Daniel Casares, guitarrista malagueño: "Vivimos años muy revueltos, y hace falta un poquito de arte en el mundo"
El guitarrista flamenco actúa en el Teatro Cánovas el próximo 15 de noviembre
Daniel Casares: "Me enamoré de la guitarra antes de saber tocarla"
El guitarrista malagueño Daniel Casares (Estepona, 1980) regresa a su tierra con su nuevo espectáculo, En concierto, que tendrá lugar el próximo 15 de noviembre en el Teatro Cánovas, dentro del ciclo Andalucía·flamenco del Instituto Andaluz del Flamenco (IAF). "Vamos a hacer el repertorio nuevo, que tengo previsto que salga publicado si no para final de año, para principios del que viene", ha adelantado en una entrevista con este periódico. El evento, que durará hora y cuarto, cuesta 18 euros en venta anticipda y 20 euros si se compran las entradas el mismo día.
En el escenario del Cánovas, Casares presentará su nuevo repertorio, aún inédito, pero ya escuchado en sus conciertos: "Ya lo estamos haciendo en directo porque las ganas y la ilusión de hacer cosas nuevas siempre nos llevan muchas veces a mostrarlo donde realmente tiene que estar la música, que es en un escenario, no en una plataforma digital".
El guitarrista actuará en formato trío, acompañado por Julián Bedmar a la segunda guitarra y Miguel "Nene" Hernández a la percusión, una formación que responde tanto a la acústica del teatro como a su deseo de experimentar con nuevas configuraciones sonoras, ya que este espectáculo lo ha hecho con sexteto, solo, o a dos guitarras. "Me apetecía poner en práctica esta nueva formación para este repertorio, según los ensayos que estamos haciendo, va a quedar algo muy bonito y creo que nos va a gustar", ha adelantado.
Para el esteponero, el gran reto sigue siendo el mismo, sin importar el escenario o el formato en el que se embarque: "El mayor desafío siempre es que la gente se emocione, que me acompañe en este viaje musical que propongo y que sobre todo lo disfrute". Según el artista, "hay veces que se consigue, hay veces que no tanto", pero el objetivo sigue siendo "el mismo".
La cita en el Teatro Cánovas forma parte de la programación especial con motivo del XV aniversario del reconocimiento del flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, una celebración que el artista recibe con orgullo y emoción: "Para mí el flamenco es mi libertad, es el lugar donde encuentro la libertad absoluta y donde realmente soy yo".
El guitarrista, que viene de actuar en la Suma Flamenca de Madrid y se prepara para el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, espera con ganas su reencuentro con el público de Málaga: "Siempre hay un plus de emoción, de ilusión, de compartir con los amigos que sé que a lo mejor no pueden salir fuera ni pueden trasladarse a otros conciertos". Siempre que actúa "en casa", ha dicho, tiene "la suerte de poder ver esas caras y esos amigos" que no suele ver habitualmente.
Con una agenda que lo lleva de una provincia a otra, o incluso fuera de España, Daniel Casares vive este momento de ajetreo profesional con agradecimiento: "Al final uno trabaja precisamente para conseguir eso, que te demanden de muchos sitios, que te soliciten de muchas ciudades y países diferentes viene siendo lo que es un lujo, porque uno trabaja para eso". También ha compartido que la gente le quiera escuchar "es de agradecer en todos los sentidos".
El Carnegie Hall de Nueva York, el Royal Albert Hall de Londres o el Wiener Konzerthaus de Viena son solo algunos ejemplos de los lugares icónicos donde el guitarrista ha llevado su música, escenarios emblemáticos que no olvida. Haber actuado en todos ellos le produce "mucho orgullo": "El orgullo este de ser un transmisor de tu tierra. Si mi presencia y mi música en cualquier escenario del mundo sirve para que conozcan Málaga o Estepona, me siento totalmente realizado".
Hace apenas unos días, recibió en Málaga el Premio Gentleman a la Trayectoria Profesional, un reconocimiento que el guitarrista recogió con la misma ilusión de aquel niño que empezó a tocar: "El premio sirve de alimento para ese niño que llevamos dentro". Recuerda que cuando tenía ocho años salía del colegio corriendo a su casa para coger la guitarra. "Este tipo de reconocimientos sirven para eso, para que ese niño siga corriendo hacia la guitarra y siga con la ilusión", ha añadido.
A lo largo de su carrera, Daniel Casares ha colaborado con artistas como Alejandro Sanz, Miguel Poveda, Chucho Valdés, Rosalía o Dulce Pontes, de quienes ha aprendido tanto en lo musical como en lo humano: "Son artistas de géneros diferentes, pero la música siempre tiene un punto de encuentro. He aprendido muchísimo, tanto en la parte musical como en la personal".
Según el artista malagueño, estar "cerca de estos grandes ídolos te aporta muchas cosas". Aunque ya ha tocado con muchos de sus referentes y de personalidades reconocidas en todo el mundo, no oculta su deseo de colaborar algún día con Luis Miguel, un artista al que admira profundamente: "Es un artista que a mí me encanta y me encantaría algún día poder hacer algo con él".
Más allá de los premios y de llenar las salas allá donde vaya, Daniel Casares sigue fiel a su idea de que el arte es como el lenguaje humano. "Al final no hay ninguna pretensión comercial, se trata de mostrar mi lenguaje musical, de contar mi propia historia a través de la música", ha admitido al preguntar sobre qué pretende transmitir con su música. Y ha concluido: "La misión del arte es ayudar a humanizar, vivimos años muy revueltos, y hace falta un poquito de arte en el mundo".
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