Hace unos días, muchos medios de comunicación nacionales e internacionales reseñaban una noticia marítima de alto calado. El grupo naviero Italiano Grimaldi compraba a Armas Trasmediterránea buques, terminales, almacenes y derechos de explotación en las rutas que la naviera española tenía con las Islas Baleares. Y sin entrar en detalles, y dejando a un lado lo que significará esta operación, hoy emplearé mi columna para loar a un barco; uno de los cinco ferris que ha sido vendido y que, en su amplia vida de mar con los colores de Trasmediterránea, ha tenido una muy estrecha relación con el puerto de Málaga.

Construido en los astilleros vigueses Hijos de J. Barrera, el Sorolla, luciendo el apellido del afamado pintor valenciano, era entregado a la compañía Trasmediterránea en mayo de 2001. Tras iniciar su biografía navegando en las líneas regulares entre la península y Baleares, este buque de 172 metros de eslora y capacidad para 1.200 pasajeros, en abril de 2002 llegaba por primera vez a Málaga. Atracado en tres muelles diferentes, este buque realizaría en aguas malacitanas una significativa reforma de sus interiores; unos trabajos que se prolongarían durante quince días.

Años después de aquella visita, en concreto en enero de 2013, nuestro protagonista de hoy volvería a Málaga para hacerse cargo de la línea melillense; una suplencia temporal que se convirtió en definitiva en noviembre de 2014, fecha en la que el Sorolla se convertía en el Melillero titular de la ruta sustituyendo al Juan J. Sister.

Adscrito a esta navegación tan solo durante cinco meses, en abril de 2015 era remplazado por su gemelo Fortuny, comenzando desde aquel instante una intermitente relación con en puerto malacitano; una circunstancia que se mantuvo hasta 2019, fecha en la que fue rebautizado como Ciudad de Granada. Ya con su nuevo nombre y tras realizar algunas sustituciones, el 25 de marzo de este año este ferry realizaba su última entrada malagueña; una escala con pernocta incluida que al día siguiente lo llevaría a Barcelona.

Un barco que ya es historia del puerto de Málaga y que ahora, bajo los colores de una naviera italiana comenzará una nueva vida. Hasta siempre Sorolla.

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