Cultura

Los pescadores de El Bulto, en DocumentaMadrid

  • El certamen elige el cortometraje del malagueño Manuel Jiménez como finalista entre un millar de trabajos de 40 países · Mañana viernes se conocerá el fallo

Hace dos años La aldea perdida, su crónica sui generis de la romería de El Rocío, se llevó el máximo galardón y, este año, el malagueño Manuel Jiménez prueba de nuevo suerte en el festival DocumentaMadrid con Hombres de sal, un documental de cinco minutos que evoca la vida de los antiguos pescadores del barrio de El Bulto. El certamen ha elegido su trabajo junto a otros diez de entre un total de 1.078 procedentes de 40 países. Mañana viernes se conocerá el fallo del jurado.

Rodado de noche en el mar sobre un pequeño bote y en una sola secuencia, Hombres de sal tampoco es un relato fílmico al uso. La voz de dos pescadores que conversan entre ellos (con subtítulos en inglés puesto que se trata de un jurado internacional) remite a los recuerdos de una vida mejor. No se les ve pero su discurso retrata un pasado que añoran. “Cuentan cómo hace tan sólo 30 años hacían una vida en comunidad”, detalla Jiménez. Con los boquerones, rodaballos y otras piezas que pescaban de noche desayunaba prácticamente todo el barrio en la playa o en los merenderos.

De vuelta al presente, estos hombres marcados por el salitre se topan con una realidad bien distinta. Siguen saliendo a faenar con redes a las diez de la noche o a las cinco de la mañana pero más de una vez regresan con las manos vacías. “Muchos ya no pescan (o lo hacen de furtivo) y se dedican a la construcción. Aunque si pudieran elegir volverían a su antiguo oficio”, explica el cineasta.

La idea de filmar a este pequeño gremio le vino a la mente a raíz de La aldea perdida. “Me preguntaban los rocieros si yo era de Huelva. Cuando les dije que era malagueño les extrañó que no hiciese algo sobre mi ciudad natal”, recuerda Jiménez. Y dicho y hecho. Se puso en contacto con un tío suyo de El Perchel, hizo de intermediario con algunos pescadores que quedaban en la zona (de entre 40 y 50 años) para reflejar finalmente su añoranza en un diálogo “evocador” con mucha “estética” de fondo.

La satisfacción del trabajo bien hecho ha animado a su autor a convertir el cortometraje en un largo. “Ya lo tengo pensado. Quiero visitar el único edificio que queda como reducto del barrio, entrar y conocer la vida de quienes viven allí”, avanza. Por lo pronto la nominación de Hombres de sal a los premios de DocumentaMadrid ha despertado el interés en otros certámenes similares. “Ya me han llamado de festivales en Toulousse, Bosnia y México DF para que les mande el documental”, sostiene.

Paralelamente, Jiménez continúa buscando financiación en Europa para otro documental, Vidas Sitiadas (sobre el binomio libertad-vigilancia en las grandes ciudades ), al tiempo que da salida a El enigma del búho, un trabajo sobre la figura de Manuel Alcántara a través de la mirada de amigos del poeta y periodista como Mingote, Garci, Gala o Di Stefano.

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