Ciclo 'Flamenco viene del sur'. Sala Gades. Fecha: 5 de marzo. Baile: Chloé Brulé y Marcos Vargas. Cante: Juan José Amador. Aforo: Tres cuartos de entrada.

El ciclo Flamenco viene del sur comenzó el pasado sábado su programación malagueña con el espectáculo Tripolar de Marcos Vargas y Chloé Brulé.

Tripolar es una narración multidisciplinar, donde el flamenco está presente de forma transversal en una trama donde se entrelazan elementos de dramaturgia, danza contemporánea, y estampas flamencas castizas que conforman, en poco más de una hora, una obra conceptual, a veces un tanto hermética, pero que está dirigida y ejecutada con la intención de ser asequible y amena, -y en gran medida lo consigue-, alternando situaciones cómicas con otras de gran tensión. El trabajo de los bailarines/bailaores es magnífico, cómo dominan la expresión corporal y con qué facilidad pasan de un registro a otro, fundidos con el estado de ánimo que quieren comunicar en cada momento. Sus bailes a dos son un canto a la compenetración y por separado también muestran su alta calidad. No existe la improvisación, todo está regido por una memoria y precisión coreográficas, pues su dimensión excede la mera acotación flamenca, lo suyo es el lenguaje universal de la danza, dentro del cual postulan el baile flamenco.

Juan José Amador, habitual en todos los montajes de esta compañía, merece mención aparte. Cantaor de atrás, aquí da un definitivo paso adelante para convertirse en protagonista por expreso deseo de Brulé y Vargas -autores de la historia-, los cuales están dispuestos a sacrificar su propio lucimiento invirtiendo los papeles tradicionales, convirtiendo el baile en complemento del cantaor, en quien recae todo el peso narrativo. Este papel le sirve a Amador para desplegar ante el espectador un amplio abanico de posibilidades y demostrar que es un artista completo o total, pues no solo canta con gran eco y jondura, sino que también toca muy bien la guitarra -permitiéndose parodiar a otros maestros- y apunta con gracia sus pasos de baile, amén de interpretar. El público les despidió con una gran ovación.