La música como lenguaje universal, en ocasiones, se puede tropezar con algún escollo en su entendimiento. La Joven Orquesta Provincial de Málaga (Jopma) ha sufrido estos días las sombras de una gira por Praga que ha durado más de lo deseado. Y todo por un pasajero incómodo llamado violonchelo. El pasado domingo los 53 músicos que integran la formación, -40 de ellos menores de edad- no pudieron embarcar en el avión de regreso a Málaga por un problema de facturación con el citado instrumento. "Al ser el de mayor tamaño viaja en una asiento con un billete de pasajero, pero la chica del mostrador se negó a facturarlo así", resumía ayer Antonio César, vicepresidente de la Jopma. Por fin, y gracias al apoyo de la embajada, 22 de los jóvenes podrán regresar hoy a casa. El resto tiene billete de vuelta para el próximo jueves.

"Ahora estamos pagando la pesadilla", lamentaba César para referirse al desembolso económico que ha tenido que sufrir la orquesta por pasar más noches de las pensadas en Praga, a donde recalaron de gira para participar en un festival. "Unos mil euros por pagar la estancia de más en el hotel para las 53 personas", recordaba.

Los padres de los músicos -con edades comprendidas entre 13 y 17 años- se han visto obligados a ingresarles dinero, "cuando ya de por sí cada viaje del niño les cuesta 600 euros", subrayaba el vicepresidente. Desde la Diputación de Málaga, les han asegurado que los gastos "si no todos, algunos", se los reembolsarán y el consulado de España en Praga les ha intentado tranquilizar con la posibilidad de enviar hoy al aeropuerto un representante por si se repitiera la coyuntura. "Nos han dicho que harán lo posible", añadía César.

Al portavoz de la Jopma aún le cuesta entender la naturaleza del conflicto. Cada año la formación emprende gira internacional. Ha viajado a Francia, Eslovaquia, Canadá y Polonia sin ningún problema con los instrumentos. Excepto el violonchelo, el resto viaja en cabina con el equipaje de mano, "lo que hacen todos los músicos en cualquier parte del mundo", sostenía. Para más inri, en facturación el violín "que pesa solo dos kilos y medio" tampoco podía viajar con el pasajero. "Querían que se facturara con una etiqueta de frágil, pero sin un seguro especial, que es lo normal, porque es un instrumento caro", añadió César.

Entre uno y otro contratiempo, la orquesta malagueña se quedó el domingo sin vuelo. Tanto la institución provincial, como el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía les han brindado su apoyo y se han ofrecido a ayudarles en lo que necesiten. A pesar del incidente, los músicos "están bien", insistió el representante. "Intentamos que no note nuestra impotencia. Además aquí la abrazoterapia funciona", expresó César risueño. Superada la pesadilla , dentro de dos semanas la Jopma volverá a exportar su incipiente talento, esta vez a Francia -al festival Eurochestries- y las próximas navidades a China.