La fiesta del cine inicia ocho días por la mejor cosecha del año

Con la tijera abierta a los gastos paralelos y el acento puesto en la veteranía arranca hoy la decimoquinta edición del Festival de Cine Español de Málaga, una alfombra roja tendida a la mejor cosecha del año. Al menos esa es la apuesta de su organización, consciente de que la selección de películas a competición se hace después de la de festivales como San Sebastián, Sitges, Valladolid y Gijón. "Este año hay más largometrajes a concurso de directores con carrera que nuevas producciones", señalaba Carmelo Romero, su director. El cambio de tornas permitirá que desfilen directores de la talla de Imanol Uribe (Miel de naranjas), Daniel Burman (La suerte en tus manos), el danés Henning Carlsen (con Memorias de mis putas tristes) o Eduard Cortés, que inaugura hoy la competición con The Pelayos con nombres tan atractivos en su reparto como los de Daniel Brühl, Lluis Homar, y Eduard Fernández.

Para la jornada de clausura el certamen ha elegido fuera de concurso, Adiós a la reina, de Benoit Jacquot, que inauguró la pasada edición de la Berlinale. Y como nota novedosa, este año se cuela en la sección oficial la primera película europea rodada en stop-motion estereoscópico. Se trata de la cinta de animación O Apóstolo del -este sí- debutante Fernando Cortizo con música de Philip Glass.

La gran novedad es su nueva sección, Animazine, dedicada al cine de animación con once largometrajes, de los que seis son estrenos absolutos. Junto a ella continúa la alternativa experimental de ZonaZine; la variedad y frescura de propuestas que llegan del otro lado del Atlántico en Territorio Latinoamericano; la cada vez más demandada sección de Documentales -con Javier Bardem en Hijos de las nubes-; y los bocados de cine de los 20 cortometrajes a concurso.

Pero alrededor del corazón fílmico del festival circulan otras interesantes propuestas, como un concierto de la OFM bajo la batuta de Roque Baños; o los encuentros con el público de Álex de la Iglesia, Elena Anaya y José Mota en el Museo Picasso. Además de los conciertos en calle Alcazabilla de Airbag, Mikel Erentxun y Anni B. Sweet, entre otros. Un abanico de opciones con el que asomarse a un cine español que llora los recortes pero que se permite celebrar, al menos, ocho días de séptimo arte.