Una villa que ilumina su cruce de caminos

La localidad malagueña de Guaro celebró con un buen éxito de público el primer fin de semana del Festival de la Luna Mora

Unos niños forman la palma de una mano con velas, horas antes del anochecer.
Pepe Maza / Guaro

14 de septiembre 2009 - 05:00

A la luz de las velas, con aires musulmanes, cristianos y sefardíes, y con cientos de personas atraídas cada vez más por los espectáculos musicales y culturales, por la artesanía tradicional de la zona, y las ganas de vivir noches repletas de magia, arrancó este fin de semana la décimo tercera edición de la Luna Mora de Guaro, que tendrá su continuación los próximos días 18 y 19 de septiembre.

Como cada edición 20.000 velas iluminan las estrechas calles de la localidad. Las tímidas mechas guían al viajero hasta la plaza principal y en su recorrido lo transportar a siglos atrás cuando esa tierra estaba poblada por nuestros antepasados musulmanes. Para ello, la ambientación morisca, la gastronomía, la artesanía, la música... hacen aún más creíble este viaje al pasado, más autentico.

En este festival todos son protagonista, desde los niños a los mayores. Existen multitud de talleres y actividades que convierten el evento no solo en una simple visita turística, sino en un lugar para aprender. Dibujos realizados con las velas que con el fuego a la caída de la noche convierten en espectaculares mosaicos, talleres de astronomía para conmemorar el 2009 con año Internacional de la Astronomía, alfarería tradicional para niños, cursos de bailes y multitud de actividades relacionadas con el pasado Andalus, son sólo algunos de los actos programados con los se puede disfrutar en Guaro.

Al olor del clavo y la canela, de los higos secos y las garrapiñadas, surgen trovadores de la palabra para llenar cualquier esquina de historias. La noche ya ha caído, se sirve té en las jaimas y suena ya la música. Como cada año, los conciertos no han faltado, espectáculos convertidos en la piedra angular de la Luna Mora y donde cada edición se dan cita artistas de primer nivel. Este fin de semana la guitarra de Tomatito, La Orquesta Filarmónica de Málaga junto con el pianista sevillano David Peña Dorantes y un espectáculo de música y danza de la mano de Dunia Hennia, realzaron aún más si cabe el cache del festival.

Para el próximo fin de semana el espectáculo sigue con la ópera flamenca Fedra de Eurípides con la música de Enrique Morente, la dirección de Miguel Narros e interpretada por Lola Greco, Amador Rojas, Carmelilla Montoya y Alejandro Granados. Esto será el sábado en el Colegio Los Almendros (a las 23:00). El viernes, el cantautor Amancio Prada presentará su Poesía al canto. Un veterano con 40 años de escenario a sus espaldas y 28 discos hará las delicias de su público también en el Colegio Los Almendros.

Durante estos días el pueblo se abarrota de público, este año se estima que sean alrededor de 50.000 personas las que visiten y paseen por las engalanadas calles de la villa, en las que el ambiente andalusi, el zoco, los talleres, la gastronomía y la música enlaza el presente con una época no tan lejana que dejó una huella profunda hasta formar parte de nuestra identidad.

50.000

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