y feliz

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Teresa Viejo con su libro 'La niña que todo lo quería saber' el pasado viernes en Málaga.

Teresa Viejo con su libro 'La niña que todo lo quería saber' el pasado viernes en Málaga. / Javier Albiñana (Málaga)

Teresa Viejo comenzó un camino de desarrollo personal que la llevó hace unos años a posar su mirada sobre la curiosidad. Cuando comenzó a indagar se dio cuenta de que la curiosidad era mal entendida por muchos y realmente desconocida para la mayoría. Y lo que fue compartiendo de su investigación en charlas y formaciones ha terminado recopilado en el libro La niña que todo lo quería saber. En mayo salió a la venta y desde entonces lo está presentando en pequeñas reuniones con empresarios y empresarias, emprendedoras y líderes con la intención de que "se abran a la curiosidad, la interioricen y se conviertan en agentes de cambio de una revolución pacífica desde la curiosidad". La pasada semana recaló en Málaga. 

-¿Por qué eligió la curiosidad como objeto de estudio?

-Empecé el camino del desarrollo personal hace unos años. Comencé a preguntarme cómo era, por qué, cómo podía dar la mejor versión de mi misma, etcétera. Me acerqué a toda suerte de disciplinas dentro de este campo, la comunicación no violenta, la indagación apreciativa, y siempre estaba presente la curiosidad como mi rasgo fundamental. Y empecé a averiguar sobre ella, no solo desde una mirada más filosófica y socrática, sino desde una perspectiva práctica.

-¿Qué sacó en conclusión de ese primer acercamiento?

-Que había un terreno muy rico pero inexplorado. Así que me puse a investigar y, posteriormente, a profesionalizar esa investigación. Todo ha terminado en el libro de forma natural. 

-Dice que la gente que es curiosa vive más y mejor, ¿hay estadísticas?

-Sí, hay un estudio que es al que me remito, no es una reflexión mía, no voy a ser tan temeraria. Hay una investigación realizada por la Academia Norteamericana de Neurología que es un estudio de seguimiento durante cinco años a grupos de personas de mediana edad. De entre 60 y 70 años. Se trataba de ver si el alto comportamiento curioso podría ser un factor predictivo en cuanto a la longevidad y la vida saludable. Al final del estudio determinaron que las personas con alto comportamiento curioso vivían cinco años más de media.

-¿Y eso por qué?

-Por la dopamina. La curiosidad hace que secretemos más dopamina, que es un neurotransmisor positivo. Al mismo tiempo los circuitos dopaminérgicos también están más protegidos y nos previene del deterioro cognitivo. Una persona que tiene un alto deterioro cognitivo también tiene un desgaste físico. El profesor Manuel Castillo, presidente de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento, dice que no es solo la dopamina. Son sustancias antiinflamatorias que reducen el estrés oxidativo. Si cuidamos nuestro cerebro cuidamos el resto del cuerpo.

Teresa Viejo junto al Centre Pompidou de Málaga. Teresa Viejo junto al Centre Pompidou de Málaga.

Teresa Viejo junto al Centre Pompidou de Málaga. / Javier Albiñana (Málaga)

-Cuidar el cerebro nos hace estar mejor físicamente…

Claro, una persona de mediana edad con un deterioro cognitivo importante no tiene ganas de vivir. Si no interactúa con los demás, si no comprende lo que escucha, si sale a la calle y todo le parece una agresión en lugar de ver que es un mundo a explorar, se va encerrando en sí mismo, no hace ejercicio, sus parámetros de salud disminuyen y muere antes.

-¿La curiosidad es la primera de las fortalezas humanas?

-La primera en el orden de las 24 tal y como las clasifica la Escuela de Psicología Positiva. Quiere decir que es la primera que aparece en el ser humano, ya en el útero materno. El bebé muestra signos de curiosidad con respecto a su propio cuerpo antes de nacer y se van desarrollando todos los sentidos. La curiosidad tiene la esencial misión de identificarnos como seres individuales y de comprendernos en nuestro contexto. La misión de la curiosidad es explorar nuestro entorno. Luego se liga con la segunda, que es el amor por el aprendizaje. Sin ella no aprendemos.

"Ante la incertidumbre, el ser humano ha tirado de curiosidad como herramienta fundamental para la supervivencia de la especie"

-Explica que en estos tiempos de incertidumbre la curiosidad ayuda a gestionarla, ¿cómo ayuda?

-Para mí es la principal utilidad en este momento, porque permite reducir el miedo que nos despierta lo incierto. Lo que no controlamos, aun sabiendo que es inevitable que exista, lo incierto nos atemoriza. Ante ello tenemos dos opciones. Una de ellas es dejarnos dominar por el miedo. Entonces nos encerramos en nosotros mismos, no tomamos decisiones y tratamos de ser precavidos. En cambio, la curiosidad nos saca hacia afuera para tratar de explorar qué es lo que ignoramos. El ser humano, ante un temor, tiraba de curiosidad como herramienta fundamental para la supervivencia de la especie. Si eso servía cómo no va a servir en otros momentos de la historia. Lo opuesto al temor no es el coraje ni la valentía, sino la curiosidad, decía Theodore Zeldin.

