Visto y Oído
Magno
Fútbol ético
Soy un defensor a ultranza de los árbitros. Lo digo abiertamente. He pertenecido muchos años al colectivo arbitral (y sigo sintiéndome árbitro) y sé el esfuerzo que se pone por ser lo más justo posible, a pesar de las dificultades propias de la labor en sí misma y de las que añaden algunos jugadores con sus fingimientos, sus gritos y sus gestos irrespetuosos, y algunos entrenadores y directivos con sus declaraciones.
No entiendo que se pidan sanciones a los árbitros por errores de apreciación, como no entendería que se sancionase a un jugador por fallar un gol o un pase. No se sanciona a los equipos por jugar mal, y cada árbitro es como un equipo individual a efectos de ascensos y descensos. Así que lo que hay que hacer en ambos casos es lo que se hace: los peores de cada temporada, al final de la misma, descienden de categoría. Ahora bien, sí puedo aceptar sanciones por errores técnicos; y, por supuesto, si un árbitro es culpable de agresión, debe ser sancionado, como ocurre con los jugadores o los entrenadores.
Dicho todo esto, quiero tratar un punto sobre el que el colectivo arbitral debería, en mi opinión, reflexionar. En numerosos partidos tengo la sensación de que no se recupera todo el tiempo que se debería de acuerdo con el reglamento (y con la razón) y, en muchos casos, se premia al infractor. No ver un penalti es accidental, como que llueva o salga el sol. Pero si un jugador se lesiona y el partido se para, eso hay que recuperarlo íntegramente, aunque el descuento pase de diez minutos, y el Comité Técnico de Árbitros debería insistir en ello.
En este sentido, alucino cuando se afirma en los medios de comunicación que se va a producir una sustitución con el objetivo de "ganar unos segundos al crono". Eso es inadmisible. No se puede hacer nada para evitar que el juego se pare, que se corte el ritmo; pero sí para no perder tiempo; basta con añadir lo que corresponda. Eso sí, cuando se haga, que no lo critique la prensa ni el equipo que va ganando, pues la búsqueda de la justicia hay que aplaudirla; nada de "¡árbitro, pita ya!".
También te puede interesar
Visto y Oído
Magno
América, estremecida por la tensión política española
El parqué
Jaime Sicilia
De menos a más
Tribuna Económica
Gumersindo Ruiz
Las criptomonedas y el plátano de seis millones
Lo último