Un imperio de 130 años

Reivindicado por los creadores contemporáneos e interpretado ya en todas las claves posibles, Pablo Picasso sigue siendo la primera referencia artística mundial, con exposiciones abiertas en todo el planeta

'El escultor', una de las obras de Picasso incluidas en la exposición inaugurada el pasado lunes en Shanghai.
'El escultor', una de las obras de Picasso incluidas en la exposición inaugurada el pasado lunes en Shanghai.
Pablo Bujalance / Málaga

23 de octubre 2011 - 05:00

Hay ocasiones en que los árboles no dejan ver el bosque, y en Málaga ocurre algo parecido con Picasso. El próximo martes día 25 se cumplen 130 años del nacimiento del genial pintor, una efeméride que viene acompañada de las más importantes exposiciones dedicadas a su obra (bien de manera directa, bien según las más diversas referencias y reinvenciones) en todo el planeta, también en la ciudad que le vio nacer: mientras la Fundación Casa Natal celebra su Octubre picassiano y presenta en sus instalaciones una exposición con la obra reciente de Manolo Valdés más inspirada por el malagueño, el Museo Picasso se apunta a las celebraciones via alter con una monumental retrospectiva de Alberto Giacometti, contextualizada y comparada, eso sí, mediante las citas necesarias del autor del Guernica. Pero Picasso es ya en Málaga una entidad omnipresente a través de sus museos, sus instituciones, sus publicaciones, la prensa y el interés turístico que lo ha convertido en una marca apta para camisetas, tazas del desayuno y láminas reproductoras. Picasso (quién lo iba a decir a finales de los 80, cuando la Fundación Picasso organizaba actividades en centros educativos y en la misma calle para demostrar que aquel señor nacido en la Plaza de la Merced no era un monstruo comedor de niños) está en todas partes y eso a menudo pervierte la perspectiva real del asunto: porque lo cierto es que, 38 años después de su muerte, Picasso es un artista reivindicado por la plana mayor del espectro contemporáneo (recuérdese la reciente exposición de Kippenberger en el Museo Picasso Málaga) cuyas exposiciones habitan los cinco continentes.

Basta echar un vistazo a los últimos acontecimientos al respecto: el pasado lunes se inauguró en Shanghai la mayor exposición de la historia dedicada a Picasso en China, con 62 obras imprescindibles como El escultor, El sueño y La muchacha descalza y una amplia colección de fotografías dedicadas al malagueño. A comienzos de este mes, la Colección Frick de Nueva York inauguró otra importante exposición de dibujos correspondientes a los primeros 30 años de actividad de Picasso. En Zurich, varias pinturas del artista se incluyeron a modo de piezas invitadas en la exposición Miró, Monet, Matisse. La Colección Nahmat, inaugurada esta misma semana, mientras que el cuadro Pintor y su modelo en un paisaje fue donado días antes por Roger y Françoise Varenne al Museo de Arte e Historia de Ginebra. El Museo Ludwig de Colonia (que mantiene varios intercambios y proyectos compartidos con el Museo Picasso Málaga) inauguró en septiembre la muestra Yo y yo y yo. Picasso en retratos fotográficos. Este mismo año, en febrero, el Moma de Nueva York inauguró una curiosa exposición que pudo verse hasta junio, Picasso: Guitars, con 65 piezas dedicadas al instrumento predilecto del artista (el pintor malagueño Eugenio Chicano pronunció hace unas semanas una conferencia sobre el asunto en el Museo Picasso). La famosa Suite Vollard se puede ver al completo en la galería Mirbachov Palac de Bratislava desde el 8 de septiembre. A nivel nacional, cabe destacar la nueva propuesta el Museo Picasso de Barcelona, con collages y piezas que bucean en los orígenes picassianos.

En cuanto a la cotización, Sotheby's subastó en Nueva York ocho piezas (entre ellas Femmes lisant) en mayo por 50 millones de dólares, y en Londres la Tate Modern presumió de haber colgado el cuadro más caro del mundo, Desnudo, hojas verdes y busto, en marzo. Málaga puede presumir también, aunque por motivos más altruistas. Tampoco son malos.

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