Museo Ruso Málaga

Hora del recambio en el Museo Ruso

  • El equipamiento de Tabacalera comenzó este martes el desmontaje de sus exposiciones al completo, en un procedimiento abierto de nuevo al público

  • El día 30 inaugurará su nueva colección anual y las dos siguientes muestras temporales 

Vídeo de los conservadores analizando las obras descolgadas, en el Museo Ruso de Málaga.

No por tratarse de una tarea habitual en el funcionamiento de un museo resulta menos impresionante, sobre todo cuando hay un público dispuesto a presenciarlo. El Museo Ruso de Málaga comenzó este martes el desmontaje de todos sus contenidos expositivos al completo, una operación titánica desarrollada por un ejército de técnicos y especialistas en conservación de obras de arte con precisión cirujana; y, al igual que en ocasiones anteriores, la dirección del centro decidió compartir la experiencia con un reducido grupo de visitantes, una quincena de afortunados testigos que pudieron conocer así de primera mano los entresijos de cuanto sucede en un museo en los paréntesis abiertos entre las distintas exposiciones, fuera de la atención del gran público. La experiencia volverá a repetirse este miércoles y el jueves ante aforos igualmente muy limitados con una conclusión previsible: el hallazgo de las paredes vacías del Museo Ruso. Eso sí, entre los próximos 20 y 22 de abril volverán a darse cita conservadores y técnicos, de nuevo ante audiencias harto selectas, para el proceso contrario: el montaje de la nueva colección anual y de las dos exposiciones temporales que tendrán su flamante inauguración el 30 de abril. La experiencia, muy del gusto del público a pesar de las dificultades para hacerse con una plaza, no deja indiferente a nadie y demuestra hasta qué punto la organización de una exposición in situ es una criatura viva, un espectáculo sin mucho parangón sometido a un control exhaustivo.

Operación de desmontaje, este martes, en el Museo Ruso. Operación de desmontaje, este martes, en el Museo Ruso.

Operación de desmontaje, este martes, en el Museo Ruso. / Marilú Báez (Málaga)

Sorprendió este martes al respetable reunido, y de qué manera, la manipulación de los enormes lienzos de artistas rusos del siglo XX como Sundukov y Shenderov reunidos en Realismo: pasado y presente. Arte y verdad, la colección anual que, con obligado retraso a cuenta de la pandemia, se inauguró el 23 de junio del año pasado y que se despidió definitivamente de los visitantes el pasado domingo. Antes del embalaje y del traslado de estas obras a su lugar de procedencia, el Museo de Arte Ruso de San Petersburgo, en un largo viaje a lo largo de 4.500 kilómetros, los invitados pudieron asistir a su desmontaje, la pormenorizada evaluación del estado de cada una de las piezas y a una verdadera disección milimétrica que garantiza el regreso de todas las obras en las mismas condiciones en que llegaron a Málaga, una labor que, especialmente en las pinturas de mayores dimensiones, llega a ser heroica. Todo se somete a una pormenorizada evaluación: la calidad del color, el mantenimiento de las telas y hasta los marcos, antes del cuidadoso embalaje. Los conservadores despliegan un amplio instrumental mientras trabajan con la iluminación adecuada que garantice la mayor calidad del análisis, como en un trabajo detectivesco en busca de cualquier huella que pudiera delatar una mínima degradación. También tienen su desmontaje estos días las dos exposiciones temporales clausuradas igualmente el pasado domingo, las dos de naturaleza cinematográfica: Rompiendo el silencio. El cine mudo en Rusia y Andréi Tarkovsky. Maestro del espacio, que tuvieron su inauguración el 26 de mayo del año pasado ya las que la pandemia ha concedido una permanencia inesperadamente prolongada. En este caso, dado que las muestras reúnen principalmente carteles y fotografías, el trabajo de conservación puesto en marcha no resulta tan impresionante, con lo que la colección anual es la gran protagonista de esta actividad.

Obras ya embaladas tras la evaluación de su estado de conservación. Obras ya embaladas tras la evaluación de su estado de conservación.

Obras ya embaladas tras la evaluación de su estado de conservación. / Marilú Báez (Málaga)

Lev Tolstói es el gran protagonista de la nueva remesa de exposiciones que verán la luz el próximo 30 de abril (con jornada de puertas abiertas el 2 de mayo a modo de celebración y bienvenida), con la colección anual Guerra y paz en el arte ruso, que podrá verse hasta abril de 2022; y una pequeña muestra temporal consagrada a la obra del escritor y sus confluencias artísticas, El camino de la vida, que permanecerá en el Museo Ruso hasta el próximo 12 de octubre. La segunda exposición temporal, Iván Aivazovsky y los pintores marinistas en Rusia, también en cartel hasta octubre, completa el recambio cuya instalación podrá verse, de nuevo ante grupos reducidos, dentro de unos días, del 20 al 22 de abril. Recién cumplido su sexto aniversario, el Museo Ruso continúa su andadura con el mismo objetivo de siempre: la narración a través del arte de la historia de la que tal vez haya sido la potencia cultural más importante del mundo y, al mismo tiempo, la menos conocida. Pero también de paradojas viven los museos malagueños.  

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