'Un monstruo viene a verme' triunfa con nueve premios Goya

Antonio de la Torre se quedó sin su premio pero 'Tarde para la ira' ganó la mejor película, jonto con dirección novel, actor de reparto y guión original

Emma Suárez hizo pleno y se llevó las dos estatuíllas a las que optaba

'Un monstruo viene a verme' triunfa con nueve premios Goya
Cristina Fernández

Málaga, 05 de febrero 2017 - 02:20

Con la música en directo de la Film Symphony Orchestra comenzó una noche que sería, de nuevo, la de quedarse con las ganas para Antonio de la Torre. Triunfó Un monstruo viene a verme de Juan Antonio Bayona, pero Raúl Arévalo se fue con una sonrisa tras recibir el Goya por su dirección novel y por el guión original de Tarde para la ira, que también reconoció el trabajo de Manolo Solo como secundario. El humor, aunque en dosis más moderadas, lo puso por tercer año consecutivo el malagueño Dani Rovira.

"Aquí estoy, por tercera vez, y muchos se preguntarán, por qué", arrancó la gala. "Qué año más maravilloso de cine, más de 100 millones de espectadores, 300 millones de ojos", soltó en uno de los primeros chistes de la noche. Y hubo, como no, mención para Donald Trump al comienzo de la gala. "A los políticos le vamos a dedicar el tiempo proporcional que ellos han dedicado a la cultura en sus campañas... ya está". bromeó. Dio las gracias a Fernando Trueba y a Pedro Almodóvar. "Gracias a ellos España es un país más respetado en el mundo", dijo. Y nombró a Juan Antonio Bayona, "que su película se va a proyectar en 35 países".

Ana Belén recibió el Goya de honor y reivindicó el papel de la mujer en el cine

Después de introducir a las películas más nominadas, comenzó la entrega de premios y el primero cumplió los pronósticos. Recayó en Raúl Arévalo como director novel por Tarde para la ira. Luego conseguría Manolo Solo el de actor de reparto por el largometraje del debutante. "Me siento muy orgulloso de haber participado en Tarde para la ira, Raúl gracias por darme confianza, por dirigirme, y tirarme por el barranco pensando que podía volar", dijo Solo.

Con el premio a la mejor dirección de fotografía para Óscar Faura se inció el rosario de galardones para la película de Juan Antonio Bayona Un monstruo viene a verme. Luego llegaron el de maquillaje y peluquería, dirección de arte, dirección de producción para Sandra Hermida. Fernando Velázquez y su música discreta para la cinta de Bayona le dio el quinto galardón a la película, que justo después recibió el sexto, el de mejor efectos espciales para Pau Costa y Félix Bergés. Imparable fue la carrera en la ceremonia de Un monstruo viene a verme. El séptimo fue para el sonido y el cineasta seguía emocionándose con los agradecimientos de su equipo. Y el octavo para el montaje.

Pero con el que le tocó subir a él fue el noveno, el de mejor dirección. "Gracias a la acamedia por poner el micrófono más bajo", bromeó y agradeció los apoyos "a un proyecto complicado", dijo y se lo dedicó a su familia y en especiual a su padre por enseñarle "el papel transformador de la cultura".

El mejor actor revelación fue Carlos Santos y le dio a El hombre de las mil caras, de Alberto Rodríguez, su primer Goya, que también se llevó el galardón al guión adaptado. El galardón de actriz revelación fue para Anna Castillo por El Olivo, de Icíar Bollaín, lo que dejó a la sevillana Belén Cuesta, educada en la Escuela de Arte Dramático de Málaga, sin premio. Aunque Castillo quiso compartirlo con ella. "Belén eres lo más grande, esto te queda hasta pequeño", dijo.

Pero si la noche tuvo un nombre femenino más allá del de Ana Belén por su Goya de honor, fue el de Emma Suárez, que se llevó dos estatuillas para sus dos nominaciones, por actriz de reparto en La próxima piel y como protagonista por Julieta, de Pedro Almodóvar. "Qué está pasando, por qué estoy aquí otra vez", dijo conmocionada. "Os quiero, hagamos películas", pidió. Aunque se dejó también claro en la ceremonia que la presencia femenina aún no es igualitaria. "Es necesario seguir potenciando el papel de la mujer en todos los puestos de la sociedad, sobre todo en la toma de decisiones", dijo Rovira y señaló que si en 2016 hubo 78 directores solo fueron 18 las directoras. Otras mujeres también brillaron con luz propia como Silvia Pérez Cruz, que se llevó el Goya a mejor canción por Ai,ai,ai para la película de Eduard Cortés Cerca de tu casa y cantó en directo y la dedicó a los desahuciados.

Ana Belén recogió su Goya de honor con su risa emocionada y delante de todo un auditorio puesto en pie. No lloró y ganó una apuesta, según dijo. Doña Paquita maestra de su colegio, el profesor de música que vivía al otro lado de la calle, Miguel Narros, que apareció en su adolescencia para indicarle el camino. A todos ellos mencionó para ser lo que hoy es. "Ser actriz significa preparase, esforzarse mucho y, sobre todo leer. Estar con los ojos muy abiertos ante todo lo que rodea para contar la verdad", dijo. "La profesión que elegí no solo sirve para distraer y emocionar, sino también para hacer preguntas aunque no se tengan las respuestas", agregó y subrayó que "nada me gusta más que estar en un rodaje y observar las complicidades que se tejen en él". Sin embargo, también mencionó la "precariedad laboral pavorosa de nuestro sector" y la falta de reconocimiento de la mujer al mismo nivel que los hombres. "Se me escapa la razón por la que hay tan pocas mujeres en el cine", confesó. "He sido muy feliz en mi trabajo y espero seguir siéndolo, alegrándome de lo mío y lo vuestro. Salud y trabajo para esta profesión que no se merece tanto desprecio de sus gobernantes", concluyó.

Continuó la entrega de premios con el Goya al diseño de vestuario para 1998, los últimos de Filipinas.El mejor corto de ficción se lo llevó Timecode, que también tendrá representación en los Oscar, por lo que la cinta protagonizada por el malagueño Salva Reina Bla, Bla, Bla, del realizador gaditano Alexis Morante se quedó sin Goya. En cuanto al cortometraje de animación, el premio recayó en Decorado y el Uka de la malagueña Valle Comba se quedó sin estatuilla. El mejor largometraje de animación fue para Psiconautas, los niños olvidados.

"Antonio de la Torre, estar nominado es como tu estado natural", le dijo Dani Rovira a su paisano en la gala, al que invitó a gritar y echar hacia afuera su contención. Eso fue un poco antes de que estuvieran en pantalla los nominados a mejor actor principal. El malagueño y Luis Callejo competían en la misma liza con Tarde para la ira y ambos se quedaron con las ganas. Roberto Álamo por Que Dios nos perdone, de Sorogoyen se los arrebató.

La Academia quiso agradecer la fidelidad de los espectadores que eligen cine español, ese "lenguaje que nos une en la diversidad, donde reside nuestra fuerza y principal riqueza". En cinco de los seis últimos años una película española ha estado entre las más vistas. "El estado ha recaudado gracias al IVA 28 millones de euros más de lo que va a gastar en él", dijo el vicepresidente de la Academia, Mariano Barroso, que pidió un pacto de estado para el cine. La presidenta, Yvone Blake destacó que la cosecha del próximo año se prevé fantástica. "Somos optimistas", dijo.

La noche se cerró minutos antes de la una de la madrugada con la gran sorpresa, la mejor película para Tarde para la ira y los brazos abiertos de Arévalo.

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