Cine | Premios Oscar

Antonio Banderas: el nominado tranquilo

  • Tras las funciones de ‘A Chorus Line’ en Málaga, Antonio Banderas apura en EEUU los últimos días de promoción de ‘Dolor y gloria’ antes de la gala de los Oscars que se celebra este domingo

Antonio Banderas, junto a Pablo Puyol, en la reciente presentación de ‘A Chorus Line’ en el Teatro Tívoli de Barcelona.

Antonio Banderas, junto a Pablo Puyol, en la reciente presentación de ‘A Chorus Line’ en el Teatro Tívoli de Barcelona. / Marta Pérez / Efe (Barcelona)

Bromeaba Antonio Banderas recién acabada la gala de los Premios Goya en Málaga, el pasado día 25, y con su flamante cabezón, respecto a la posibilidad de ganar el Oscar en la otra gala que tendrá lugar este domingo en el Dolby Theatre de Los Ángeles: “Estoy pagando a Batman para que se cargue al Joker”. En realidad, el chiste entrañaba un presagio: pocos días después, Pedro Almodóvar afirmaba que la designación del ganador del Oscar al mejor actor protagonista se debatirá entre Joaquin Phoenix por su trabajo en Joker y Banderas por su composición de Salvador Mallo en Dolor y gloria, cinta que también aspira al Oscar a la mejor película internacional en dura competencia con la surcoreana Parásitos. Almodóvar justificaba su dictamen con la premisa de que Banderas es un actor muy querido en EEUU, donde además conserva con absoluta vigencia su calidad de emblema de aspiración, integración y éxito; y razones no le faltan: hace apenas unos días, el malagueño colapsó Times Square en un acto abierto al público, lo que de paso volvió a refrendar el tirón que nuestro hombre mantiene en Nueva York. Banderas, sin embargo, se muestra categórico: “Es imposible ganar”, manifestó en aquel mismo encuentro. Sus argumentos tienen que ver con la lógica aplastante de Hollywood por la que todo se resuelve a base de cifras. Y, desde su convicción, Banderas juega a representar el papel de nominado tranquilo. El que acudirá a la alfombra roja dispuesto a pasarlo bien sin esperar mucho más de la fortuna.

El actor, con su Premio Goya al mejor actor protagonista ganado en Málaga. El actor, con su Premio Goya al mejor actor protagonista ganado en Málaga.

El actor, con su Premio Goya al mejor actor protagonista ganado en Málaga. / Javier Albiñana (Málaga)

En aquella misma intervención tras la gala de los Goya, Banderas recordó que Dolor y gloria compite con películas que han recaudado “250 o 300 millones de dólares”, por lo que encontrarse en esa liga “ya es un premio enorme”. Más allá de la taquilla, sin embargo, las nominaciones a los Oscar significan una invitación a emprender una campaña encarnizada en la que de nuevo el gasto es la llave del éxito: en la reciente presentación de A Chorus Line en el Teatro Tívoli de Barcelona, donde podrá verse el musical del 21 de febrero al 29 de marzo con Pablo Puyol en el papel que Banderas interpretó en el Teatro del Soho, el actor recordaba que la campaña de cara a los Oscars de Roma, la película de Alfonso Cuarón, costó 64 millones de euros. Pero, además de dinero, aspirar al Oscar exige tiempo: Banderas ha regresado a EEUU ya en el tramo final de la campaña, con opciones muy contadas para defender sus opciones ante los medios de comunicación, por su decisión, firme e irrevocable, de permanecer en Málaga hasta finales de enero para las representaciones de A Chorus Line. La prolongación y el volumen de la promoción previa a la gala no son determinantes (la indiferencia que muestra en este sentido un actor como Joe Pesci, nominado al Oscar al mejor actor secundario por El irlandés, es legendaria), pero sí garantizan un abultado porcentaje de opciones. No obstante, por más que Banderas parezca dar la batalla por perdida, de ninguna manera cabe descartar el Oscar. Las palabras de Pedro Almodóvar tienen sentido en la medida en que Antonio Banderas es una opción muy del gusto de buena parte de los grupos de presión que cohabitan en la Academia de Hollywood. Los premios al mejor actor del año pasado concedidos en los círculos de críticos de Los Ángeles y Nueva York así lo corroboran.

Banderas considera “imposible” ganar el Oscar, pero no todo está escrito al respecto

En lo artístico, sin embargo, Joaquin Phoenix ha ganado el Globo de Oro y el Bafta y con tales reconocimientos parece ir por delante. Pero cabe subrayar, no obstante, el empeño creciente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas puesto en separarse del criterio de los Globos de Oro, que concede la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood. Por otra parte, Phoenix y Banderas representan dos modelos de interpretación radicalmente distintos: el histriónico, excesivo y explosivo del primero, tradicionalmente afecto a los Oscars; y el contenido, discreto, limpio y crecido en los detalles del segundo, un estilo decididamente más europeo por el que abogan buena parte de los académicos con tal de insuflar aires nuevos a unos Premios Oscar que, especialmente en lo que a interpretación se refiere, han terminado a menudo convertidos en parodia de sí mismos. Insiste Banderas en darse por premiado con figurar en una lista de nominados que dejó fuera a Robert De Niro, por ejemplo, a pesar de su conmovedor trabajo en El irlandés. Pero no hay nada escrito. Al tiempo.

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