La biografía de Miguel Romero Esteo (Montoro, 1930) parece darle la razón al renombrado eterno retorno nietzscheano de manera cada vez menos discreta: siempre se termina volviendo a su obra, ya sea a través de representaciones, reediciones, jornadas y otras actividades. Y esto es así porque su dramaturgia constituye un legado del que en realidad se ha llegado a saber muy poco: se conocen sus textos, premeditadamente a prueba de escenarios, pero en lo que se refiere a sus alcances todo queda aún por hacer (y decir). El ejemplo más notorio del modo en que Romero Esteo alimenta su propio pasado desde el presente llegó en 2012, con la concesión del Premio Nacional de Literatura Dramática por Pontifical, una obra escrita en 1966 (su envío entonces por parte del autor al Festival de Teatro de Sitges excitó una de las polémicas más memorables de la historia de la escena española del siglo XX; y aunque la censura la defenestró enseguida, las fotocopias de las casi 500 páginas que ocupa esta pieza irrepresentable se distribuían clandestinamente entre universidades, teatros y señalados colectivos) felizmente reeditada aquel año. Este volver periódico a Romero Esteo tiene una concreción evidente en Málaga, la ciudad en la que el autor ha invertido más tiempo, ejercicio docente, escritura y actividad teatral. Buena parte del teatro independiente malagueño que nació en los 80 lo hizo bajo su sombra, mientras el protector ponía en marcha el Festival Internacional de Teatro, recibía el Premio Europa en Estrasburgo y traía a los principales creadores europeos a los veranos del Teatro Romano. Y es precisamente muy cerquita, en el Museo Picasso, donde la nueva mirada a la inclasificable, libérrima y encarnada obra del dramaturgo tendrá lugar. Si el mismo Museo Picasso y la Asociación Miguel Romero Esteo, que preside Carlos de Mesa, acordaron recientemente colaborar en la divulgación de la obra del mentor, la materialización de este convenio acontece en un ciclo que se desarrollará hasta mayo de 2015 y que comienza justo mañana con el estreno absoluto de La oropéndola, en un montaje que podrá verse también en el Auditorio del museo el viernes y el sábado.

Uno de los mayores referentes en la siempre difícil puesta en escena de las obras de Romero Esteo, Rafael Torán, dirige con su compañía Teatro del Gato este nuevo montaje, que protagonizan Paco Inestrosa, Virginia Nölting y Andrés Suárez. Tras su anterior aproximación al autor en Manual de bricolaje, Torán opta en esta ocasión por una obra que Romero Esteo escribió originalmente para la televisión en 1991 y que, aunque sin una identidad grotesca tan señalada como en otros títulos fundamentales del dramaturgo, como Pasodoble (1971) y Horror vacui (1974 - 1983), reúne los condimentos esencialmente barrocos de su estética. La protagonista, una actriz famosa, cita en el jardín de su casa de Málaga a dos antiguos amantes, productor teatral uno, autor el otro, y entre los tres deciden crear una obra que les permita enriquecerse. El cuarto personaje, residente en la sombra, oculto en el interior de la casa, es el hijo de la actriz, quien descubre que uno de estos dos hombres es su padre. La oropéndola es, sin renunciar a su cualidad barroca, en su arquitectura repleta de recovecos, en la potencia de sus matices, en su articulación del lenguaje y, más aún, en su disección de la fatalidad como argamasa de la condición humana, un objeto que indaga en las posibilidades contemporáneas de la tragedia: ahora que los dioses no dictan el destino y que la libertad rige hasta la última brisa, ¿qué lugar queda, o sigue quedando, para lo inevitable; o, mejor aún, para escapar de sus redes? En el fondo, toda la obra de Romero Esteo parece hacerse esta pregunta. Con el mismo autor como deus ex machina.

Además de La oropéndola, el viernes día 5 el Museo Picasso acogerá en su sala multidisciplinar la mesa redonda La obra dramática de Miguel Romero Esteo en el nuevo teatro español de los años 70, en la que participarán Carole Egger de la Universidad de Estrasburgo, Enrique Baena de la Universidad de Málaga y Pedro Ruiz de la Universidad de Córdoba. El programa continuará el 16 de enero en el Palacio de Buenavista con una lectura dramatizada de Manual de bricolaje, y el 13 de febrero será el escritor malagueño Rafael Ballesteros quien pronuncie la conferencia La poética en la obra dramática de Miguel Romero Esteo. El compositor Antonio Meliveo y el investigador Ángel Román debatirán el 13 de marzo sobre La música de las grotescomaquias, en una cita en la que se interpretarán en directo varios temas vinculados a las obras de Romero Esteo (Bach, por cierto, mantiene un protagonismo esencial en La oropéndola). El 16 de abril se proyectarán los documentales La creación cinematográfica vinculada a Miguel Romero Esteo y El Tartessos de Schulten y posteriormente el productor de los mismos, José Antonio Hergueta, debatirá con el profesor y arqueólogo Fernando Wulff sobre mito y realidad. El ciclo llegará a su fin el 15 de mayo con otra lectura dramatizada, esta vez dedicada a la citada Pasodoble, clave en la bibliografía de Romero Esteo.

En su monstruosa complejidad, y en virtud del eterno retorno, las piezas de Romero Esteo continúan señalando al teatro un camino por el que significar. O por el que no hacerlo, tal vez, en absoluto.