Irene Escolar | Actriz

“Si no hay un público presente yo no hablaría de teatro, sino de otra cosa”

  • La intérprete protagoniza este viernes y el sábado en el Teatro del Soho Caixabank junto a Nao Albet y Mónica López ‘La gaviota’, versión libre de la obra de Chéjov que dirige Álex Rigola

La actriz Irene Escolar (Madrid, 1988), en una reciente imagen promocional.

La actriz Irene Escolar (Madrid, 1988), en una reciente imagen promocional. / Juanlu Real

Último eslabón de una saga fundamental de artistas (es nieta de Irene Gutiérrez Caba, sobrina nieta de Julia y Emilio Gutiérrez Caba e hija del productor José Luis Escolar), Irene Escolar (Madrid, 1988) ha participado en películas como Los girasoles ciegos, Gente en sitios, Gernika, Las leyes de la termodinámica y últimamente en Competencia oficial, junto a Antonio Banderas, Penélope Cruz y Óscar Martínez. Al mismo tiempo, ha bordado una de las trayectorias más admirables del teatro español contemporáneo en producciones como Oleanna, Agosto, El público, Leyendo Lorca, Mammón y Hermanas, que coprotagonizó junto a Bárbara Lennie, con quien creó la serie Escenario 0 para la plataforma HBO. Este viernes y el sábado protagoniza La gaviota de Chéjov, en versión libre de Álex Rigola, junto a Nao Albet, Mónica López, Pau Miró, Xavi Sáez y Roser Vilajosana, en el Teatro del Soho Caixabank.

-¿En qué medida es La gaviota una prolongación de Vania, el anterior proyecto chejoviano de Álex Rigola, en el que usted también participó?

-Es cierto que tanto Vania como La gaviota parten de un momento artístico muy concreto de Álex Rigola, en el que aspira a contar ciertas inquietudes personales y encuentra en Chéjov un mecanismo eficaz para hacerlo. Pero, en realidad, los dos espectáculos proporcionan experiencias muy distintas. Vania se desarrollaba en una caja reducida, para un aforo máximo de sesenta personas, lo que generaba una fuerza muy especial que se dirigía a cada espectador de manera singular. La gaviota se representa en los teatros de una manera más convencional, con públicos más amplios, aunque hay algunos elementos en común.

-Álex Rigola proyecta de manera muy personal sus propias impresiones sobre algunas de las cuestiones que incorpora Chéjov en sus obras, como la soledad, el paso del tiempo o la desubicación. Pero, ¿qué hay de las impresiones de los intérpretes sobre estos temas? ¿Están también, se filtran en la dramaturgia?

-Puntualmente, sí. En algún momento hay ideas que hemos compartido todos en los ensayos, relacionadas especialmente con nuestro oficio, ya que el universo de La gaviota es muy teatral. Ha habido conversaciones en las que cada uno ha podido aportar cosas, pero al final la visión predominante es la de Álex Rigola.

-¿Ha pensado alguna vez en el espectador que pueda ir a su función buscando una representación canónica de La gaviota y encuentre esta propuesta?

-Sí, alguna vez. Es evidente que nuestra propuesta no es una puesta en escena canónica, por eso nos gusta que quede claro desde el principio que se trata de una versión libre. Lo que hacemos es integrarnos en la mirada artística de Álex Rigola: trabajamos en un espacio vacío, en una desnudez casi absoluta, con pocos recursos que nos arropen. Y desde ahí, desde esa intimidad, que no deja de ser una búsqueda de la verdad, empiezan a pasar cosas mágicas. Estamos convencidos de que esas cosas pueden interesar, gustar y conmover a mucha gente, aunque no subamos a escena La gaviota tal y como la alumbró Chejov.

-De hecho, el montaje ha ganado el beneplácito del público y la crítica. ¿Se sienten bien acompañados en este viaje?

-No se puede descontextualizar el momento. Nos ha tocado afrontar un trago difícil para el teatro. Pero sí estoy percibiendo mucha generosidad por parte de todo el mundo para que esto siga adelante. Y mucho cariño, también.

