Cultura

"Las giras existen porque los músicos cogen furgonetas, yo ya no hago giras"

  • Antonio Luque es Sr Chinarro, uno de los músicos mejor valorados de la escena pop nacional, y esta tarde va a repasar las canciones que le han influido, guitarra en mano, en una sesión de 'La música contada'

Sr Chinarro tiene ya mucho que contar, y que cantar, algo que hará esta tarde en la Sala Gades en una nueva sesión de La música contada. Este sevillano exiliado en Málaga es uno de los tipos a seguir.

-¿Qué va a hacer Sr Chinarro esta tarde en La música contada?

-Me llevo la guitarrita porque no sé qué hacer si pongo discos, ¿me pongo a mirarle la cara a la gente? Creo que voy a pasar menos vergüenza si toco. Además, me está sirviendo para analizar canciones que me gustaban mucho y que más o menos sabía cómo tocarlas pero no exactamente. Me viene bien para estudiar composición.

-¿Qué canciones son?

-Uff... llevo veinte canciones sacadas, desde la época mía depresiva con Codeine hasta Serge Gainsbourg, por si viene algún pureta como yo, y cosas más recientes como The Flaming Lips.

-En plan moderno, ¿no?

-En plan moderno, sí, por si viene la muchachada [risas]. También he sacado una de La Dama se Esconde, para que haya algo español, y una de Los Planetas, que me parece una canción estupenda... y una de Nirvana, para mostrar un poco la tontería del éxito y el rock. No creo que pueda tocar todas.

-¿Cómo va la gira de Ronroneando? ¿Larga?

-El concepto de gira viene porque uno está dando vueltas, y uno ya no está dando vueltas: das un concierto y vuelves a casa. Las giras existen porque los músicos cogen una furgoneta y se lanzan a la carretera. Yo ya no hago giras, toco donde me contraten.

-¿El concierto de esta tarde es la confirmación del romance entre Sr Chinarro y Málaga?

-Es posible que si esto no hubiese sido en Málaga no habría cogido la guitarra. Podría ir con quince CD y ya está, pero hace mucho tiempo que no toco aquí y a mí la sala Vivero me echa atrás. Tenía ganas de tocar en mi ciudad, aunque yo no vivo realmente en Málaga, yo vivo en El Palo, y cada vez entiendo más a la gente de allí cuando dicen que bajan a Málaga [risas]. El centro me da bastante lástima por el aire de abandono que tiene. El mar es lo que tengo delante.

-El mundo chinarro va a tener continuación en la literatura, ¿no?

-Siento un poco de presión. El otro día me llegó una nueva oferta de una editorial y yo no he escrito nunca. Mis conocimientos de gramática son los que cualquier ciudadano debería tener, pero como la gente está empeñada en que escriba pues lo estoy haciendo. Hago como con las canciones, me pongo cuando siento que tengo algo que sacar.

-¿Y qué sale?

-Tengo que repartir la inspiración. Tengo setenta páginas de un diario de gira, con reflexiones de viaje y de los conciertos, una excusa para contar mis opiniones. Y me está costando más un libro de cuentos.

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