Cultura

Los murales vuelven al Soho con el Mediterráneo de Alice Pasquini

Alice Pasquini junto a su obra, aún en proceso, en el Soho.

Alice Pasquini junto a su obra, aún en proceso, en el Soho. / Javier Albiñana

Alice Pasquini empezó a pintar a finales de los 90, en una época en la que el Hip Hop estaba creciendo en los populares barrios de Roma. Alice Pasquini empezó a pintar entre la academia y la calle, influida por las pinceladas de Rothko, Miguel Ángel o Velázquez que estudiaba en la universidad, pero también por los sonidos urbanos y la democracia en el arte que suponía solo necesitar un 'loro' y un micrófono para grabar maquetas. Alice Pasquini ha seguido pintando murales –más de quince años ya a sus espaldas– en ciudades de todos los continentes, de su Roma natal a Nápoles, Marsella, Saigón, Buenos Aires o Sídney. Y ahora desembarca en Málaga ofrecer a la ciudad un nuevo mural en el Soho.

Bajo las obras que Obey y D*Face dejaron en Málaga y que son santo y seña de la renovación del barrio, emerge una mirada femenina, retadora, en el muro del colegio Federico García Lorca. Sobre un fondo de colores que chisporrotean como el agua al romper una ola en un día de mar picado, o como un hatajo de reflejos en el atardecer común del Mediterráneo deja su firma, clave en todo su trabajo, Alice Pasquini. 

Alice empezó a destacar en un mundo de hombres –el arte contemporáneo, el mural en la calle– en el que tuvo que buscar su espacio propio, de ahí que comenzase en el arte mural sin pintar por las noches y con la cara tapada si no "a medio día y firmando con mi nombre, quería mostrar que había espacio para las mujeres también en el arte urbano". 

Una mujer observa el mural de Alice Pasquini durante su realización. Una mujer observa el mural de Alice Pasquini durante su realización.

Una mujer observa el mural de Alice Pasquini durante su realización. / Javier Albiñana

La artista italiana, una de las más reconocidos en el movimiento urbano en todo el globo y referente del arte contemporáneo actual del país transatlántico, tiene un estilo propio que ha desarrollado sobre la base que le dejaron todas sus vivencias pasadas, desde la facultad y las horas en el parque escuchando ritmos de Hip Hop, hasta la cantidad de viajes que sellan su pasaporte. Pero, sobre todo, es reconocida allá por donde vaya por sus mujeres. 

No es que Alice tenga un harén, sino que representa a mujeres fuertes. Murales vividos que van adquiriendo carácter con el tiempo, "me gusta que mis pinturas se relacionen con la gente, que dejen su marca, que dialoguen con su entorno", afirma con rotundidad. Que sus murales estén presididos por mujeres no es casualidad: "Quería que la representación de las mujeres dejase de estar supeditada a la mirada del hombre, siempre la mujer era musa, estaba representada de manera voluptuosa y sexualizada". 

En los 24 metros de mural que firma la italiana, la de la mujer emergiendo del agua no es la única figura que se representará. La acompañará un niño, soltando un pequeño barco de papel, alegoría de la comunicación, pero también de la fragilidad que puede suponer embarcarse en un viaje por el mar común en una embarcación de dudosa calidad. El mar que brinda puede brindar lo mejor y lo peor a sus costas. 

"Un regalo del Festival de Cine Italiano a Málaga"

El mural forma parte de la celebración del VI Festival de Cine Italiano en Málaga, que se celebra entre el 13 y el 21 de mayo en la capital. Una obra duradera dentro de un evento acotado en el tiempo, "un regalo que el Festival le hace a la ciudad", señala Marta Gargiulo, comisaria de la obra. 

Alice Pasquini posa junto a su mural con una bolsa del Festival de Cine Italiano al hombro. Alice Pasquini posa junto a su mural con una bolsa del Festival de Cine Italiano al hombro.

Alice Pasquini posa junto a su mural con una bolsa del Festival de Cine Italiano al hombro. / Javier Albiñana

Parte de ese regalo, por ejemplo, es la visita que harán este mismo viernes 200 alumnos de arte de Málaga, de San Telmo y otras escuelas, "para que puedan ver a una artista creando su obra 'in situ". 

"Alice es pionera del arte urbano en Italia y un referente en el mundo", hecho por el que se decidieron a invitarla desde la Dante Alighieri –el homólogo del Instituto Cervantes en Italia– para que se encargara del cartel de esta edición. "Queríamos representar el Mediterráneo como un lugar de encuentro, de conexión, como la 'bañera en la que todos mojamos los pies', que dijo Andrea Camilleri". 

El lunes arrancará el Festival, que acabará ocho días después. Pero Alice y su mujer permanecerán, alterándose, poco a poco, con el tiempo. Efecto, en parte, de la humedad del Mediterráneo, en parte de haberse comunicado con su entorno, con el colegio, con los niños a los que debe llegar el mensaje. Entonces, Alice Pasquini, irá completando poco a poco un mural que pinta ella, regala a Málaga y en el que colaboramos todos.

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