¡No comprenden a Hulk!

Aprovechamos el estreno del film 'El Increíble Hulk' para repasar la historia de uno de los personajes más famosos de Marvel, inspirado por 'Dr. Jeckyll y Mr. Hyde'

El Hulk del cine está obligado a entenderse con el Hulk de la tele, aunque sea a mamporrazos.
Pablo Ríos / Málaga

22 de junio 2008 - 05:00

Hulk, creado en 1962 por el ubicuo guionista Stan Lee y el dibujante Jack Kirby, es uno de los estandartes de la editorial (y ahora productora cinematográfica) Marvel Cómics. En el primer número de su serie se revela su origen: el Dr. Robert Bruce Banner es un físico nuclear que trabaja para el Departamento de Defensa de los EEUU. Durante las pruebas de una bomba de su invención, Banner arriesga su vida para alejar a un chico que se había colado dentro del perímetro de las instalaciones militares justo en el momento de la explosión del artefacto. Banner logra salvar al joven, pero él no consigue escapar a tiempo. La radiación liberada por la bomba es absorbida por el cuerpo de Banner, que sobrevive, pero pagando un precio demasiado alto. Al caer la noche, el brillante científico se convierte en Hulk, una monstruosa versión de sí mismo, dotado de una fuerza y un poder inimaginables, pero con la inteligencia y los anhelos de un niño pequeño.

Lee nunca ocultó que para crear a Hulk una de sus mayores fuentes de inspiración fue El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, la obra maestra de R.L. Stevenson. El viejo Stan sólo se limitó a añadir un toque de pimienta de la era atómica y una pizca de la acción más picante de la Marvel para que la receta estuviera lista.

Durante sus primeras aventuras, el esquema de la acción era de lo más sencillo: Banner se transformaba en Hulk cuando oscurecía, y sembraba el caos allá donde pisaba. El chico que Banner salvó de una muerte segura, Rick Jones, será el único conocedor del secreto del investigador, y ayudará a Hulk a escapar de los militares que lo persiguen incansablemente por los desiertos de Nuevo México. Más tarde, Hulk sólo aparecerá cuando Banner se enfrenta a casos de tensión extrema. Uno de sus mayores atractivos es precisamente su ambigua personalidad: Hulk sólo quiere que lo dejen en paz, aunque para eso tenga que darle un bofetón al Capitán América. La popularidad que llegó a alcanzar el Titán Verde consiguió que debutara en televisión. En 1977 se emitió el piloto de la serie El increíble Hulk, que llegaría a emitirse hasta 1982.

Sin embargo, los guiones del cómic eran cada vez más repetitivos, y el viejo esquema de "Hulk-aplasta-débiles-humanos" dejó de funcionar. En los 80, el trabajo de guionistas como Bill Mantlo y, sobre todo, Peter David (que se encargaría de escribir la serie durante más de una década), dotó a Hulk de una hondura psicológica pocas veces vista en el cómic de superhéroes. Gracias a estos dos guionistas, conocimos que Banner era un enfermo mental con un trastorno de la personalidad provocado por los malos tratos que recibió en su infancia. Hulk no era más que una proyección física de sus debilidades psicológicas.

Actualmente, Hulk vuelve a estar en el mascarón de proa de la Marvel gracias al estreno de su última película, El increíble Hulk (2008), donde reparte mamporros a diestro y siniestro por obra y gracia de la tecnología digital.

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