Todo Tote (hasta la fecha)

Desde que dejara aquella formación seminal que fue La Alta Escuela para debutar con el maxi Duermen y prolongar luego, junto a su hermano Shotta en el contundente Tu madre es una foca (2002), la exploración de ideas entonces inéditas en el rap español de la época, Manuel González, Tote King, ha protagonizado un vertiginoso ascenso en el panorama del hip-hop en español que hoy lo sitúa, sin contemplaciones ni dudas, en un punto y aparte si acaso compartido con dos o tres nombres más.

"Ahora estoy más interesado por el hip-hop abstracto del un- derground norteamericano, la gente que está trabajando con so- nidos de vinilos muy antiguos, y que no tienen necesariamente que ser de funk o de soul, Marvin Gaye y todos los demás", explicaba en su día, en esta misma página, un Tote ocho años más joven sobre su aventura en solitario, con la que iniciaba una trayectoria marcada por la voluntad de crear driblando previsiones y mimetismos.

Esa vocación se hizo patente en el uso de bases con creciente inclinación underground: en Música para enfermos (2004) volvía a contar, entre otros, con Big Hozone y echaba mano de personajes tan al margen de la convención como Griffi o Juan Profundo; en el ya fenomenal Un tipo cualquiera (2006) sacaba los pies del tiesto reivindicando sus raíces rockeras y esquivando clichés del género, prescindiendo casi por completo de las habituales colaboraciones y dejando la producción en las manos exclusivas del amigo Hozone; y en T.O.T.E. (2008), su última y espléndida entrega hasta el momento, rastreaba dentro y fuera del país a la búsqueda de sonoridades nuevas.

Pero si con las producciones ha marcado distancias, después recorridas por otros, otro tanto ha pasado con sus letras, lúcidas, satíricas, mordaces, formalmente literarias y alérgicas al tópico incluso cuando apuntan en la dirección del ego -la a veces malentendida Ahora vivo de esto-.

De todo ello da ahora buena cuenta La caja, bonita edición en formato digipack de la discografía completa de Tote -se respetan las portadas, pero, lástima, no se incluyen los libretos originales- a la que se suma un DVD con el documental Tengo que volver a casa, disponible también de manera independiente.

Dirigido por Patric C. Taladriz y con una duración de 62 minutos, el filme intenta ser un retrato del presente del músico en el que se revisan aspectos como su crecimiento como músico, la profesionalización, las dudas inherentes al proceso creativo, sus contradicciones, las aficiones o las giras.

Con poco tiempo dedicado al pasado -apenas las referencias a La Alta Escuela, ilustradas con algunas fotos y las pertinentes entrevistas a sus ex integrantes-, Tengo que volver a casa se afana en presentar una estructura diferente introduciendo una serie de secuencias oníricas o directamente ficcionadas. Pero lo que pretende ser original -ese momento de inspiración repentina en el aeropuerto...- a la larga queda como lo más flojo e inconexo del conjunto.

Aunque se deja ver con agrado, los fallos de ritmo en el montaje y el reiterativo uso de las mismas cortinillas sonoras también restan brío al resultado final, parco además en extras -¿por qué no se ha añadido, por ejemplo, uno de los famosos conciertos con banda?-.

Tote King BOA. Rap. 4 CD + DVD