Javier Sierra, sobre 'El plan maestro': "Intento que el lector descubra que hay una historia profunda y muchas veces conectada con lo mágico"
El periodista y escritor presentó el viernes su última novela en el Museo de Málaga
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Javier Sierra regresa al mundo literario con El plan maestro (Editorial Planeta), una novela que ahonda en los misterios del arte como vehículo de lo oculto y, por otro lado, la herencia de otras civilizaciones. Uno de los protagonistas es el Museo del Prado, cuyas obras esconden historias y secretos. El escritor turolense presentó el viernes en el Museo de Málaga con el periodista Agustín Rivera su nueva obra en un encuentro organizado por el Centro Andaluz de las Letras.
Pregunta.¿Cómo surgió la idea de El plan maestro?
Respuesta.La pregunta que articula toda la trama de El plan maestro es: "¿Para qué inventó el ser humano el arte hace 70.000 años?". Y en la búsqueda de esa respuesta aparece una revelación. El arte no se inventó con propósitos estéticos, ni siquiera narrativos. El arte se inventó con propósitos mágicos. Las pinturas rupestres, las pinturas de la prehistoria, tenían el propósito de hacer visibles los espíritus de los animales que representaban sobre las cavernas. Y yo quise averiguar cuánto quedaba de ese propósito animista en las pinturas históricas, en las de Velázquez, Goya, el Bosco, Tiziano. Lo cierto es que quedó mucho de aquella repulsión original. Así que he construido una novela para contar eso, cómo ha evolucionado esa visión del arte.
P.Y además la novela aborda también algo oculto. ¿Puede explicar cómo llega a esa conclusión?
R.Lo que hace la novela es cambiar la mirada del espectador respecto al arte. Donde un espectador del siglo XXI ve solamente una imagen, un lector de mi novela lo que va a ver son las historias que subyacen detrás de esa imagen. Y en esas historias hay muchos elementos mágicos. Por ejemplo, Las Meninas. Las Meninas es un cuadro que está en nuestro patrimonio universal de iconos como una obra de la época de Felipe IV que representa una escena doméstica de la corte donde la infanta Margarita es asistida por una serie de asistentas. En realidad el propósito de esa pintura no es ese. Las cabezas de todos los personajes que aparecen en Las Meninas, si se unen con una línea, forman el perfil del signo de Capricornio, forman el dibujo del signo de Capricornio. Y de todos los personajes que aparecen en Las Meninas, solo uno es de ese signo, que es la reina Mariana de Austria, que se encuentra reflejada en el espejo. Todo el cuadro es un talismán para proteger a la reina Mariana de Austria. En 1656 España estaba esperando que esa jovencísima reina se quedara embarazada de un varón que pudiera heredar la corona de Felipe IV. Así que el propósito último de la pintura de Velázquez era proteger a la reina y prepararla para que tuviera un niño. Como fuera, aunque fuera recurriendo a la magia.
P.Son historias interesantes y casi nadie las sabe.
R.Lo que intento es que, por delante de los tópicos, que el lector descubra que hay una historia profunda y muchas veces conectada con lo mágico, con la visión sobrenatural, con esa necesidad que tenemos los seres humanos de ir más allá de lo material, de lo evidente.
P.Me gustaría saber su proceso de documentación y cómo lo ha traspasado a la ficción.
R.Yo desde muy niño me he sentido fascinado por el arte y por la historia y por los lugares que son patrimonio. Creo que tiene mucho que ver el haber nacido en una ciudad que es puro patrimonio como es Teruel y, a partir de esas observaciones de niño y de hacerme preguntas, en realidad, llevo toda la vida recogiendo en fichas y en cuadernos mis observaciones, mis averiguaciones. Esta novela, El plan maestro, creo que es la consecuencia de un periplo vital. Es decir, que es el resultado de llevar más de medio siglo mirando a mi alrededor con ojos de asombro. Es una novela que si no tuviera esos ojos de niño, donde todo me resulta interesante y todo me atrae, no hubiera podido escribir.
P.También aparecen los museos como un personaje muy importante en la trama. ¿Qué papel juegan estas instituciones en el arte?
R.La novela parte de una anécdota que yo viví en primera persona en 1990, hace ya muchos años, cuando yo fui a Madrid a estudiar mi carrera. Una mañana de domingo, en el Museo del Prado, estando prácticamente solo, contemplando una tabla de Rafael, que es una sagrada familia, fui abordado por un señor mayor que, de repente, sin saludarme siquiera, comenzó a explicarme cómo tenía que leer esa pintura. Y durante unos minutos estuvo diciéndome que tenía que leerla, no verla, leerla. Estuvo bombardeándome con todo tipo de informaciones, a cada cual más asombrosa. Yo no tomé la precaución de pedirle ni su nombre, ni un teléfono, ni un contacto, pero me quedé con ganas de más, así que regresé muchas veces al museo con la idea de tropezarme de nuevo con aquella persona. Nunca ocurrió, nunca se dio ese encuentro, pero esa ausencia, con los años, me hizo convertir a aquella persona en personaje de una novela. Imaginé a una especie de sabio, casi fantasmagórico, que te abordara delante de las pinturas y que te explicara sus secretos. Y la búsqueda de ese maestro es lo que articula buena parte de la trama de esta novela.
P.Dice en varias ocasiones que el arte transforma y quisiera saber a usted qué obra de arte en concreto le ha marcado tanto para llegar a esa conclusión.
