Cultura

"Me la jugué a cara de perro; era mi debut en La Malagueta"

El matador de toros Luis Bolívar (Colombia, 1985) ya se encuentra en su casa de Navalcarnero (Madrid) tras serle concedida el pasado domingo el alta voluntaria en la Clínica Sanatorio Doctor Gálvez, de Málaga, después de abandonar la UCI y evolucionar favorablemente. Durante su hospitalización, el diestro rememoraba el grave percance sufrido el pasado jueves en La Malagueta, con una cornada en la pierna derecha, de dos trayectorias -35 y 20 centímetros-, que entre otras consecuencias disecaron la cara posterior de la tibia y el paquete vasculonervioso profundo y rozaron la meseta tibial.

-Supongo que usted ya se adelanta y baraja fecha de reaparición...

-Aceleraré la rehabilitación para reaparecer el día 4 de septiembre en la plaza de Mérida. Lo tengo ya asumido y voy a trabajar cuanto antes para ello.

-¿Cómo recuerda el percance?

-Estaba toreando con la mano izquierda. El toro era muy complicado por ese pitón. Yo aguanté mucho. Me echó a los lomos. Sabía que estaba echando la moneda al aire, pero había que hacer el esfuerzo. Me la jugué a cara de perro; era mi debut como matador de toros en La Malagueta.

-Usted es un torero joven, pero ya muy castigado.

-Llevo diez cornadas de importancia. La más grave fue la que sufrí en el pecho el día de la alternativa (Valencia, 24 de julio de 2004).

-¿Cómo vivió la faena hasta el momento del percance?

-Con mucha emoción. Fue una faena marcada por la verdad. Por eso estoy aquí, en la clínica.

-¿Sintió el calor del público?

-Sí. Conocí la plaza de Málaga en mi etapa de novillero. Es un público torerista.

-¿Torear con José Tomás suponía un compromiso más fuerte?

-No. Pienso que todos los compañeros salen a por todas, a ganar la pelea.

-¿Qué le pareció que Tomás no saliera a hombros?

-Fue un detalle muy bonito el tener ese respeto hacia un compañero herido. Como torero, no tengo palabras para describirlo.

-¿Y cómo es ese toreo que busca Luis Bolívar?

-El que está basado en la verdad. Un toreo en el que se lleva el engaño por debajo y que tenga ligazón. Un toreo como el que han hecho los maestros Chenel -Antoñete-, Paco Camino y César Rincón y que son mis referentes.

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