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La vida, nada menos: atrevimiento y técnica no bastan
Cine · Reválida de un certamen a la búsqueda de nuevos públicos
Asentado ya en el menú cultural de noviembre como propuesta veterana bendecida con el favor de los espectadores, el Festival de Cine Fantástico de la Universidad de Málaga, más conocido como Fancine, celebrará su próxima edición, la número 26, del 9 al 17 del próximo noviembre con un programa que insiste en algunas de sus fórmulas consabidas si bien, al mismo tiempo, introduce algunas novedades jugosas y significativas. El reto es el que corresponde a un certamen de su veteranía, reclamado entre los aficionados al género pero ambicioso, como corresponde, respecto a la atracción de nuevos públicos, materia obligada si de mantener la juventud del ciclo se trata; este matiz, no obstante, adquiere una singular relevancia en un festival como el que nos ocupa, que con el paso de los años ha ido desprendiéndose de cierta índole underground hasta hacerse más flexible y atractivo en los puntos medios, sin renunciar a determinadas propuestas de grosor al gusto de los acérrimos. Así, con una sección oficial amplia y diversa, el Fancine ofrece para este año más propuestas dirigidas a la participación del personal, como la organización de talleres y gymkanas, un proyecto pedagógico dirigido a niños para la iniciación en el cine fantástico y el cómic y la posibilidad de formar parte de la representación de la obra teatral Rabia, de la compañía malagueña Mu Teatro, además del concurso ya celebrado para la selección del teaser del certamen y otros mecanismos de promoción abierta. Este año, además, el ciclo refuerza su identidad universitaria con la incorporación a sus sedes habituales (el Cine Albéniz, el Rectorado, el Paraninfo y el Teatro Cervantes, que acogerá las galas y los tradicionales conciertos de bandas sonoras) del Contenedor Cultural del Campus de Teatinos, lo que garantiza la ampliación del campo de acción y una mayor atención por parte del público natural del Fancine: el más joven y más presuntamente ávido de emociones fuertes.
En cuanto a lo que se podrá ver, la sección de cortometrajes presenta una veintena de piezas que competirán en dos categorías, animación e imagen real, mientras que el apartado de largometrajes vuelve a funcionar como eje de resonancia para películas que ya han gozado del éxito en otros festivales como el de Sitges pero que difícilmente llegarán a estrenarse en los circuitos comerciales, aunque la querencia a una singularidad para el Fancine parece haberse reforzado en esta ocasión. De entrada, la película que inaugurará el certamen contiene suficientes argumentos para convocar a muchos: se trata de The neon demon, la nueva película de Nicolas Winding Refn, director de Drive y Sólo Dios perdona; el filme, presentado a concurso en la pasada edición del Festival de Cannes, ofrece una enfermiza y voraz aproximación al mundo de la moda con un elenco femenino de impacto que cuenta con Elle Fanning, Christina Hendricks, Jena Malone, Bella Heathcote y Abbey Lee Kershaw .
A partir de entonces, el certamen exhibirá largometrajes de muy diversa naturaleza y procedencia, como la esperada The girl with all the gifts, vuelta de tuerca al subgénero zombi basada en la novela M.R. Carey, dirigida por Colm McCarthy y con Gemma Artenton y Glenn Close en el reparto. En un extremo distinto, Japón sigue inflando la burbuja Godzilla con Godzilla Resurgence, reboot que para regocijo de los fans devuelve al monstruo nuclear a los paradigmas entrañables de la serie B. La variante road movie tendrá un representante de gran interés en Sam was here, producción estadounidense dirigida por el francés Christophe Deroo en la que un viajante de comercio que se traslada a lo largo y ancho del desierto de California es confundido con un asesino de niños. La película indonesia Headshot enfrenta a un enfermo de amnesia con un cártel de la droga sin escatimar en desagradables dosis de violencia, mientras que The Survivalist, de Stephen Fingleton, insufla aire nuevo al muy actual género post-apocalíptico con una mujer que defiende su granja de las incursiones de los hambrientos en un mundo desnutrido. ¿Todo esto es cine fantástico? Por supuesto.
Y si no, siempre se puede acudir a Swiss Army Man, la delirante historia de un náufrago (encarnado por el gran Paul Dano) que, en su extrema soledad, y cuando parece dispuesto a suicidarse, entabla amistad con un cadáver que encuentra en su isla. The Transfiguration, de Michael O'Shea, con Eric Ruffin y Chloe Levine, es una historia de amor y vampiros ambientada en Nueva York. Creepy, por su parte, es la nueva entrega del maestro del terror japonés Kiyoshi Kurosawa, una sacudida repleta de pesadillas en la cabeza de un hombre que busca a su familia desaparecida. En un registro opuesto se sitúa The Open, de Marc Lahore, nuevo envite post-apocalíptico aunque de corte extrañamente intimista. Train to Busan, del coreano Sang-ho Yeon, es otro festival zombi a toda velocidad y con hechuras de superproducción, aunque tampoco se queda corto el presupuesto de Equals, distopía de un mundo futuro sin emociones protagonizada por Kristen Stewart. Claro que quien quiera un clásico como Dios manda podrá deleitarse con Planeta Prohibido de Fred McLeod Wilcox en un ciclo dedicado a Shakespeare y Cervantes. Hay para todos. En serio.
Escaparate para el género en clave malagueña
Como todos los años, el Fancine reservará parte de su próxima edición a la producción local con un programa especial en el que se proyectarán siete cortometrajes de realizadores malagueños. El cartel presenta así Llueve en Bagdad, de Pedro Terrero y Kike Ramírez, cinta galardonada con el quinto Premio de proyectos de cortometrajes de género fantástico y de terror de la Universidad de Málaga; Garabatos, de Pedro Pacheco; Hadas, de Tony Morales; Hospital Cromático, de Dita Segura y Rakesh B. Narwani; Los chimplonitos de Alberto Pons; Yo soy metástasis, de Sergio Manuel Sánchez Cano; y Matryoshka, de Fran Kapilla, filme rodado en ruso con materiales aeronáuticos reales y efectos especiales propios de 2001 que recrea la conquista del espacio en los años 80.
El Conejito Malo calienta motores virales en la Galería Central
El pasado viernes, entre los actos previos a la inauguración de Fancine, la Galería Central, con sede en la Facultad de Ciencias de Comunicación de la UMA, inauguró una exposición dedicada a Conejito Malo, el personaje creado por el certamen a mayor gloria de una promoción que ha resultado verdaderamente impactante y que se ha saldado con miles de seguidores de @ConejitoMalo en Twitter. El equipo del Festival de Cine Fantástico comenzó en Instagram una campaña silenciosa, sin menciones al Fancine, con imágenes del siniestro personaje en diversos enclaves urbanos de Málaga que incluso fueron objeto de reprobación por parte de algunos usuarios temerosos e indignados. Finalmente, los del Fancine revelaron que el Conejito Malo era el protagonista de una campaña viral que se valió de la vasta capacidad de difusión de las redes, especialmente cuando de un misterio se trata, para ir calentando motores. La exposición recoge toda historia de la mano de la propia criatura.
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