R.Creo que la obra de arte que más me ha marcado es El jardín de las delicias, de Jerónimo Bosco. Primero porque es una obra muy compleja, hay más de 400 representaciones humanas en esa pintura. Y luego porque me he dado cuenta de que tiene muchas claves de lectura. La puedes leer de izquierda a derecha o de derecha a izquierda. Es decir, que según la leas de una manera o de otra, tendrás un concepto religioso u otro. Pero es que además Bosco escondió en la geometría del paisaje de El jardín de las delicias cosas muy sorprendentes. Por ejemplo, un ojo gigante. Hay un ojo gigante en el lago del jardín, o sea, de la tabla central del jardín de las delicias. Es el ojo de Dios que todo lo ve. Bosco lo disfraza implícito en el paisaje. Según la leas de una manera o de otra. Y eso es muy sorprendente porque cuando lo descubres por primera vez ya no puedes dejar de verlo. Todas esas cosas a mí me han marcado mucho y me han enseñado que hay otras formas de acercarse al arte.
P.Hay muchos museos muy importantes en el mundo, pero hace especial hincapié en el Museo del Prado. ¿Por qué?
R.La pinacoteca del Prado es un museo muy particular. De entrada es el único museo grande del mundo cuyas pinturas no han sido obtenidas por expolio, ni por saqueo, ni por cuestiones coloniales. Son todo obras que fueron adquiridas o encargadas por la Casa Real y en estos tiempos de descolonización de los museos nuestro Prado es una institución absolutamente intachable e intocable. Eso me llama la atención. Pero por otro lado, es el reflejo también de una monarquía culta muy fascinada por el poder del arte desde hace muchos siglos y yo creo que en ese sentido también es una institución muy interesante.
P.Málaga ahora se postula, o la llaman, la ciudad de los museos. ¿Puede que sea escenario de alguna posible futura novela?
R.El libro lo presento en el Museo de la Aduana, en el Museo de Málaga, que es un museo que yo conozco bien. Yo veo en ese museo un pequeño Louvre, porque no solamente hay pintura, también hay arqueología, por ejemplo. Esto se produce en muy pocos museos del mundo, esa mezcla. Y sí, hay piezas que darían pie para un desarrollo de novela. La misma prehistoria malagueña, tan antigua. El desarrollo de una novela que se remonta como poco a los fenicios y no antes, la historia de los dólmenes de Antequera, que también tiene su reflejo en el Museo de Málaga. Eso es muy interesante y desde luego lo miro con ojos de novelista, en algún momento a lo mejor hago algo. Piensa una cosa, que eso no lo sabe mucha gente, yo he estado viviendo cinco años en Málaga, mis hijos son malagueños y de alguna manera la ciudad la llevo muy presente.
P.Cumple ya 30 años en la literatura. ¿Qué tal los lleva?
R.Bueno, yo lo que quiero es elaborar bien mis historias. Aunque llevo 30 años publicando, el número de obras que he dado a imprenta es abarcable. Tengo 14 libros en imprenta, es más o menos uno cada dos años. Y eso es porque me tomo muy en serio la función narrativa, que cuando cuento una historia estoy cambiando la percepción del lector respecto a su entorno. Y eso es una responsabilidad, tienes que hacerlo con prudencia y con elegancia. Sé que modifico las mentes de muchas personas y eso lo intento hacer siempre en positivo, con cuidado.
P.¿Qué papel cree que tiene la literatura actualmente en la sociedad?
R.La literatura lo es todo. Piensa que incluso la vida política, la deportiva, los deportes, lo que ocurre a nuestro alrededor, todo depende de cómo lo relates. Y todo es literatura. Todo. Aunque no nos demos cuenta, incluso las noticias son literatura. Tú puedes elegir unas palabras u otras y cambiarle la polaridad a una información. Por lo tanto, la literatura es la energía que mueve la civilización. Ni más ni menos. Así es de importante.
P.Es algo que se tiene como en segundo plano incluso.
R.Sí, porque se asimila literatura a ficción y, sin embargo, hay muchos tipos de literatura porque el ser humano necesita narrar para comprender. Es así de sencillo.
P.La literatura además cada vez está cogiendo más peso entre los jóvenes, que eso también es un tema importante.
R.Es un tema de reflexión muy interesante. El último baremo de la lectura del Ministerio de Cultura del año pasado, 2024, estaba diciendo que un setenta y tantos por ciento, un 76% o 77% de los jóvenes. Nunca en la historia hemos tenido un índice de lectura tan alto. Y sin embargo son esas noticias que terminan en la letra pequeña de los periódicos, cuando debería ser portada, porque es el reflejo de una sociedad que quiere seguir aprendiendo y que va a darnos muchas alegrías en el futuro. Yo soy un optimista antropológico y creo que los jóvenes efectivamente son mejores que nosotros, que los adultos.
P.Ya para ir cerrando la entrevista, ¿qué libro ha leído que al leerlo ha pensado que le habría gustado escribirlo?
R.Muchos, muchos. Por darte un libro que a mí me fascinó es una novela que fue muy famosa hace unos 20 años en España, de una autora norteamericana que se llama Katherine Neville, y se llama El Ocho. Es una novela que narra la búsqueda de un ajedrez de Carlo Magno en distintos países del mundo y que transcurre entre la revolución francesa. Una auténtica maravilla de novela.
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