Festival Terral

Toquinho en Málaga: "La bossa nova no es una música, es una atmósfera, es João Gilberto"

Toquinho, este viernes, en la presentación de su concierto en el Teatro Cervantes.

Toquinho, este viernes, en la presentación de su concierto en el Teatro Cervantes. / Teatro Cervantes

Ha tocado con Vinicius de Moraes, con Jobim, Chico Buarque y Marcos Vella, con Silvia Pérez Cruz y hasta con C. Tangana. Pero más allá de binomios, el suyo es un nombre propio dentro de la historia de la música brasileña del último medio siglo. Toquinho lleva más de cincuenta años asido a su guitarra, cantando, tocando y componiendo canciones como la forma más auténtica de comunicación que conoce.

Este viernes ha sido el encargado de abril el Terral 2022. Junto a la voz de la joven Camila Faustino, con el contrabajo de su admirado Javier Colina y la batería de Marcio Dhiniz, ha inaugurado el festival de verano organizado por el Teatro Cervantes y que se prolongará hasta el 5 de julio.

"Nadie mejor que Toquinho para ser quien abra la puerta del Terral que nos llevará en un viaje por cuatro continentes y de los que vamos a tener nombres muy representativos", explicó este viernes Juan Antonio Vigar, director gerente del Teatro Cervantes. "Desde 1970, Toquinho ha estado en el primer nivel, en la vanguardia de la música, recibiendo el respeto y el cariño de todos", agregó. 

Impregnan de pintura la mano de Toquinho para dejar la huella. Impregnan de pintura la mano de Toquinho para dejar la huella.

Impregnan de pintura la mano de Toquinho para dejar la huella. / Teatro Cervantes

Y subrayó Vigar en la presentación del músico carioca que "la suya es una música popular muy cantable pero también con una estructura sonora y musical realmente relevante". "En este mundo tan acelerado y ansioso en el que vivimos hay que pararse, pensar, reflexionar, y escuchar a Toquinho es uno de los momentos que nos pueden servir precisamente para romper esa dinámica en la que el mundo camina hoy día", concluyó el director del Cervantes. 

Toquinho, que agradeció estar en la ciudad y en este teatro para ofrecer su espectáculo, reconoció que lleva "54 ó 55 años siempre conectado con la música". "Intento hacer de mi música una continuación de mi visión del mundo, de una forma suave y trayendo conmigo todos esos dulces fantasmas, como yo las llamo, las personas que más me influenciaron y me ayudaron en esta trayectoria", comentó el guitarrista y cantante. 

"Estoy aquí con los 55 años de carrera y en este teatro maravilloso para poder tocar un poquito de mi pasado y de la actualidad, también", dijo. La conexión más actual la trae la joven cantante Camila Faustino, voz en este espectáculo.

"Camila viene de la nueva generación y para mí es una de las mejores cantantes que tiene hoy Brasil y tiene la facilidad de cantar todo y lo hace de una forma fantástica", apuntó al tiempo que destacó que "voy a estar muy bien acompañado, es una gran diversión y un gran placer siempre subir al escenario y hacer las cosas que hago", añadió horas antes de la actuación. 

Diez años han tenido que pasar para que el público malagueño pueda volver a escuchar el directo de Toquinho en el principal teatro de la ciudad. "Evidentemente tengo más bagaje, más estudios de guitarra que la última vez que estuve en Málaga, toco todos los días por amor, la guitarra para mí es fundamental, es mi compañera. Para mí es la composición, el mezclar lo clásico con lo popular", comentó el artista.  

En cuanto a la bossa nova, quiso dejar claro que la persona que tuvo mayor importancia en ese cambio fue João Gilberto. "Para mí es un genio, nadie con tan poco cambió tanto, como dice Caetano Veloso. La bossa nova es João Gilberto, no es una música, es una atmósfera musical. Él hizo esa atmósfera y para mí fue la persona más importante del cambio de la música brasileña", aseguró.

Toquinho y la cantante Camila Faustino junto a la huella en amarillo y verde. Toquinho y la cantante Camila Faustino junto a la huella en amarillo y verde.

Toquinho y la cantante Camila Faustino junto a la huella en amarillo y verde. / Teatro Cervantes

Para Toquinho, los músicos que vinieron detrás de Gilberto "somos hijos de ese movimiento, de la bossa nova de João Gilberto, nosotros imitamos a João Gilberto, tocamos la guitarra porque él existió. La bossa nova está ahí, es él, es una forma de tocar". 

Para el artista la vida no se podría concebir sin su guitarra. "Todos los días toco. Me gusta tocar, recordar canciones, hacer una armonía nueva, usar la guitarra para vivir, para comunicarme, para no sentirme solo, para calmarme, para pensar", confesaba este viernes. "Tocar frente al público es una consecuencia profesional del camino que elegí, que es vivir de la música. Me gusta el directo, claro, pero me gusta más que todo la guitarra", agregó el brasileño.

"Trato que el escenario sea una continuación de mi casa, de mi habitación, trato de hablar con el público con mucha verdad y creo que eso se percibe", indicó el artista, que subrayó su necesidad de mezclar y cambiar cosas para desterrar cualquier tipo de aburrimiento, alternar temas instrumentales con canciones, contar la historia de los temas, hablar con el público. Y todo ello con la naturalidad que se intenta llevar consigo cada vez que pisa el escenario.  

Además de charlar un rato con los medios de comunicación, Toquinho ha dejado estampada su huella en la tercera planta del Teatro Cervantes con los colores de la bandera de Brasil, verde y amarillo. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios