'Godspell' resucita en el Teatro del Soho CaixaBank de Málaga: El buen musical según San Antonio Banderas

Uno de los números musicales de la nueva adaptación de 'Godspell' en el Teatro del Soho CaixaBank de Málaga. / Javier Albiñana

El clásico musical Godspell vuelve sobre las tablas del Teatro del Soho CaixaBank. Y lo hace bajo la batuta de Antonio Banderas, que dirige esta nueva versión de la obra —ya un fenómeno en 2022 con Emilio Aragón— desde una mirada más íntima, potenciando el mensaje de Jesús con música, esperanza y fe. Los sonidos de una guerra indeterminada abren el telón. En medio del caos exterior, el elenco de actores encuentran refugio en el arte, en la palabra y en la música, y su propio teatro se convierte en su templo indestructible.

La obra combina vaudeville, magia, sombras, máscaras y títeres. Todo ello a través de 16 números musicales, entre ellos Preparad el camino, Día a día o Una ciudad más hermosa. Lo más llamativo es que en absolutamente todos los números están presentes cada uno de los miembros del elenco de actores. Cada canción ejerce como un sermón guiado por la melodía musical, un canto que invita a la reconciliación con uno mismo y el amor al prójimo.

Ya lo adelantó el director en la rueda de prensa de presentación: "Se ha potenciado por una situación actual que se está viviendo en el mundo de conflictos en todos los niveles. Me llamaba meter a un grupo de actores en una iglesia en ruinas y recuperar un mensaje que fue de Godspell o Jesucristo Superstar cuando el conflicto de Vietnam reclamaba paz. ¿Ha cambiado algo? No, vamos a peor. El mensaje sigue siendo válido".

Ferran Fabà, uno de los dos nuevos fichajes para esta producción, da vida a un Jesús que intenta guiar a su equipo con sencillez y convencido de que es el camino a seguir. El actor brilla en el escenario con un carisma que no solo atrapa a sus compañeros en la ficción, también al público frente a él. Hugo Ruiz interpreta a un Judas mostrando el lado humano más oscuro, un hombre con rencor, envidia y que quiere ser su contrario. Ambos encarnan los polos de la sociedad, pero buscando la comprensión.

El equipo de intérpretes lo completan 11 artistas más. Javier Ariano aporta dulzura e inocencia en su papel, mientras que Aaron Cobos —todo un veterano en el Teatro del Soho— se mueve entre la picardía y el compromiso con el grupo. Andro Crespo aporta humor incluso en los momentos de oscuridad, y Paula Díaz proyecta un viaje de la timidez a la valentía de ser uno mismo. Roko, al principio frágil y vulnerable, sorprende con su tenacidad. Laia Prats ama ser el centro de atención. Estibalitz Ruiz y Bella Exum completan el grupo con una alegría que contagia al público.

La obra hace guiños a temas de actualidad que el público aplaude e intenta enseñar que, pese a las dificultades, siempre hay una vía de escape. Antonio Banderas dijo antes de empezar que se trataba del último ensayo general, por lo que podría haber errores. Aunque algunos momentos todavía hay que perfeccionarlos en cuanto a sonido, las voces de los actores destacan. Pero, sin duda alguna, los números de metateatro son de lo mejor del musical, tanto por su variedad –de repente un rap, como flamenco o más coral– como por el toque humorístico que levanta carcajadas entre los asistentes. Mención especial al número de Roko.

La escenografía acompaña y refuerza las palabras y las actuaciones de los artistas con juegos de luces de distintos colores, sombras que insinúan el pecado, el miedo o la duda y una banda en directo que hace poner los vellos de punta en varias ocasiones a lo largo de las dos horas de espectáculo. Los actores, que ejercen como los sacerdotes de una ceremonia teatral, transmiten mensajes positivos en un mundo donde la "gente está muy crispada", como afirmó Banderas.

En definitiva, el musical emula un evangelio contemporáneo en el que trece jóvenes buscan la paz en medio del conflicto. Inspirado en el Evangelio según San Mateo, el musical se convierte en una experiencia de fe "laica", de la importancia de ser comunidad en tiempos donde reina el individualismo. Antonio Banderas, a modo de apóstol del teatro, firma su particular evangelio escénico: el buen musical según San Antonio, donde la esperanza vuelve a tener sentido.

El musical permanecerá en cartel hasta el 11 de enero de 2026 con funciones de martes a domingo. El precio de las entradas oscila entre los 25 y 59 euros, disponibles en la web del teatro, en taquilla y en todos los puntos de venta de El Corte Inglés. Entre explosiones y conflictos, los intérpretes y el público se sumergen en un metateatro que refleja el caos exterior y la necesidad de mantener viva la ilusión, la alegría y la esperanza.

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