"Sólo haremos una segunda temporada de ‘Escenario 0’ si tiene tanto sentido como lo tuvo hacer la primera"

-Durante el confinamiento participó en proyectos virtuales como la adaptación de Leyendo Lorca con el Teatro de la Abadía. Además, puso en marcha Escenario 0 para HBO junto a Bárbara Lennie, lo que de alguna forma recuperaba cierta tradición española de teatro televisado. Pero, ¿hasta qué punto podemos llamar teatro a todo esto?

-Ante todo, quiero subrayar que Escenario 0 es un proyecto del que me siento muy orgullosa. La idea surgió de la comunión artística que compartimos Bárbara Lennie y yo en Hermanas, así que nació de un lugar muy bonito, lleno de afecto y ganas de trabajar, y creo que eso se refleja en el resultado final. Después, tuvimos la suerte de que todo el equipo que se incorporó al proyecto llegó con las mismas ganas y la misma disposición. Hemos atesorado una enorme cantidad de talento en la iniciativa y eso me hace sentir, como te decía, particularmente orgullosa. Respecto a tu pregunta, precisamente una de las razones que con más fuerza nos impulsaron a crear Escenario 0 era la cantidad de gente que por muchos motivos no puede venir a Madrid a ver nuestros espectáculos y querrían hacerlo. Vimos que en las plataformas había un aliado esencial para lograrlo, encontramos el apoyo de HBO y decidimos llevarlo adelante. Ahora bien, en ningún momento hemos hablado de Escenario 0 como teatro grabado. Es otra cosa, también en la medida en que en la producción televisiva las obras no siempre se corresponden al cien por cien con lo que se ha visto en el escenario. En cuanto a Leyendo Lorca, las herramientas virtuales nos permitían conectar con el público en directo, lo que nos daba al menos una impresión cierta de tiempo compartido. Pero, si no hay un público presente, yo no hablaría de teatro, sino de otra cosa. Lo que no quiere decir que esta otra cosa carezca de interés.

-¿Habrá una segunda temporada de Escenario 0?

-No lo sabemos aún. La primera ha funcionado muy bien y nos ha dejado a todos muy contentos porque estamos convencidos de que se trata de un trabajo bien hecho. Pero no sabemos nada más. Sí te digo que no haríamos una segunda temporada sólo por hacerla. La haríamos únicamente si tuviera sentido hacerla, tanto sentido como lo tuvo primera. Si no le vemos el sentido, no la haremos.

-En su trayectoria ha tocado ya muchos palos, pero ¿hay algún personaje al que le gustaría interpretar especialmente?

-El personaje al que me gustaría interpretar seguramente no se ha escrito todavía. Quiero dejarme sorprender. Siempre estoy atenta a lo que se escribe ahora porque me interesa conocer las inquietudes del presente. Hermanas, la obra de Pascal Rambert, por ejemplo, fue una gran sorpresa, para quienes la hicimos y para el público. Pues justo algo así es lo que me apetece hacer, algo con lo que nadie cuente, ni yo misma.

-¿Qué valoración hace de la gestión de la actividad cultural en los últimos meses, ante la perpetua amenaza de un nuevo cierre de teatros y cines por la epidemia?

-En este asunto sólo puedo expresar mi opinión particular, la de una persona que no es experta en enfermedades infecciosas ni tiene formación en este sentido. Puedo decir que los teatros y cines son espacios en los que me siento menos sola. Espacios donde de manera natural se dan el encuentro con el otro y la solidaridad, donde de alguna forma nos hacemos mejores. Por eso estos espacios son importantes para todos y por eso merecen ser protegidos. Soy consciente del esfuerzo que se ha hecho para garantizar la mayor seguridad de estos lugares, pero también de que si los expertos deciden, a pesar de esto, cerrar los cines y teatros en Francia y Alemania, eso no es algo que yo pueda rebatir.

-¿Se le ha malogrado algún proyecto a cuenta del coronavirus?

-No. El próximo 4 de diciembre se estrenará en Movistar+ la serie Dime quién soy, la adaptación de la novela de Julia Navarro que he tenido la suerte de protagonizar y cuyo rodaje pudimos completar. También he podido terminar el rodaje de la película Competencia oficial junto a Antonio Banderas, Penélope Cruz y Óscar Martínez. Me siento muy afortunada por poder acompañar a la gente, también en los malos momentos. Eso es lo mejor de mi trabajo.

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