-Cualquier avance y desarrollo humano lo ha movido la curiosidad…

-Claro, totalmente. Desde la exploración del continente ignorado al espacio exterior o las creaciones del metaverso. Todo nace de una pregunta: ¿esto es posible? ¿Qué sucedería si? Si no nos formulamos esa pregunta es porque nos da temor y no exploramos. Utilizamos el refranero, que lo único que hace es solidificar creencias que deberíamos de disolver ya, y nos quedamos como estamos.

-¿Hay siete tipos de curiosidad?

-Sí, esa es mi propuesta.

-¿Y cada uno somos de un tipo?

-Uno de los abordajes más interesantes de la curiosidad es entender que no es monolítica, que tiene distintas dimensiones. Hay personas que no se reconocen en la curiosidad tradicional, la alegre, la que nos permite disfrutar de cosas. Tampoco quizás en la segunda, que es la erudita, el amor por conocer. Pero puede que tengan otra importante en esa escala que hago de siete dimensiones. Todos tenemos un poquito de todas, pero lo normal es que una esté más disparada que otra. Y el saber cuál es tu curiosidad primordial, que es la propuesta que hago con el test del libro, te permite conocer cosas de ti de una forma sencilla. Te habla de ti mismo.

-¿Cuál es su tipo de curiosidad fundamental?

-La mía es la erudita, en mi test sale disparadísima. El amor por conocer. La segunda es la curiosidad empática, la necesidad de saber cómo se sienten las personas, por qué, conectar con el otro. En cambio, tengo bajísima la curiosidad adrenalina, la de probar cosas extremas. Lo he intentado, pero no me nace. Ni me tiraría en parapente ni bucearía para conocer el fondo del mar, prefiero que me lo cuenten como un relato. A través de la curiosidad abres un camino de exploración sobre ti mismo al que invito a todos. Lo interesantes es que se haga sin juicios, no pasa nada, soy así y ya está.

Teresa Viejo con la Farola al fondo. Teresa Viejo con la Farola al fondo.

Teresa Viejo con la Farola al fondo. / Javier Albiñana (Málaga)

-¿Siempre fue una niña curiosa, de ahí el título del libro?

-El libro tiene juego. Soy yo pero también son todos los niños y las niñas que llevamos dentro. También es ella, la propia curiosidad, que es una niña. No se comparta de forma adulta, no es una fortaleza adulta como pueda ser la resiliencia. Es un pepito grillo que te anima a hacer las cosas, que te reta y que imagina todo el tiempo.

-Como alguien curiosa desde la cuna, ¿le hubiera cabido otro tipo de profesión que no fuese el periodismo y la investigación?

-La primera vez que me preguntaron qué quería ser de mayor debía de tener 7 u 8 años y ya dije que periodista. No sabía ni qué era ser periodista pero a mi me sonaba a que contabas historias, que te enterabas de muchas cosas y las contabas. Mi ánimo siempre ha sido trasladar, convertirme en un vehículo. Todo lo que he hecho en mi vida tiene que ver con eso, escribir, investigar, formar. Si no, pues hubiera sido neurocientífica y estaría investigando el cerebro, o alguna cosas de esas.

"La curiosidad en el periodismo, la genuina, está en muchos casos dormida, la curiosidad no te permite pararte en la primera respuesta"

-¿Cómo ve el presente actual de la profesión?

Percibo que la curiosidad en el periodismo, la genuina, está en muchos casos dormida. Porque la curiosidad no te permite pararte en la primera respuesta. Y es una profesión que en el ejercicio se conforma con las primeras respuestas porque no hace un trabajo de perfilar el criterio propio, nos estamos dejando llevar por el criterio imperante y no establecemos las redes que deberíamos, no buscamos las conexiones con las personas, nos hemos escudado detrás de una pantalla. Algunos de los riesgos que tiene nuestra sociedad y contra el que lucha el comportamiento curioso, los tiene nuestra profesión. 

-Ha creado el Instituto de la Curiosidad. ¿En qué va a consistir?

-Está en rodaje todavía. Va a consistir en un espacio que permita trasladar una cultura de curiosidad a la sociedad y que eso vaya desde crear alianzas de todo tipo, trabajar en el ámbito educativo y en el de las organizaciones. La cultura de la curiosidad tiene que ser circular, no puede funcionar en sectores, si no se crean silos y eso no permite que fluya. También se realizarán estudios, investigaciones. Cuando hablo con médicos, con el propio Consejo Superior de Investigaciones Científicas son muy pro activos y espero que en poco tiempo tengamos ya investigaciones en marcha. Eso sí, tenemos que buscar también financiación. Pero creo que la misión de conector que tiene que tener el instituto está muy clara.

-¿La curiosidad que es algo innato es a la vez muy desconocido?

Absolutamente, hay una profunda ignorancia y es muy perverso eso. El hecho de ignorar lo que es y no concebirla como una fortaleza ha creado una especie de vacío que lo ha ocupado otro concepto en el comportamiento humano que es el fisgoneo. Y cuando empiezas a hablar de curiosidad la gente remite a ese comportamiento que no es aplaudible o admirable en los demás, y tienes que explicar que eso es cotilleo, no curiosidad. Son cosas distintas. Hay autores que decían que es un síntoma clarísimo de inteligencia en los humanos.

-¿Entonces la ecuación más curiosidad es igual a más inteligencia se cumple, o no siempre?

-Yo no puedo aseverarlo, lo cuentan algunos psicólogos pero yo no lo tengo tan claro. Yo creo que la ecuación más curiosidad es igual a más autoconfianza, más emprendimiento, más conectividad y, sobre todo, más plenitud de vida.

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