Teatro del Soho Caixabank

El gran bibelot del Teatro del Soho

  • El escenario estrena este jueves su producción de la comedia de John Godber 'En la pista', con una impactante escenografía y bajo la dirección de Marc Montserrat-Drukker 

Un pase previo de 'En la pista' en el Teatro del Soho antes del estreno de este jueves.

Un pase previo de 'En la pista' en el Teatro del Soho antes del estreno de este jueves. / Marilú Báez (Málaga)

Han querido el destino y, al cabo, cierta dejadez, que el dramaturgo británico John Godber (Upton, West Yorkshire, 1956) mantenga su calidad de gran desconocido para el teatro español, donde, hasta ahora, no se le ha dedicado ni una sola producción. Se da esta circunstancia muy a pesar del reconocimiento de Godber como el autor inglés más representado en el mundo después de Shakespeare, lo que entraña una notable paradoja; el National Theatre incluyó su obra Bouncers entre las más importantes del milenio, pero tampoco esta razón ha sido suficiente para incorporar su repertorio a esta orilla. El desapego tiene que ver, esencialmente, con la adscripción de Godber a la comedia y con su empeño en servir en frío radiografías implacables y poco o nada complacientes de la sociedad británica de su tiempo, pero en este siglo de raudas interconexiones va quedando claro que, muy a pesar de las diferencias culturales, o al menos dentro del paraguas occidental, se tiende a cojear del mismo pie. Este soslayo a John Godber se ha dado, insistimos, hasta ahora: la primera producción de una obra de Godber en el teatro español ha llegado de la mano del Teatro del Soho Caixabank, donde se estrena este jueves y donde podrá verse hasta el 18 de julio como la segunda producción propia del centro malagueño después de A Chorus Line. La tercera, Company, de nuevo con Antonio Banderas en escena, se vestirá de largo el próximo otoño.

La imponente escenografía de 'En la pista'. La imponente escenografía de 'En la pista'.

La imponente escenografía de 'En la pista'. / Marilú Báez (Málaga)

La comedia de Godber escogida para tal hazaña lleva el título En la pista y el propio Antonio Banderas acompañó este martes en su presentación al director de la función, Marc Montserrat-Drukker, y a los cinco intérpretes implicados: David Amor, Olalla Hernández, Bárbara Santa-Cruz,  Cecilia Solaguren, Pablo Vázquez y Ángel Velasco. Montserrat-Drukker, que forma parte del mismo equipo artístico del Teatro del Soho, es uno de los directores de su generación con mayor proyección desde sus años de formación en Londres, figura recurrente en instituciones como el Teatre Lliure y el Centro Dramático Nacional y reclamado tanto para espectáculos musicales como para dramas y comedias. Para En la pista ha vuelto a aliarse con el dramaturgo Ignacio García May, con quien alumbró la histórica adaptación de La ola y que, tras hacerse cargo de la adaptación de A Chorus Line junto a Roser Batalla, vuelve al Teatro del Soho con una tarea no menos compleja: en su traducción del texto original de Godber, García May traslada el implacable diagnóstico lanzado a la sociedad británica a los márgenes más reconocibles de la sociedad española y, por si fuera poco, ambienta la acción en los años 80. En cuanto al reparto, en el que figuran los malagueños Ángel Velasco y Olalla Hernández, los cinco intérpretes son conocidos por el gran público gracias a su participación en las series de televisión de mayor éxito y han crecido en el teatro junto a directores de la talla de Andrés Lima, Alfredo Sanzol o Natalia Menéndez.

La versión de Ignacio García May traslada la afilada crítica de Godber a la sociedad española

Dicho todo esto, lo más impresionante del montaje que estrena ahora el Teatro del Soho tiene que ver con la puesta en escena del montaje: para la representación de En la pista se ha instalado una verdadera estación invernal en la que los intérpretes esquían y que evoca con abrumadora fidelidad el entorno montañoso austríaco en el que suceden los acontecimientos. En un proverbial juego de ingeniería escénica no exento de asombro, la misma pista sirve de cobijo hasta a cuatro ambientaciones distintas, que se van sucediendo a ojos del espectador en virtud de un procedimiento artesanal y riguroso como el mecanismo de un reloj creado por el escenógrafo Sebastiá Brosa. No hay muchos precedentes en el teatro español reciente de un despliegue semejante en un escenario para la recreación de un entorno natural, pero lo cierto es que el reparto llega a esquiar a una velocidad notable sin que haya bajo los focos nada parecido al hielo. 

Antonio Banderas, con el director y el reparto de la obra, este martes, en el Teatro del Soho. Antonio Banderas, con el director y el reparto de la obra, este martes, en el Teatro del Soho.

Antonio Banderas, con el director y el reparto de la obra, este martes, en el Teatro del Soho. / Marilú Báez (Málaga)

En tan esmerado envoltorio, En la pista presenta lo que parece una simple comedia de enredo, con dos parejas de vacaciones en Austria para aprender esquí, un monitor austríaco considerablemente ligero de cascos y una viajera solitaria de misteriosas intenciones. A partir, de aquí, sin embargo, y tal y como explicó este martes Marc Montserrat-Drukker, "Godber despliega su más ácida crítica social, dirigida a la que ha sido tradicionalmente su objetivo preeminente: la clase media. El autor denuncia que el miedo a la soledad conduce a la gente a cometer las mayores barbaridades por garantizarse el amor y el sexo que anhela, en un tono que transita entre lo abiertamente cómico y lo agridulce". Así, el director de la obra comparó En la pista con un bibelot: "Al agitarlo ves tras la bola de cristal un bonito paisaje paisaje nevado, pero si te acercas compruebas que ese mismo paisaje está hecho de una manera rudimentaria, a menudo cutre. En esta obra pasa lo mismo: el entorno es idílico, pero a poco que te asomas al interior de los personajes compruebas que en realidad hay cosas que no terminan de oler bien". Precisamente, la ambientación en los años 80 "permitirá al espectador tomar distancias, no verse obligado a reconocer de antemano una relación directa con el presente sino hacerlo después, de forma reposada, en una reflexión particular". Habrá que agradecer a Teatro del Soho, eso sí, que se haya traído un trozo de los Alpes austríacos a Málaga en la temporada en que más aprieta el terral. Llévense una rebequita por si acaso.   

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