Acto Institucional · Entrega llaves Palacio Aduana

El preludio de un gran museo

  • Los fondos del Bellas Artes y el Arqueológico ya ocupan las paredes del Museo de Málaga, un espacio que ha entrado en su cuenta atrás para abrir sus puertas al público este 2016.

No hubo fechas, ni grandes noticias en el patio. En el acto institucional de entrega de llaves se reiteró la colaboración mutua llevada a cabo entre administraciones de distinto signo político, el trabajo conjunto realizado en el proyecto museográfico y el apoyo que el Ministerio de Cultura va a seguir prestando a la Junta, que ayer asumió la gestión del Museo de Málaga. La novedad, lo que dejó boquiabiertos a aquellos que admiraban la pinacoteca por primera vez tras las obras, fue su contenido, las salas llenas de cuadros, de piezas escultóricas y arqueológicas, los espacios sumamente cuidados, las cartelas provisionales ya puestas en su lugar, el discurso de las colecciones, el mobiliario... El preludio del gran museo que será fue visitado ayer por el Ministro del Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, y la consejera del ramo, Rosa Aguilar.

El recorrido recomendado al visitante será empezar por la segunda planta, donde se encuentra la colección Loringiana en primer término. Las grandes esculturas darán paso a las más de 2.000 piezas arqueológicas que se exponen en sus salas. En la primera planta se encuentran los fondos del Bellas Artes y la Alegoría de Málaga, el boceto del techo del Teatro Cervantes que pintaron Ferrándiz y Muñoz Degrain en 1870, es el que da la bienvenida al público. Piezas tan singulares como Una esclava en venta, de José Jiménez Aranda (1892) y que forma parte de los fondos del Museo del Prado, la Dolorosa de Pedro de Mena fechada entre 1676 y 1680, La meta sudante de Moreno Carbonero (1882) o Destrucción de la Armada Invencible, realizada por José Gartner de la Peña también a finales del XIX, son algunas de las 600 piezas de la colección del Bellas Artes que se pueden admirar en las primeras salas.

Antes de pasar a la sala de las vanguardias, de admirar la modernidad creativa de Moreno Villa y la imparable creatividad de Picasso, la magnitud de Y tenía corazón (Anatomía de corazón), de Enrique Simonet (1890) conquistaba ayer todas las miradas. Aunque uno de los espacios más excepcionales, por lo que representa de homenaje a los creadores malagueños de mediados del siglo XX hasta nuestros días, algunos ya desgraciadamente desaparecidos, es el que reúne la obra de Manuel Barbadillo, Enrique Brinkmann, Eugenio Chicano, Juan Béjar, Dámaso Ruano y Antonio Jiménez, entre muchos otros nombres.

Y en la planta baja del Palacio de la Aduana se ha ideado el 'Almacén visitable', un concepto novedoso que supone la posibilidad de acceder con el mismo importe de la entrada para ver las cientos de obras que no podrán ser expuestas por razones de espacio, conservación o trabajos de restauración. Desde mosaicos romanos o piezas encontradas en excavaciones hasta grandes lienzos se guardan en este almacén en el que el visitante, además de seguir apreciando obras de arte, podrá descubrir lo que normalmente en el resto de museos está tras las señales de prohibido el paso.

Todo esto -la pinacoteca contiene más de 15.000 piezas aunque en exposición se verán menos de 3.000- se ha dispuesto en 15.000 metros cuadrados de superficie útil, en unas instalaciones totalmente renovadas y "a la altura de los equipamientos culturales más actuales", como señaló ayer el ministro de Cultura, Méndez de Vigo. "El Ministerio se ha volcado con este proyecto desde sus inicios", agregó y subrayó que "se continuará con el apoyo a la Consejería porque ya es algo que sentimos como propio y se lo debemos a los malagueños". Méndez de Vigo también resaltó que se han invertido unos 40 millones de euros, "una cantidad notable y estamos muy satisfechos de haberlo hecho". Pero el paso de ayer, el que pone el cronómetro para iniciar la cuenta atrás de un museo cuya apertura volvió a ser prometida para este 2016, no cayó del cielo. Para llegar hasta él se ha vivido un auténtico calvario. Sobre todo para los que se empeñaron en que el Palacio de la Aduana -sede de la Subdelegación del Gobierno hasta 2007- era el mejor lugar para albergar unos fondos que tuvieron que salir del Palacio de Buenavista en 1997 para que éste comenzara su reconversión en el Museo Picasso Málaga. "En 1998 ya fueron capaces de recoger 45.000 firmas de la ciudad y en 2001 unos 10.000 malagueños se lanzaron a la calle en manifestación para pedir que este espacio fuese el Museo de Málaga", recordó ayer la consejera Rosa Aguilar.

"La consejería ha estado todo el tiempo en este proyecto en el que estamos juntos con este compromiso claro y expreso", dijo Aguilar, que aseguró que se abrirá "lo antes posible" dentro de su compromiso de hacerlo en este año. "Nos hemos implicado de una forma activa, hemos arrimado el hombro desde el primer día y la colaboración perdurará", agregó al mismo tiempo que subrayó la labor de restauración acometida en los últimos cinco años, en los que se ha trabajado con más de 450 piezas. "Desde octubre de 2014 un grupo de profesionales ha trabajado día a día con los técnicos del Ministerio para hacer el proyecto museográfico", apuntó.

En este mes de mayo finalizará dicho proyecto, pero aún restan asuntos para que el museo "pueda abrir sus puertas al mundo entero", destacó Aguilar. "Vamos a abordar de inmediato el programa de comunicación y divulgación del Museo de Málaga, tenemos que hacer un trabajo de excelencia para que el centro se de a conocer y que la gente se reconozca en su museo", añadió la consejera. También están pendientes la contratación de los servicios como cafetería, restauración y tienda, además de la contratación de personal. Para ello "hay unos plazos que hay que cumplir, aunque nuestra voluntad es trabajar con prontitud y eficiencia dentro de estos plazos legales", afirmó Aguilar.

Al museo que demandaba la ciudadanía, a un centro que será aún más mayúsculo que las expectativas que pusieron en él, le queda poco para ser una realidad. Con su puesta en marcha no sólo ganará el arte y la cultura, también lo hará la ciudad, como destacaron tanto la consejera como el ministro. Será una pinacoteca "para ir a más en turismo, en empleo, en oportunidades y desarrollo económico", dijo Aguilar. Y Méndez de Vigo, con una metáfora meteorológica, vaticinó "un buen augurio" para el espacio. Tic, tac, tic, tac...

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