Museum Jorge Rando

Una sala de estar (más grande) para el arte en Málaga

  • El Museo Jorge Rando reabre tras el cierre forzoso por la pandemia con una ampliación de 400 metros cuadrados y una exposición que revisa medio siglo de creación del pintor

Jorge Rando presenta la ampliación de su museo en presencia del alcalde, Francisco de la Torre.

Jorge Rando presenta la ampliación de su museo en presencia del alcalde, Francisco de la Torre. / Javier Albiñana (Málaga)

Cuando abrió sus puertas el Museo Jorge Rando hace seis años en el corazón del barrio del Molinillo, en los arrabales del centro histórico, su titular definió su proyecto más ambicioso como "una sala de estar para el arte en Málaga". El principio de tal fórmula era bien sencillo: se trataba de abrir un espacio donde el interesado pudiera entrar de manera libre y gratuita lo mismo para ver una exposición que para asistir a una conferencia, disfrutar un concierto o una película, consultar libros en una biblioteca, tomar clases de pintura e incluso tener su propio taller de artista. Todo de manera, digamos, desacralizada, con la mayor naturalidad: según quería el clásico, como Pedro por su casa. A pesar de la distancia respecto a la milla de oro de los museos malagueños, la propuesta caló, precisamente, por cuanto la diferenciaba del modelo turístico, con un arraigo mucho más vecinal y en una clave urbana servida a flor de tierra. De hecho, el museo no emite los consabidas cifras de visitantes, sino que establece sus particulares balances a partir de las actividades añadidas cada temporada y en el mismo mantenimiento de un proyecto basado en la más absoluta gratuidad. El pasado mes de marzo, tras el cierre decretado por la pandemia del coronavirus, los responsables del museo encontraron la ocasión idónea para emprender la ampliación del centro que se había quedado pendiente y cuya urgencia daba también buena cuenta del éxito de acogida de sus actividades. Dicho y hecho: el Museo Jorge Rando reabre sus puertas este lunes con una ampliación de cuatrocientos metros cuadrados y una nueva exposición que, bajo el título Presente y vuelta al pasado. Las pinturas sucias de Jorge Rando, sirve de testimonio de nada menos que cincuenta años de creación del pintor malagueño. 

Jorge Rando, este lunes, en su museo. Jorge Rando, este lunes, en su museo.

Jorge Rando, este lunes, en su museo. / Javier Albiñana (Málaga)

La directora del museo, Vanesa Díez (que presentó las nuevas instalaciones este lunes junto al alcalde, Francisco de la Torre; el delegado territorial de Caixabank, Juan Antonio Zafra; y el propio Jorge Rando) explicó que la nueva exposición subraya "los principios filosóficos de Rando, basados en el humanismo", a lo largo de ciclos temáticos que giran en torno a "cuestiones como la dignidad, la identidad, la injusticia, la esperanza,la condición humana, el amor, el sufrimiento y la relación de la humanidad con la naturaleza". Así, la serie Clochards, dedicada a vagabundos urbanos, revela cómo "ante el avance de los totalitarismos y las identidades entendidas de forma unitaria y excluyente, para Jorge Rando la identidad es una carta de libertad". En cuanto a la dignidad, Rando representa, con su contundente querencia expresionista, "a prostitutas, inmigrantes y vagabundos, con quienes compartió una época de su vida, para afirmar que la dignidad es un elemento inviolable del ser humano y que nunca se puede desprender del mismo". Del mismo modo, Díez recordó que la proyección internacional del pintor malagueño ha seguido creciendo desde la apertura de su museo en su ciudad natal, especialmente en países como Alemania, donde recibió el Premio Ernst Barlach; y en China, donde el año que viene se inaugurará la exposición itinerante 200 años de historia del arte español: Goya, Dalí, Miró y Rando

Una de las nuevas salas de exposiciones del centro. Una de las nuevas salas de exposiciones del centro.

Una de las nuevas salas de exposiciones del centro. / Javier Albiñana (Málaga)

En cuanto a la ampliación, la directora señaló que las nuevas salas mantienen "la identidad arquitectónica" del museo, con sus elementos reconocibles y con el protagonismo absoluto de la luz natural. Aunque todas se prestan al uso expositivo, presentan una naturaleza polivalente "con lo que pueden servir para almacenaje o para ampliar la biblioteca". En este sentido, el alcalde, Francisco de la Torre, felicitó a Jorge Rando por "haber logrado ampliar su museo hasta en un 40% en una situación tan adversa como la que vivimos"; a lo que Jorge Rando, parco en palabras, como suele ("Mi deber es pintar, estar metido en la cueva") respondió: "Este museo ha sido durante seis años la casa de todos, y lo va a seguir siendo". Naturalezas bien vivas entre el expresionismo y la abstracción, mariposas, mujeres, vagabundos, víctimas de la guerra y del infortunio, paisajes imprevistos y hallazgos del color conjugan el mundo que Jorge Rando pone a disposición de cualquiera que decida darse por aludido, fuera de imposturas y de criterios de mercado. El verso suelto de los museos malagueños vuelve así a abrir sus puertas para no volver a cerrarlas. 

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