En un año nefasto para la cultura en el que la programación de espectáculos parece cuestión de kamikazes, y frente a las limitaciones de aforo y la propagación del coronavirus, resultaba improbable que Málaga pudiera levantar su Festival de Jazz. Pero, contra todo pronóstico, la próxima edición, la trigésimo cuarta en la historia del certamen, se celebrará en su sede habitual, el Teatro Cervantes, del 6 al 11 de noviembre, con un menú de seis conciertos que mantiene el marchamo internacional del festival al mismo tiempo que abre su escenario a las realidades más consolidadas del jazz malagueño. El cartel, presentado este jueves por el director del Cervantes, Juan Antonio Vigar; y la concejal de Cultura, Noelia Losada, es resultado de una paciente gestión armada frente a todas las adversidades y algunos sinsabores: tal y como anunció Vigar, el ya anunciado concierto de Camilla George, incluido en los actos de celebración del 150 aniversario del Teatro Cervantes y señalado para la inauguración del festival, finalmente no tendrá lugar ante la imposibilidad de la artista de reorganizar su gira por la crisis sanitaria. De cualquier modo, el Festival de Jazz de Málaga viene a satisfacer a su público con la misma intención de siempre de la mano de referentes como Kyle Eastwood, Chano Domínguez y The Cuban Jazz Syndicate, lo que garantiza la continuación del nivel de calidad del certamen.

Así, The Cuban Jazz Syndicate abrirá fuego el 6 de noviembre con su explosión caribeña y la siempre estimulante presencia del pianista y compositor Pepe Rivero, que ya ha visitado el Cervantes en anteriores ocasiones con otros proyectos. El día 7 llegará el turno de todo un imprescindible como Chano Domínguez, quien compartirá escenario al piano junto a Diego Amador, último eslabón de la incombustible saga sevillana de los Amador, en un concierto en el que el gaditano recibirá el Premio Cifu, con el que el Festival de Málaga reconoce su contribución al género. El 8 subirá a las tablas del Cervantes el contrabajista y compositor Kyle Eastwood, que además de ser hijo de Clint Eastwood es considerado uno de los emblemas más fértiles del jazz contemporáneo. Eastwood presentará con su quinteto su álbum Cinematic, revisión de algunas de las grandes bandas sonoras de la historia del cine, y también se marchará de Málaga con un premio: en su caso el Málagajazz, reservado a los grandes intérpretes del género.

El saxofonista malagueño Enrique Oliver.

Los dos siguientes conciertos vendrán en clave local aunque el interés que revisten no es precisamente menor: el día 9, el contrabajista malagueño Francis Posé y el pianista cubano residente en Málaga Daniel Amat presentará su disco de fusión Hermano, con la participación del batería argentino Andrés Litwin; y el día 10, el saxofonista Enrique Oliver vestirá de largo su proyecto Incerteza con una formación en la que militan figuras del calibre del pianista José Carra y el batería Guillermo McGuill, entre otros. La cantante de soul Robin McKelle clausurará el certamen el día 11 con los temas de su último álbum, Alterations. 

Las entradas para todos los conciertos salen a la venta este mismo jueves con precios que oscilan entre los 24 y los 30 euros, con abonos y descuentos disponibles. Según explicaron desde el Teatro Cervantes, se establece un aforo previsto de doscientas personas para cada concierto dados los límites impuestos por las autoridades sanitarias; no obstante, el mismo teatro ha solicitado a la Delegación de la Consejería de Salud la ampliación hasta las 460 butacas y la dirección confía en obtener la autorización. El Festival de Jazz de Málaga quedará completado con el Abierto de Málagajazz y las actuaciones en los distritos del ciclo Festival de Jazz en tu zona, con conciertos al aire libre que cuentan de nuevo con el patrocinio de las asociaciones de hosteleros Mahos y Aehcos y que se celebrarán bajo las medidas de seguridad de obligada adopción. Los contenidos de esta programación complementaria se dará a conocer próximamente. Mientras tanto, el jazz sigue. Quién lo iba a decir.