De las personas leídas como libros

Feria del Libro de Málaga

La ilustradora Lucía Types y el actor Antonio Zafra protagonizan en la Feria del Libro el primer encuentro del proyecto internacional contra la exclusión social Biblioteca Humana celebrado en Málaga

Málaga abre las páginas de la 54 Feria del Libro

Lucía Types y Antonio Zafra, con Elena Claros, este sábado, en la Feria del Libro de Málaga. / Carlos Guerrero

El proyecto Biblioteca Humana nació en Dinamarca en el año 2000 y desde entonces no ha dejado de crecer en todo el mundo. Aunque con una vocación de acción principalmente europea, actualmente se encuentra activo en 85 países a través de las redes de bibliotecas y la colaboración de otros agentes del mundo del libro y la creación. El modus operandi de la iniciativa pasa por llevar a los espacios en los que los libros son protagonistas (como las propias bibliotecas, ferias del libro y festivales literarios, entre otros) a personas para que queden a disposición de los lectores y, a través de los encuentros organizados, puedan así ser leídas como si fuesen libros (una idea de deliciosa inspiración borgeana). En principio, cualquier persona puede ser convocada a participar en la experiencia, pero la Biblioteca Humana sirve de altavoz especialmente a quienes han sufrido algún tipo de exclusión social o han sido objeto de discriminación o estigmatización por su estilo de vida, diagnóstico, sexualidad, aspecto, enfermedad, creencia, discapacidad, estatus social, origen étnico o cualquier otra particularidad. La cuestión es que, igual que se invita siempre a leer un libro para valorarlo en la medida más justa, sin conformarnos con las impresiones que puedan despertar su título o la imagen de la cubierta, la Biblioteca Humana invita a superar los prejuicios para escuchar a las personas y a partir de ahí conocerlas en su complejidad. Después de haber organizado otros actos al amparo de este proyecto en la comunidad, la Universidad Internacional de Andalucía trajo la primera celebración de la Biblioteca Humana celebrada en Málaga este sábado, en la Feria del Libro, bajo la coordinación de Edere y la participación de dos creadores malagueños, la ilustradora y artista de lettering Lucía Types y el actor Antonio Zafra, con la moderación de la periodista Elena Claros.

En su trabajo como ilustradora, Lucía Types planta cara a los estereotipos y clichés exclusivos mediante la divulgación de contenidos feministas, transinclusivos y de un cariz activista contra la gordofobia “y el sometimiento de los cuerpos a los moldes normativos”. Types aborda estas cuestiones a través de ilustraciones que dan protagonismo clave al color, “en parte para quitarles hierro y dramatismo. La gordofobia logra que tú seas siempre la primera en juzgarte. De hecho, yo decidí hacerme activista contra la gordofobia cuando comprendí que yo también era una gordófoba. Y la verdad es que poder ilustrar el desprecio que yo sufría me ayudó mucho: cuando vi que otras mujeres usaban mis dibujos para compartir sus experiencias, encontré un impulso decisivo para seguir creando”. En su intervención, Types criticó la “gordofobia médica: cuando estás gorda, es increíble la cantidad de personas que se preocupan por tu salud, por tu alimentación y tu bienestar, pero a nadie le importa tu salud mental, nadie parece reparar en ello, y la salud mental es lo más importante. No todo el mundo puede permitirse comer exclusivamente determinados alimentos, ni ir al psicólogo, ni ir al gimnasio, porque todo eso cuesta dinero. Pero cada uno de nosotros es mucho más que su cuerpo. Y se puede estar muy a gusto siendo gordo”.

“Mucha gente tiene miedo a que hagamos las cosas bien”, afirmó Lucía Types

Antonio Zafra recibió su primer diagnóstico de sordera a los 12 años y trabaja como actor desde los 17: “fui desarrollando mi carrera mientras perdía el oído”. Después de diversos rodajes de series y películas (como El camino de los ingleses, de Antonio Banderas) y de participar en espectáculos teatrales para compañías como el Centro Andaluz de Teatro y el Espejo Negro, Zafra optó, ante las dificultades, por abandonar el escenario: “Cada vez me costaba más seguir los procesos. He tenido casi siempre compañeros que me han ayudado, que se han preocupado, aunque siempre tenía la impresión de que la gente se preguntaba ‘y con el sordo, ¿qué hacemos?’ Así que decidí dejarlo y trabajar de informático. Pero, llegado el momento, entendí que había llegado el momento de aceptarlo: si era sordo, era sordo. Y tenía que hacer mi trabajo con eso”. De este modo, Zafra regresó a la escena, fundó su propia compañía y estrenó el espectáculo Oye, escucha, con el que recreaba de manera didáctica el día a día de las personas sordas y con el que obtuvo el Premio Ateneo al mejor actor. Tras el éxito de Oye, escucha, la decisión por parte de Zafra de darle a su teatro un protagonismo social quedó consolidada: estrenó otro espectáculo, Ansia, sobre la salud mental y fundó el festival de teatro inclusivo Manquita, que cada año trae a Málaga a compañías que hacen de la diversidad su bandera. “Una vez, alguien me recomendó que no dijera en público que soy sordo. Me dijo que me desenvolvía bien, que no se me notaba, así que no tenía por qué confesarlo, porque esta persona entendía que admitir mi sordera era contraproducente para mi carrera. Aquello me hizo reflexionar. ¿Por qué una persona sorda no puede hacer teatro? ¿Por qué no puede hacerlo una persona invidente? ¿Por qué dos intérpretes con sobrepeso no pueden dar vida a los enamorados de una comedia? Desde entonces, me he rebelado contra eso. Y hay que rebelarse. Para empezar, contra el lenguaje. Se nos llama discapacitados, lo que quiere decir que en algún grado somos incapaces. Pero lo que hay en el fondo es una resistencia a la diversidad, a la idea de que otras personas pueden hacer lo que tú haces”. O, como apuntó Lucía Types: “Mucha gente tiene miedo a que hagamos las cosas bien”.

Tanto Antonio Zafra como Lucía Types se mostraron reacios a la idea de normatividad: “Lo normal no existe. ¿Qué es eso? ¿Se supone que por tener un episodio de ansiedad o una mancha en la piel ya no eres normal? Lo real, lo que hay en la calle, es la diversidad, no la normatividad. La normatividad es una esclavitud”, apuntó Zafra en una opinión que corroboró Types: “La normatividad es un molde impuesto a los cuerpos, especialmente a los cuerpos de las mujeres, por el poder capitalista. Por eso me preocupa mucho el modo en que las redes sociales y sus filtros imponen estos moldes a edades cada vez más tempranas”. Por eso, Types considera necesaria una educación preventiva contra esta normatividad, lo que pasa por la proyección de otros referentes: “Cuando eres niña, los libros que lees, las películas y las series que ves y la música que escuchas forman parte de tu educación. Y a esa edad es muy importante descubrir que entre quienes crean todo eso hay personas que son como tú”.

Las historias de Lucía Types y Antonio Zafra fueron así libros por un día. Y demostraron que en esta biblioteca, por más que les pese a algunos, cabemos todos.

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